Torres (más altas han caído)

 La historia vital y política de José Torres Stinga, el alcalde más veterano de Lanzarote, desde 1999 dirige los destinos del norteño municipio de Haría, está jalonada de polémicas, discusiones, éxitos y fracasos. Como la vida misma, su trayectoria ha estado surcada de momentos buenos y malos, aunque no sabría decir si a tiempos iguales, con más claros o más oscuros.  José Torres Stinga, al que conocí a finales de los años ochenta, en una tertulia de cafetería (la San Francisco, de la calle Real) de discusión, debate y desayuno. Allí, a pesar de la amplia concurrencia, más de diez personas, no siempre las mismas, ya Pepe Torres apuntaba maneras y cuando sacaba a pasear su oratoria enrevesada y caliente como un mar de lava ni Agustín Acosta, ni Segundo Rodríguez, ni mucho menos León Russo o Domingo Suárez eran capaces de pararle. Yo le seguía entusiasmado con la mirada, mientras José Juan Ramírez y Paco Gómez seguían, en una segunda conversación, hablando de sus cosas sin sentirse interferidos ni molestos con los gritos de los compañeros de mesa. A veces, era Gregorio Armas, con su vozarrón de camión en su cuerpo de seiscientos , el que le paraba con algún exabrupto en el que recordaba "las sandeces" de los socialistas.

Por aquellos tiempos, Pepe Torres era un destacado militante socialista, con formación de profesor aunque en servicio de Inspección educativa,  y ya han pasado años. Casi treinta. Pero el  alma guerrera de Pepe sigue intacta, como si fuera insaciable, como si necesitara de la confrontación para que el aire le llegue a sus pulmones de futbolista en la juventud.  Ya no es socialista, ya no hay tertulia en la San Francisco, Gregorio y Agustín ya han fallecido, Paco Gómez se retiró del mundanal ruido, Domingo Suárez se acaba de jubilar de arquitecto del Cabildo,  pero sigue con su retorica endiablada disparando ahora más contra sus propios compañeros de partido en CC que creando una nueva filosofía de esta sociedad que se muestra cambiante/cambiada.  Es un polemista de tres pares de huevos de avestruz, aunque él no agache la cabeza ni ante las balas ni la adversidad.

Fuera del PSOE

En 1993, abandonó su querido partido socialista después de una dura reunión de la Ejecutiva Insular, de la que era miembro,  en la que se votaba si se pactaba o no con la gran bestia negra del PSOE en Lanzarote, Dimas Martín y su PIL que sufrió su primera ruptura, dejando a los chicos de Honorio y Antonio Cabrera de lado.  La votación acabó en tabla. Empate. Por un lado, a favor del pacto, el secretario general, Sergio Machín, y el de organización, Leopoldo Cabrera Lasso y sus seguidores; por el otro, el presidente del partido, Marcial Martín, Pepe Reyes y Pepe Torres,  en contra del mismo.  La igualdad unos decían que se rompía con el voto de calidad del presidente y otros con el voto de calidad del secretario general. Al final, la Ejecutiva saltó por los aires y se pactó con Dimas y la historia que después vino ya se conoce. Pero, Pepe Torres se fue del partido, abandonó lleno de ira y pasó su travesía del desierto buscando casa política en los lugares más insospechados, incluido la AIL de Honorio que resucitaba después de su divorcio pilero con Dimas. Todo menos militar con aquellos traidores que habían entregado las honrosas siglas del PSOE a la bestia negra.  Y así estuvo durante algún tiempo. Después se calló un poco hasta que cayó de nuevo en el vicio de la política.

Acaba con Juan Ramírez

Empecé a verlo de nuevo a mediados de los años 90 en las tertulias del café a veinte duros y la discusión de sobremesa. Y, de pronto, volvió a estar animado, fuerte, enérgico, convencido de su fortaleza estratégica y de los éxitos que estaban a punto de tocar en su puerta. La guerra en esta ocasión iba también contra un exsocialista que cogió la chaqueta y se mandó a mudar cuando creyó que le iría mejor solo que acompañado por socialistas. Se puso de objetivo acabar con Juan Ramírez, que según él le perseguía y era un impresentable. Reconozco que le dije a Domingo Suárez, amigo común, que Pepe estaba de nuevo desvariando, que sus fogaleras no llegaban encendidas a San Juan y que con ellas no iba a quemar ni a Juan ni a Don Facundo. Pero me equivoqué.  El predicamento superior de Torres le revolvió el patio a Juan en Haría, sin ser siquiera concejal, y consiguió que un hombre como Juan Acuña, le quitara en moción de censura la alcaldía que tenía copada Ramírez desde el año 1983, que ganó siendo casi un adolescente gracias al empuje arrollador del cambio socialista de Felipe González. Ahí se creció, Torres se consideraba una idem. Estaban llegando los éxitos que auguró. Y seguirán. Crea la Plataforma Municipal de Haría y entra en el Ayuntamiento, con apoyo incluso del PP. Y desde dentro, conquista la Alcaldía y después CC. Estaba en racha, al final el polemista era estadista.

