PUBLICIDAD

Ya había serpientes hace 240 millones de años

El Triásico, una división de la escala temporal geológica, es uno de los tres períodos geológicos de la Era Mesozoica; comenzó hace 251,0 ± 0,4 millones de años y acabó hace 199,6 ± 0,6 millones de años. Como ocurre con la mayoría de los períodos geológicos, las fechas exactas de inicio y fin son inciertas por unos pocos millones de años. En el caso de este período, tanto el inicio como final están marcados por importantes eventos de extinción: la extinción masiva del Pérmico-Triásico y la del Triásico-Jurásico. Los primeros mamíferos, los cuales evolucionaron de los reptiles mamiferoides, hicieron su aparición en este período, posiblemente por los cambios de clima que hubo, y la deriva continental, que motivaron la gran regresión marina del Triásico: todas las tierras estaban unidas (de una manera inversa a la de una transgresión marina) formando el supercontinente Pangea (dividido nuevamente a principios del Jurásico), por eso pasaron a predominar los carbonatos.

Se caracteriza fundamentalmente por la aparición de los primeros dinosaurios, inicialmente representados por formas bípedas, carnívoras y de pequeño tamaño. No obstante, a finales del periodo ya se habían diversificado a gran escala y se habían convertido en los vertebrados dominantes en todo el planeta, llevando a la extinción a grupos anteriores como los arcosaurios más primitivos y los propios reptiles mamiferoides con escasas excepciones.

 

Ahora, dos nuevas mandíbulas fósiles descubiertos en Vellberg, Alemania, proporcionan la primera evidencia directa de que los antepasados de los lagartos, serpientes y tuátaras, conocidos colectivamente como lepidosaurios, todavía estaban vivos durante el periodo Triásico Medio, hace unos 240 millones de años, según una investigación publicada en 'BMC Evolutionary Biology'. El equipo internacional de científicos que dató las mandíbulas fósiles ha proporcionado pruebas de que los lepidosaurios aparecieron por primera vez después de la extinción masiva de finales del Pérmico, un periodo en que la fauna comenzó a recuperarse y prosperar en el clima más húmedo. El autor principal, el doctor Marc Jones, quien dirigió la investigación en la 'Universtity College London' (UCL), en Reino Unido, explicó: "El Triásico Medio representa un momento en que el mundo se ha recuperado de la extinción masiva del Pérmico, pero aún no está dominado por los dinosaurios. También se trata de un momento en el que los grupos familiares, como las ranas y los lagartos, pueden haber aparecido por primera vez". La reconstrucción de los pequeños dientes y mandíbulas encontradas sugiere que el animal extinto se alimentaba de pequeños insectos. Los nuevos fósiles son los más estrechamente relacionados con el tuátar, un lagarto reptil que habita en 35 islas situadas frente a la costa de Nueva Zelanda y se reintrodujo recientemente al continente y que se alimenta de escarabajos, arañas, grillos y lagartijas, además de algún ave marina ocasionalmente. Hoy en día, hay más de 9.000 especies de lagartos, serpientes y tuátaras, por lo que saber cuándo apareció por primera vez el ancestro común de estos grupos es crucial para entender el contexto ecológico en el que se desarrolló, así como su diversificación posterior. Para establecer la edad de los restos fósiles, los biólogos usaron una técnica de datación conocida como "reloj molecular", que compara la cantidad de divergencia genética entre los animales vivos causada por los cambios en sus secuencias de ADN que se han acumulado desde que se separaron de un ancestro común. Los biólogos han utilizado relojes moleculares para responder a preguntas tan importantes como cuándo surgieron los primeros humanos modernos y cuándo los seres humanos y los chimpancés comparten un ancestro común. Las nuevas mandíbulas fósiles pueden mejorar las estimaciones sobre cuándo comenzaron a diversificarse en serpientes, lagartos y tuátaras, y en qué momento los primeros lagartos modernos habitaron la tierra. Las estimaciones anteriores han variado en un rango de 64 millones de años y el equipo se dispuso a reducir esa franja.   Los científicos prevén que el sitio de Vellberg todavía permitirá descubrir más fósiles en el futuro, ampliando nuestro conocimiento del registro fósil de vertebrados. La profesora Susan Evans, del Departamento de Biología Celular y del Desarrollo en UCL, también miembro del equipo investigador, dijo : "El registro fósil de animales pequeños como lagartijas y ranas es muy desigual, pero, por suerte, este nuevo yacimiento de fósiles en Alemania con el tiempo nos dará una comprensión más amplia de lo que estaba pasando en este momento" .

 

 Áurea Gutiérrez

Fuentes: wikipedia, ep.

Comments are now closed for this entry