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‘Sweet Gold. Dulces Homenajes’, la Historia del Arte del siglo XX contemplada a través del cristal de una botella

altLa Bodega Rubicón lanzaba Sweet Gold, su nuevo vino dulce, con aromas a flores y miel y conservado en barrica de roble americano. Con motivo de este acto se inauguraba la exposición Sweet Gold. Dulces Homenajes. Presuponiendo que los amantes del vino lo son del resto de las artes, esta muestra pretende ser un deleite para aquellos que tengan curiosidad por realizar una original andadura por aquellas obras que marcaron un antes y un después en el arte del siglo pasado.

El exclusivo diseño de la botella, inspirado en frascos de perfumería antiguos, inspiró el espíritu de esta muestra. Sweet Gold. Dulces Homenajes, comisariada por Victoria López Grimón y una servidora,  hace una reversión, tomando la botella como protagonista, de obras tan famosas como la Marilyn de Andy Warhol (1928-1987) o la Cabeza de Toro de Picasso (1881-1973) hasta las peculiares Cells de Louise Bourgeois, fallecida en Mayo de este año.

Sin pretender aspirar a  un valor comercial,  pero sí con la intención de  rendir un especial homenaje a aquellos que dentro del mundo del arte destacaron (algunos de ellos siguen en activo) por su evolución y por haber iniciado nuevas vías creativas que luego han seguido otros. Esta exposición parte precisamente de las primeras décadas del siglo XX, de los años en que las vanguardias alejaron al arte de los cánones establecidos, iniciando una nueva era que se describiría a través de nombres como Marcel Duchamp (1887-1968). Man Ray (1890-1976) o Lucio Fontana (1899-1968).

En la sala principal, a la derecha, preside un lienzo reconocible por todos. Se trata de una versión de la técnica de trabajo de uno de los artistas americanos más influyentes de la primera mitad del siglo por superar los límites de la pintura abstracta. Jackson Pollock (1912-1956), empezaría a utilizar la pintura líquida tras visitar en taller del muralista mejicano David Alfaro Siqueiros, años más tarde desarrollaría la técnica de goteo conocida como drypping y convirtiéndose en el principal representante del expresionismo abstracto y el action painting. Mientras Pollock reflejaba su propio universo emocional mediante un uso espontáneo de la pintura, ya a mediados de la centuria, Alexander Calder (1898-1976) transformaba las artes plásticas, y en concreto la escultura, con sus móviles (así llamados por Duchamp) y sus stábiles (Estables. Así llamados por Arp). Este artista con conocimientos de ingeniería impulsó experimentos hacia la escultura cinética dentro del arte abstracto.

Una parte importante de la exposición está dedicada a los artistas conceptuales de mediados de siglo. El arte, como todas las materias sociales y culturales, fue susceptible al progreso, tanto en la técnica como a nivel filosófico y  estético. En este sentido, ocurrió un desarrollo natural de unos ideales artísticos que resultaban insuficientes para adaptarse a un mundo que ya había cambiado. El primer paso lo había dado unos cuarenta años antes Duchamp con sus ready- mades con los que había insinuado la importancia del concepto sobre el objeto artístico. A partir de este momento las reglas del arte poco a poco, estarían condenadas a resultar obsoletas.

 El arte conceptual de los años sesenta es el resultado de una evolución que consigue dar un giro dirigido a poner el acento en la obra de arte como valor en sí misma. Lo principal es el proceso mental y teórico que ha llevado al artista a realizar determinada obra. El objeto representado es sólo un soporte y es la idea lo que prevalece. Dentro de esta nueva corriente trabajaron artistas como Klein o Christo, entre otros. El arte conceptual domina el ambiente artístico desde entonces e irá desplegando hacia otros movimientos como el Land Art o el Body Art y surge la idea de la Performance

 El grupo de los Nuevos Realistas entendían el mundo como un elemento dividido en partes de las que compondrían sus obras. Expertos en crear a través del ensamblaje y de darle a la materia ( basura, chapa, metal, incluso coches, jarras..) la categoría de material artístico, persiguen el binomio arte-vida.  Éstos ya subrayan el progreso creativo a partir de una forma distinta de ver la realidad y el arte. No utilizan materiales nobles sino considerados industriales e intentan convertir al individuo en un consumidor y productor  de arte. Fundadores de este colectivo fueron Yves Klein y Arman (sobrenombre de Armand Pierre Fernández). Ambos franceses, participaron en numerosas colaboraciones y coinciden en la indagación sobre las mismas convicciones, pero utilizan distintos medios para su desarrollo. Arman (1928-2005) y sus acumulaciones de objetos embutidos en cajas (assemblajes) de los que destaca únicamente sus cualidades plásticas, por el contrario Yves Klein (1928-1962) haciendo alarde de lo  vacío. Así juntos completarían el credo del máximo valor material y el mínimo. Siguiendo esta línea Klein creó sus pinturas monócromas de azul, que él mismo patentó como “Azul Klein”.