Lidera y preside CC

La experiencia de debate y discusión que traía Pepe Torres del PSOE y su facilidad para crear alternativas imaginativas a un problema inexistente le abrieron las puertas de par en par de una Coalición Canaria llena de aventureros pero con poca praxis discursiva. Y gobierna Haría y sigue su estrategia de ganar poder y peso en Coalición Canaria hasta el punto que la candidatura de Paulino Rivero a la Presidencia del Gobierno le pilla de vicepresidente  de la organización  y da el salto a la Presidencia que tiene que abandonar su amigo del alma y protector para presidir el Gobierno de Canarias.  Durante dos años, Pepe Torres se codea con partidos estatales, habla de pactos regionales,  participa en debates para todo el Estado español, es un líder.  Y Pepe está inmenso, que se sale, no cabe en sí. Conquistó el cielo, veinte años después de mendigar en busca de un partido al quedarse fuera del PSOE por oponerse a Dimas.

Un congreso traicionero

Pero todo lo que sube baja. Llegó el punto de inflexión. El Congreso Nacional parecía que estaba preparado para elegirle una Ejecutiva al presidente Pepe Torres. Y eso se creía él. Aparece feliz en la inauguración del congreso, rodeado por el  "nuncapierdo" de Mario Pérez y toda su corte lanzaroteña. Abrazo a Paulino, guiño a los grancanarios, saludo a los palmeros, pacto con los majoreros para que gane el eje oriental. Todo olía a fiesta hasta que empezó a oler a azufre a medida que avanzaba el cónclave.

El congreso estaba a punto de clausurarse en el Auditorio Alfredo Kraus, en Las Palmas. Me acerco a Pepe Torres cuando lo veo llegar y me asusto.  Estaba completamente desencajado, apenas articulaba palabra, como si un ictus le hubiese descoordinado su fluidez mental. Le digo que todo apunta a que se la han pegado y sólo consigue decirme que "queda tiempo, que queda tiempo todavía". Me dio pena, vi al gran polemista noqueado, herido, indefenso, desorientado.  En el plenario se confirmaron las sospechas: los majoreros se habían aliado con los grancanarios y palmeros y habían mandado al traste la estrategia de Paulino y Pepe. Claudina Morales es la nueva presidenta de CC, con el apoyo de todos menos unos agraviados lanzaroteños, que no supieron vencer ni digerir la derrota. Se acabó el periodo de éxitos. La vuelta a Lanzarote fue dura, muy dura, para toda la expedición pero sobre todo para Pepe Torres. Todo lo que sube baja. Y ya subió y ahora baja.

Después del Congreso Nacional vino el Insular y Jesús Machín, aliado con la gente nueva del partido, los actuales dirigentes de CC, sale victorioso del Congreso aunque le da participación a los popes, que ahora se declaran críticos. Segunda derrota de Pepe, aunque mejor digerida que la nacional y mejor rentabilizada al conseguir estar en los órganos del partido. Todo lo que sube baja  y sigue bajando.

Ni con la UCO sube

Se presenta la  UCO en Lanzarote, explota el caso Unión y se revienta el pacto del PSOE y el PIL que gobierna en Cabildo y el Ayuntamiento de Arrecife.  Pepe Torres apuesta por pactar con el PSOE, con mantener en sus puestos al alcalde Enrique Pérez Parrilla y a la presidenta Manuela Armas en contra de las directrices del partido que preside Jesús Machín  que quiere aprovechar la coyuntura para quedarse con el Cabildo. Al final, CC se alía con el PIL, PNL, PP y despiden a Manuela y ponen de presidente al emergente Pedro San Ginés, que se convierte en el objetivo a batir por Pepe Torres. La moción de censura es otra derrota de las tesis de Pepe.  Y sigue bajando...

Las elecciones de 2011 dan en la isla el mayor triunfo de Coalición Canaria de la historia y avala la decisión de haber presentado la moción de censura. Otra derrota de Pepe Torres que ve una salida cuando el carácter de Pedro y su falta de empatía con Astrid Pérez rompe el pacto con el PP y se pone en manos del PSOE. Parece que esta estrategia da rienda suelta a las teorías de pactos de Torres, que ya ataca con virulencia a Pedro a través de la reivindicación de la Cueva de los Verdes.  La salida del Grupo de Gobierno de los nacionalistas Sergio Machín y Mónica Alvarez abre la puerta a una moción de censura o forzar la salida de Pedro San Ginés. En eso se aplicó Pepe pero le fallaron sus socios más poderosos, el PSOE y Paulino. El pacto regional era un impedimento para esa cábala.  Se quemaba el último cartucho para acabar con Pedro de forma rápida. Ahora toca intentar salvar los muebles, conservar la franquicia en Haría. Pero ya era tarde. Sus rivales internos han ganado en experiencia orgánica, han mejorado su posición dentro de la organización nacional y sus apoyos, con Paulino a la cabeza, están debilitados. Bajando/bajando.

Volver a empezar

Ahora, como en las postrimerías de los años 90, Pepe Torres está barajando la posibilidad de resucitar su Plataforma Municipal de Haría. Dar un paso atrás para coger impulso. pero las cosas no están para él como en aquella época donde encadenaba una serie de aciertos que hacían presagiar el éxito que disfrutó después. Ahora, las racha es distinta. Y solo le queda un resquicio, endeble, para levantar la cabeza: aliarse con el PSOE de Pepe Juan Cruz para provocar la caída de Pedro San Ginés tan pronto como empiece el próximo mandato. No es nada fácil, pero Pepe Torres ya tiene parte de su historia escrita.