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El chico ganó... (1)

Recorrido electoral  (14)

El pasado domingo, día 29 de marzo, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero  aterrizó en Lanzarote para inaugurar la duplicación de la circunvalación de Arrecife. A primera hora de la mañana, el coche oficial, en lugar de desviarse hacia la circunvalación, enfiló hacia el centro de la capital. Allí, le esperaba el portavoz socialista en el Parlamento de Canarias,  Francisco Manuel Fajardo Palarea con quien se funde en un abrazo.

 El presidente intentó consolar a Manuel por su derrota interna que le deja fuera de la candidatura socialista al Parlamento al desplazarlo la Comisión de Garantías Electorales Federal del dos al cuarto puesto y él renunciar al considerar que es un ninguneo indigno por parte de la candidata socialistas a la Presidencia del Gobierno, la tinerfeña Patricia Hernández. Antes de mantener una reunión con Pepe Torres y Manuel Fajardo Feo, Paulino le recordó a Fajardo Palarea que eran momentos difíciles y que él mismo se había quedado fuera de todo por gracia de un tal Fernando Clavijo, que aspira a ser el nuevo presidente de Canarias con Coalición Canaria y apoyo del PP si se tercia.

En cambio, ese mismo domingo,  Marcos Hernández desayunó en casa y saboreó las mieles del triunfo desde una discreta posición en su casa de Tinajo. Todavía no se lo creía, cuando se veía fuera de todo, apartado por José Juan Cruz en su propósito de encabezar la lista al Cabildo y arrinconado por la propia Ejecutiva de la que forma parte, le parece un sueño desplazar al todopoderoso y maniobrero Fajardo en la Comisión de Garantías Electorales Federal, de la que uno de los seis miembros es precisamente Manuel Fajardo, que se colocó allí precisamente para controlar eventualidades como esta. Solo había una posibilidad: que los apoyos de Manuel lo sacrificaran para no dejar caer a los grancanarios impuestos por José Miguel Pérez  y su entorno en el previsible gesto que la Federal tendría que hacer ante su candidata en Canarias para no quemarla antes, incluso, de llegar a la campaña. Y salió. Marcos Hernández se frotaba una y otra vez las manos, un tic que le relaja cuando está enormemente excitado, como el domingo por la mañana. Había vencido a Manolo, en la segunda instancia, en Madrid, en las esferas del partido, en el espacio en el que Fajardo se mueve como pez en el agua. Y recordó, sin quererlo, aquel estribillo que tantas veces escuchó al lado de su primo el luchador Juan Jesús Hernández cuando aquel era un toro que en lugar de cuernos tenía un repertorio espectacular de técnicas de lucha: "El chico ganó, el grande perdió... lucha, canario, como lucharon los guanches...".

Manuel Fajardo, abogado de prestigio y carrera sólida en Lanzarote, llegó a la política y a las filas del PSOE como independiente para aspirar al Senado en el año 2000. Era un año estratégico, importante, donde el PSOE pensaba que era la primera oportunidad que se le presentaba desde que Dimas le arrebató casi todo para conquistar un escaño de senador por Lanzarote, que le había arrebatado en el año 1989 Dimas Martín, también como independiente, al vencer, de forma apabullante, al por entonces socialista Juan Ramírez.

Una década después, el insularismo se presentaba dividido y CC concurría con Cándido Armas, que era el senador desde hacía ocho años gracias al apoyo de Dimas Martín y su PIL, que en esta ocasión rivalizaba por el escaño con su pupilo que tan buenos réditos obtuvo de su relación con él. Ante esta previsible división del electorado, el PSOE vio una oportunidad y buscó un candidato, alguien que tuviera un perfil reconocible, que fuera un profesional prestigioso, y acabó fijándose en Manolo, que ya actuaba de asesor jurídico de cargos del partido, entre otros del alcalde de Tías, José Juan cruz Saavedra, que un año antes había sacado el 72% de los votos emitidos en Tías y que se ofreció gratis a ir de suplente y telonero del abogado, en lugar de aprovechar su tirón para encabezar en momento tan estratégico.  Pero todo fue un fiasco.  Dimas Martín ganó con 13.498 votos y el tándem Fajardo-Cruz se quedó a más de 4.200 votos de diferencia con 8.274 y apenas superó al defenestrado senador, que comprobó en plena líder de quién eran los votos que le permitieron ser senador y alcalde de Arrecife, Cándido Armas (CC) por  menos de 2000 votos, al sacar este 6.476.

Manolo, muy afectado y contrariado,  para no exhibir su fracaso pero sí mostrar su rechazo a los políticos como Dimas Martín, anunció que su decisión no era salir corriendo para su casa sino afiliarse al partido como un militante de base. Y lo hizo.

  Fajardo Palarea siguió ejerciendo la abogacía, en el despacho de Juan Calero, y desde allí se le presentó la oportunidad de volver a la política de la mano de una pareja, clienta de él,  que a su vez era amiga dell secretario general de la Agrupación Local de Arrecife del PSOE, Miguel Angel  Leal.  Y buscando, buscando, buscando quién podría ser un buen secretario general para desligar al partido del siempre presidente Enrique Pérez Parrilla y de su de vicepresidente Segundo Rodríguez. Así Juana Hernández y Pedro Rodríguez, mientras visitaban el despacho de Fajardo para ver como salvaban unos "contratiempos" que tuvieron le tentaban para ser secretario general, con el apoyo de Leal. Aceptó y le pusieron el partido a su servicio y le catapultaron a cabeza de lista al Cabildo, desplazando al desgastado  Pérez Parrilla en las elecciones de 2003. La mala suerte se cebó con Manolo que en plena campaña sufre un infarto y no pudo defender su proyecto y volvió a perder frente al PIL, que metió ocho consejeros frente a los seis que sacó el PSOE.  Otra vez se tropezó con la misma penca de tunera.

Por su parte, Marcos Guillén se divertía de concejal en Tinajo, después de haber sido desbancado, unos años atrás,  por Suso Machín de la Alcaldía. Pero llegaron las elecciones generales, parecía que la victoria del PP sería clara y que en Lanzarote el PIL seguiría mandando y los popes no querían encabezar nada. Entonces, se apuesta por presentar dos personas jóvenes , para tener en el  futuro más gente para listas, sin más aspiración ante unas elecciones que parecían populares.  Así aparecen Olivia Cedrés, al Congreso de los Diputados, en cuarto lugar en la lista provincial, y Marcos Hernández, que tiene más moral que el Alcoyano, se presenta al Senado y encima exige campaña de ganador porque él cree que se puede ganar. Los burleteros  de Manolo Fajardo y Miguel Angel Leal no podían contener la risa ni delante ni detrás de los candidatos. "¿Ganar? ¿Ser diputada y senador? ¡Por dios, disfruten de la campaña y aprendan para el futuro y déjense de bobadas!  Pero llegó un tren maldito a Atocha tres días antes de las elecciones y la manipulación y la mala gestión del suceso y  la comunicación  del mismo arrastró al PP a su mayor derrotada y menos esperada y catapultó a Olivia y Marcos  al Parlamento bicameral español.  Era el domingo, 14 de marzo de 2004.

Marcos Hernández convirtió una utopía en una realidad, por un golpe de suerte, mientras Manuel Fajardo había ya sumado dos derrotas duras envuelto en la mala suerte.

Mañana seguimos...  

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