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AÑOS BUENOS, AÑOS MALOS

Eran los locos años ochenta del siglo pasado, la política lanzaroteña estaba en plena transformación ¿en algo peor? Y, en un lugar de Lanzarote, de cuyo nombre no me acuerdo, el alcalde de Yaiza de entonces, Honorio García Bravo, almorzaba tranquilamente con su lugarteniente ( teniente de alcalde, en el argot administrativo), José Francisco Reyes  enfrente. Que en los años noventa lo de enfrente acabó siendo enfrentados. La vida política los unió y los separó. Los hizo alcaldes a los dos durante muchos años del municipio de Yaiza y ambos acabaron inhabilitados y presos. Aunque Honorio supo nadar y guardar la ropa mejor y le duró poco tiempo la privación de libertad. En el caso de José Francisco, la penitencia sigue viva.

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