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Los verdes de la Cueva

La Cueva de los Verdes, escondite de los lanzaroteños, siglos atrás, para escapar de los ataques de piratas y ahora uno de los principales atractivos turísticos de la isla, se ha convertido también en una trampa mortal para políticos locales.

Propiedad del Ayuntamiento de Haría pero explotada turísticamente por el Cabildo de Lanzarote desde los años 60 del siglo pasado, ha estado durante estos cincuenta años envuelta en discusiones entre ambas administraciones por ver cuántos verdes, billetes de mil cuando la peseta estaba en circulación, se quedaba cada una del ejército de guiris que visitaban la Cueva.  Y todo, por dejarse llevar por esa tradición lanzaroteña de dejar los papeleos para mañana y empezar a andar desde ya.  Así se  decidió en los años 60 una fórmula de colaboración para que la Cueva, que era de Haría, pasara a ser de uso del Cabildo, pero sin cerrar en firme qué porcentaje o cantidad de los ingresos correspondía a su verdadero propietario. A lo largo de este medio siglo de Cueva y turistas, las dos corporaciones han tenido repetidos encontronazos administrativos para exigir una y dar o no dar la otra más verdes. Pero la cosa iba por eso andares que llaman de peticiones y debates políticos en el seno de plenos y en encuentros de ediles y consejeros, donde la sangre no llegaba al río y siempre se daban por satisfechos con cantidades razonables para ambas partes, aunque el conflicto no se cerraba nunca del todo, convirtiendo la Cueva de los Verdes en el Peñón de Gibraltar de las relaciones bilaterales entre el  Cabildo y el Ayuntamiento. Todo muy normalito, con sus exigencias incluidas, pero sin salirse del tiesto ni cuestionar la unidad de gestión de esas maravillas locales llamadas Centros de Arte, Cultura y Turismo de Lanzarote.

 Pero un tema que parecía que estaba esperando la llegada de un alcalde y un presidente de Cabildo de consensos y armonías, de respeto y soluciones, para resolver definitivamente del gusto de ambas partes el entuerto,  se tropieza con dos machos alfa en plena época de berrea . Y la cosa, como no podía ser de otra manera, a tenor de los perfiles de Pedro San Ginés, presidente, y Pepe Torres, alcalde, y en el momento de conflicto interno de CC y los enfrentamientos viscerales entre uno y otro, acabó en guerra abierta mediática y judicial. Desde que el  25 de noviembre de 2010, el Ayuntamiento de Haría requirió al Cabildo que cesará la actividad en la Cueva en 30 días y que le restituyera su posesión, el cuento de Torres ha sido una pesadilla para San Ginés que deja sus vergüenzas al aire en el procedimiento contencioso administrativo donde presenta la contestación a la demanda fuera de plazo, dejando el camino expedito a las reclamaciones de su enemigo más motivado y enérgico, a la par que compañero, ya por poco tiempo.

La disputa por la Cueva de los Verdes ha acelerado la descomposición de CC, donde el macho alfa capitalino cobró la rebeldía norteña con su expulsión encubierta y va a dejar muy pronto sin socio de gobierno a Pedro San Ginés, antes, incluso, de aprobar los presupuestos y de que se celebre el pleno extraordinario del viernes y 13 pedido por el PP para analizar la situación de la Cueva de los Verdes.  Pepe Torres, como el Cid Campeador, ganó su última batalla después de muerto en CC y mientras cabalga hacia su Plataforma Municipal de Haría.

Al PSOE, a estas alturas de la película, no le queda más remedio que dejar a Pedro solo ante el peligro que se ha buscado él solito, con la colaboración necesaria de su abogado de cabecera que estuvo retrasando el procedimiento con argucias de experto ( cuestionando la jurisdicción, que no se entiende finalmente admisible), pero que cae como un neófito o aprendiz  al presentar la respuesta a la demanda fuera de plazo.  Lo del abogado y su actuación en el procedimiento es para hacer un estudio pormenorizado y elevarlo a manual de mala praxis porque recibe reproche una y otra vez por parte de la magistrada en su angustiosa búsqueda de una solución a la metedura de pata de dejar agotar el plazo para presentar, de forma extemporánea, el descargo del Cabildo.

El PSOE, que ve que su experiencia de tres años al lado de San Ginés ningún rédito político le ha dado, en un grupo de gobierno que sus cuatro consejeros son más desconocidos por la población que antes de entrar en él, se va del gobierno para empezar su campaña  electoral y marcar sus ejes para gobernar, si el electorado quiere, el Cabildo con una óptica más sosegada, con  José Juan Cruz de líder y Pedro en la Oposición. La cosa no es nada fácil pero si sigue apoyando lo mismo que critica va a ser realmente imposible. La Cueva de los Verdes va a ser, de nuevo, refugio si no de piratas sí de desembarcos sonados. Será en nada.

 

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