 En consonancia con el concepto de  ensamblaje de Arman y la manera de reunir objetos en cajas se encuentra  el americano Joseph Cornell. Artista de los collages, Joseph Cornell (1905-1972) también cineasta vanguardista, comienza sus pequeñas construcciones con piezas de coleccionista. Diversos objetos de distintas épocas unen pasado y presente y hasta evocan una cierta melancolía por rescatar aquellos elementos que una vez fueron de algún valor. Realizó numerosas cajitas surrealistas con un vidrio en su frente donde atesora todo tipo de pequeñas cosas sin un orden racional, muchas fueron interactivas y todas consiguieron estar consideradas obras de arte.

 Lucio Fontana y Félix González-Torres, los dos artistas latinos presentes en esta muestra, tienen una trayectoria muy distinta. El primero, argentino formado en Italia, abandona paulatinamente sus inicios en el arte abstracto de Miró y Brancusi para liderar lo que se conoció como el Movimiento Espacialista. Redactó su Manifiesto Blanco en el que superaba teóricamente las fronteras de las artes plásticas hasta ese momento, introduciendo, entre otros, la tridimensionalidad en los lienzos rasgando o agujereándolos. Este concepto espacial en su obra consiste en crear un espacio real y combinarlo con uno ficticio Para él movimiento, espacio, tiempo y color son los sustantivos del arte nuevo.

La obra del cubano González-Torres (1957-1965) es profundamente íntima y emotiva pero nos la presenta con gentileza. La figura de González-Torrres supondría la cruz de la misma moneda en la que Louise Bourgeois sería la cara. La obra de Bourgeois (1911-2010) se trata de una extraña catarsis en la que se reconstruye una y otra vez el pasado con el objetivo de superarlo, como una especie de exorcismo moderno como única liberación de un espíritu atormentado y sensible, en cambio, los montajes de González-Torres no llegan a nosotros a través del drama. Las obras de González-Torres tienen una dimensión personal y otra colectiva, sus instalaciones interactivas requieren siempre de la intervención del espectador para verse acabadas. Sus instalaciones son una mezcla de las acumulaciones objetuales, y el arte conceptual presente durante todo el siglo. Perfomances que se transforman en  una distinta cada vez que son montadas, combinan una inspiración que surge de sus vivencias, con un exhibicionismo público que necesita de la participación popular. Caramelos, dulces, fotografías son algunos de los elementos que utiliza y son en su mayoría metáforas de la fragilidad de la vida, el proceso hacia la muerte. Una obra amable que contrasta con otras propuestas del arte actual más agresivas y que no busca una reacción sobresaltada en el receptor sino lo que él denominó “generar un adueñamiento colectivo de la obra”.

 Si Fontana fue uno de los artistas más singulares de la segunda mitad del pasado siglo, debe compartir esa denominación con el búlgaro Christo Vladimirov Javacheff, conocido como Christo (1935). Junto a su pareja Jeanne-Claude (fallecida en 2009), desarrollan una especie de Land Art. Obras titánicas en espacios abiertos consistentes objetos envueltos o edificios como el Reichstag de Alemania, inclusos espacios naturales como la costa de Little Bay en Australia en el que utilizaron casi 10.000 metros de tela y unos 56 kilómetros de cuerda.

 El tributo a un siglo plagado de progresos creativos termina con la obra conceptual  del inglés Damián Hirst.(1965). Es famoso por ser el artista en activo que actualmente domina la esfera del arte  y por haberse convertido en el  mejor pagado. Personalidad complicada y reconocidamente conflictiva, mantiene el tema de la muerte como eje central de su obra. Conocidos mundialmente son sus exposiciones cuyas extravagantes piezas son animales diseccionados o sumergidos en formol y sus Spot Paintings (pintura de puntos). Hirst, es hoy en día algo más que un artista, es un modo de vida y de difundir el arte. Un provocador más o menos alevoso como lo fuera Duchamp que además personifica a la perfección la frase de Warhol: “El arte comercial es mucho mejor que el arte por el arte”. Consciente de esto ha llegado a realizar obras en cadena y a subastarlas directamente en Sotheby`s.

 Sweet Gold. Dulces Homenajes, es pues, eso precisamente, una ofrenda humilde debido a la fascinación y la admiración hacia los maestros de lo que hoy es el arte del siglo XIX. Cabeza de ratón, Caja de Vino, Cama dulce, Botella envuelta u Oscilación Burdeos, son algunos de los catorce tributos que ofrece esta muestra. La exposición pretende ser un guiño hacia el espectador que esperamos nos acompañe en este viaje de mas de cien años de explosión creativa.

 

 

Sweet Gold.Dulces Homenajes. 

Del 31 de Octubre al 31 de Diciembre.

Sala de exposiciones de la Bodega Rubicón.

Carretera Gral de La Geria nª 2, Yaiza.

Lanzarote.

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