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EL NIÑO QUE RÍE, EL HOMBRE QUE LUCHA

Esperan para luchar, al borde del terrero. Es momento de nervios y de confesiones. Mientras el público está atento a lo que ocurre en el centro del terrero, ellos bromean y actúan como lo que son: jóvenes deportistas acostumbrados a encontrarse fuera y dentro del campo de lucha. En este caso, destaca la carcajada sincera, inmensa, propia de un niño, que escenifica Francis Pérez "Pollito de la Frontera", al lado del grandísimo luchador majorero Pedro Cano, a su izquierda. Aunque ría como un niño, y caiga en las bromas de sus compañeros más veteranos, en el centro del terrero imponía ya su superioridad de forma arrolladora. No es sino una muestra más de la grandeza del Pollito, bueno y sincero hasta para reírse. Fue él más grande en el terrero durante muchos años, uno de los más grandes de toda la historia. Y lo consiguió sin dejar de ser un niño.

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