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Un niño de diez años descubre una supernova de 600 millones de años

Una supernova (del latín nova, «nueva») es una explosión estelar que puede manifestarse de forma muy notable, incluso a simple vista, en lugares de la esfera celeste donde antes no se había detectado nada en particular. Por esta razón, a eventos de esta naturaleza se los llamó inicialmente stellae novae («estrellas nuevas») o simplemente novae. Con el tiempo se hizo la distinción entre fenómenos aparentemente similares pero de luminosidad intrínseca muy diferente; los menos luminosos continuaron llamándose novae (novas), en tanto que a los más luminosos se les agregó el prefijo «super-». Este término fue utilizado desde la antigüedad para indicar la explosión de una estrella blanca y pequeñas en sus capas externas, las cuales producen una luminosidad que puede aumentar 100.000 veces su brillo original.

Esta luminosidad dura unos pocos días y, en ocasiones, puede ser observada a simple vista desde la tierra. Al ver un nuevo resplandor en el cielo, los seres humanos creían que había aparecido una nueva estrella. En el mes de agosto de 1975, apareció una nova que pudo ser observada a simple vista desde la tierra, durante algunos días. Esta nova surgió de la explosión de una gigante roja. Las supernovas producen destellos de luz intensísimos que pueden durar desde varias semanas a varios meses. Se caracterizan por un rápido aumento de la intensidad luminosa hasta alcanzar una magnitud absoluta mayor que el resto de la galaxia. Posteriormente su brillo decrece de forma más o menos suave hasta desaparecer completamente.

 

Ahora, un niño canadiense de diez años, Nathan Gray, ha descubierto una supernova de 600 millones de años cuando se encontraba con su padre, un astrónomo aficionado, revisando las observaciones de un observatorio de Abbey Risge. Su hallazgo ha sido avalado por la Real Academia Astronómica de Canadá, aunque debe ser ratificado por un telescopio de amplio espectro. La ya conocida como ‘Supernova de Nathan’ está ubicada en la constelación de Draco, según los expertos a unos 600 años luz de distancia. “Me siento muy emocionado y feliz de haber encontrado una y sabe que pueda ser capaz de encontrar otra en algún momento”, ha declarado el protagonista a los medios de su país. Si el descubrimiento del niño se confirma, se convertiría en la persona más joven protagonizar este tipo de hazaña científica. De hecho, pasaría a sustituir a su hermana mayor, Kathryn Aurora Gray, que localizó una supernova en el año 2010 –llamada 2010lt y que se encuentra en la galaxia UGC3378– también con 10 años, aunque con tres meses más que Nathan.

Áurea Gutiérrez

Divulgadora Científica – Crónicas Aureas

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