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Oswaldo Betancort arranca el compromiso del Gobierno de Canarias de incluir 2,7 millones de euros para finalizar el proyecto de saneamiento de La Graciosa

Oswaldo Betancort, parlamentario de CC

“Los vecinos demandan una solución ante los retrasos en las obras que deben eliminar las aguas residuales en la Octava Isla antes de se convierta en un problema medioambiental”, declamó Betancort en su intervención como parlamentario

 Tras declamar en una nueva intervención en el Parlamento de Canarias la necesidad de retomar la vía de urgencia para que concluyan las obras de implantación de la red de saneamiento en la isla de La Graciosa, el diputado lanzaroteño por el Grupo Nacionalista Canario CC-PNC-AHI Oswaldo Betancort, ha conseguido arrancar el compromiso del Gobierno de Canarias de financiar la conclusión de un proyecto medioambiental para la Octava isla y vital para los gracioseros.

“En 2016, el Gobierno de Canarias cumplió con su compromiso de destinar 5 millones de euros para mejorar las infraestructuras en gestión de aguas residuales en la Octava isla, reivindicación del Ayuntamiento de Teguise y del Consejo de la Ciudadanía de La Graciosa, tan necesaria como urgente si no queremos lamentar un grave problema en materia medioambiental”, señaló Betancort al comienzo de su pregunta dirigida al responsable de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, José Antonio Valbuena, el cual se comprometió a contratar “un nuevo proyecto de 2,7 millones de euros a cargo de la inversión financieramente sostenible de Canarias”, aseguró el consejero.

El parlamentario lanzaroteño y alcalde de Teguise mostró su entera disposición a nivel municipal “para que se inicie cuanto antes un proyecto que ha sido un claro ejemplo de gestión conjunta y de participación ciudadana, el cual comenzó con una reunión de la entonces consejera Nieves Lady Barreto con los vecinos de La Graciosa, que en su día aportaron su visión acerca de cómo proceder a convertir en realidad un sistema de eliminación de aguas residuales, cuyas obras interfirieran lo menos posible en la actividad turística e imagen de una isla como La Graciosa”.

“Lo cierto es que en una primera fase, el trabajo realizado conjuntamente por el Cabildo, el Gobierno regional y por los técnicos del Ayuntamiento de Teguise, a tenor de lo demandado por el Consejo de la Ciudadanía de La Graciosa, se declaró la emergencia de la contratación, una gran noticia para desbloquear unas obras que suponía un gran avance medioambiental y turístico, y por lo tanto, una mejora en la calidad de vida del graciosero pero también de los miles de visitantes que recibe al año la isla”, añadió Betancort.  

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