PEDRO CANO VERSUS MELQUIADES RODRÍGUEZ

No recuerdo las veces que les vi agarrar. No sé cuántas veces me emocionaron y me hicieron gritar extasiado. No sé qué colores vestían ni qué banderías defendían. Pero sí sé que eran dos grandes luchadores que nacieron para impresionar al mundo desde el centro de un terrero. Sus movimientos ladeados, cautos, sobre la fina arena. Sus movimientos ágiles en la parte alta de sus cuerpos, siempre cercanos. Sabían que el otro le conocía tan bien como ellos mismos. Cualquier duda y se precipitaba la caída. Ahí están los dos. El gran majorero, luchador a lo zurdo, hombre fuerte y luchador sabio.  A su lado, enfrente, agarrado a él, con la voluntad de derribarlo, el temido puntal tinerfeño, con nervios de acero y formación luchística de excelencia de máster. Pedro Cano, por los Islas Orientales, y Melquiades Rodríguez, por las Occidentales. Las islas son un terrero, donde estos dos monstruos dejaron recuerdos inolvidables allí donde se armara un terrero con carretillas de arena y paladas de lucha canaria selecta.