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¿Se entiende que un restaurante tenga a clientes esperando mientras el 80% de las mesas están libres?

Sábado, día 7 de abril, Semana Santa, restaurante del Monumento al Campesino. La parte vieja, pequeña, en la zona alta, completamente llena. La parte baja, nueva, se construyó hace poco más de una década para tener un restaurante espacioso, bonito, de calidad para servir comida típica, tiene el 80% de las mesas del conjunto de restauración, cerrado. Al mismo tiempo, sobre las 15 horas, cerca de veinte personas esperan para poder comer. ¿Lo entiendes?

 

 Al parecer, entre esas medidas estrellas, puestas en marcha antes de que llegara la nueva consejera, estaba incluida la de mantenerse cerrada la parte baja, la moderna, la amplia,  todos los días de la semana menos los domingos. Ni la Semana Santa, fechas de máxima ocupación ha sido una excepción. Según los trabajadores, la pregunta por parte de los clientes se repite un día sí y otro también mientras esperan de pie y ven como decenas de mesas en un lugar envidiable se mantienen con sus manteles blancos y sin uso. Dicen que no se abre porque se ha desplazado al personal necesario para atenderlo a otros centros y que sólo los domingos, cuando se recuperan algunos trabajadores de esos centros se puede atender la parte baja y los clientes pueden comerse su caldo millo, sancocho, ropa vieja o carne cabra en la última creación arquitectónica de los centros turísticos. Lamentable. Esperemos que la recién llegada a la Consejería de Turismo, la nacionalista y mujer cabal, Carmen Steinert, ponga un poco de sentido común a este despropósito. La foto que ilustra este espacio es de ayer mismo, mientras el palomar, la zona alta, estaba completamente lleno de clientes y otros esperaban de pie. No es la primera vez, esperemos que sí la última.

 

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