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Al César lo que es del César

Recorrido electoral  (21)

  Ayer tocó la presentación de la candidatura del PSOE en Tías y allí estuve.  El hecho de que sea  mi pueblo, en el que nací y crecí, lo llena de connotaciones y sabores distintos. También marca que sea el PSOE de Tías, que ha gobernado el municipio durante muchos años. Desde el Ayuntamiento, ellos nos dieron las primeras becas, crearon  las escuelas deportivas y los servicios sociales, y montaron infraestructuras culturales y deportivas que fueron la envidia del resto de los municipios de la isla, a excepción de Teguise, donde Dimas Martín puso de todo, incluidas escuelas universitarias, en su afán de atraer los focos mediáticos para quedarse con todo el poder en Lanzarote.  Eso es así y hay que decirlo. Les guste o no a los que voten PP,  CC,  PIL, o lo que sea. También es verdad que un cambio, después de estar 28 años con el PSOE y con dos solos alcaldes, el ya fallecido Florencio Suárez Rodríguez (12 años) y José Juan Cruz Saavedra  (16),  es necesario, cuando no deseado. Lo dije antes incluso de que se produjera y estando de asesor externo de comunicación del propio  Pepe Juan. La decisión de los vecinos en 2011 fue acertada. Ahora de lo que se trata es de ver qué pasará dentro de un mes y algo, el 24 de mayo, si es suficiente con el cambio o hace falta un recambio; Si todo lo que hay es azul y popular o hay algo más allá del marketing del grupo de gobierno municipal, sus herencias recibidas y la piscina sin abrir.

Como decía hace dos párrafos, fui a Tías, aparque el coche delante de la casa de un amigo, que casualmente salía en ese mismo momento con el mismo destino que yo, y nos acercamos al Salón Indieras, cincuenta metros más allá, en la misma calle La luchada.  El iba ilusionado, me decía que la nueva echadura de socialistas venía fuerte y que estaban ilusionados. Le miré con incredulidad y pensé qué estaría haciendo Pancho en ese momento, sabiendo que sus rivales directos estaban de fiesta y que seguro que le caería algún palo verbal. No quise creer que estaría mirando otra rotonda para colocar una nueva escultura que tuvieran olvidada por allí, como esa de dos gordos agarrados que han puesto cerca en la rotonda de FT que parecen más dos novios del mojón, bajo inspiración botera, que dos ágiles bregadores en el momento álgido de una agarrada. Pues Pancho sabrá lo que hace que para eso  él es tan popular, aunque después, si le llevas la contraria, se le olvida que es el alcalde de todos los vecinos, le hayan votado o no, y te quita hasta el saludo. Pero, en fin cada uno es como es y eso es lo bonito, aunque sean tan feas esas cosas de no guardar las formas si no se les ve rédito político.

Que me pierdo. Ya les dije que en Tías, en el pueblo que tengo muchos de mis mejores recuerdos y a mis padres en el camposanto mejor cuidado de Lanzarote, me distraigo con facilidad y sin remedio. Pero, vayamos a lo nuestro. Que llego al Indieras y en la puerta ya estaban el candidato socialista César Reyes,  y el secretario general del PSOE  local, Gustavo Cruz, que me presentan a la candidata socialista al Gobierno de Canarias, Patricia, la del PIB que sube y baja, como aquellas cositas de la canción, y al sindicalista regional Gustavo Santana que viene a apoyar a su colega en su puesta de largo. Les saludo y tiro para dentro y me llevo una sorpresa.

Apenas conocía  a quince o veinte de las más de doscientas personas que había allí. A primera vista, eché de menos a la secretaria general socialista Loly Corujo, porque no entendía qué cosa más importante hay en estos momentos electorales para una líder de un partido que estar con los suyos en las presentaciones. Me dieron una excusa, que no una explicación, me quité el sombrero y me senté.

Pero seguí mirando. Por allí vi a Enrique Pérez Parrilla, que en eso es un ejemplo, en su lealtad  al partido, a León Russo, que de lejos parece siempre que se está riendo, y cuando habla parece que está siempre enfadado, vi también al catedrático,  a Orlanda, a Juan Pedro Valiente, Miguel  RomeroAntonio Pérez y Dunia y eché de menos a un  montón de concejales  que lo fueron gracias a esas siglas y que ahora, cuando les toca a otros el cargo y las pompas se quedan en casa o con los labios tendidos en cualquier esquina. Alguno más habría, pero con el mogollón de gente no los vi. Sí que estaba Pepe Juan Cruz, el exalcalde, secretario de organización y candidato a la Presidencia del Cabildo. Pero eso no tiene mérito porque va a todos lados.

Y me llevé dos sorpresas positivas, que compartí al final del acto con el amigo de la casa en la  calle de Luchada mientras volvía al coche y él coincidía. "tenías razón", le dije. "Hay cantera. Y no sólo en la lista sino en los militantes. Vi mucha gente de Tías que no conozco, y que no estaba antes en el PSOE. Cuatro años después vi entusiasmo en un mitin, ganas de luchar y no miedo a perder las elecciones como en el 2011. Miedo a perder el puestito, miedo al miedo.  Me voy con la impresión de que César y Gustavo o Gustavo y César han sido capaces de renovar el partido y, además, tienen una parroquia, unos simpatizantes, que lejos de estar asustados están animados, aplauden como locos las críticas al popular Pancho y están dispuestos a ir con César hasta donde haga falta. Me da esa impresión", concluyo.  Mi amigo saca a pasear su sonrisa de socialista viejo, aunque él prefiere que le diga viejo socialista, pasa su mano por su pelo blanco de siempre e imitando al mejor gallego, me contesta con una pregunta:" ¿No te lo dije?".

El PSOE de Tías, lejos de desbaratarse está preparado para vivir sin Pepe Juan y su gente y darle una nueva vuelta de tuerca a las políticas de la izquierda centrada. Y con César, del que yo desconfiaba que pudiera hacerlo, las cosas como son, tiene más altura política que muchos que llevan más de veinte años en esto.  César está más hecho de lo que yo pensaba, está más maduro y me da  que el hijo de mi amigo el juez de paz histórico de Tías, Manuel Reyes, hará historia también en el municipio en el que mi madre me parió en este mismo mes de abril, seis años  antes de que naciera César.  Su hermano Plácido y yo compartimos clase muchos años en el colegio de Tías. Era listo pero él siempre decía que el que llegaría lejos sería su hermano, el pequeño. Yo no sé si lejos, porque ellos han vivido toda la vida a 50 metros del Ayuntamiento, como Pancho, como Florencio, pero me da que tendrá mucho protagonismo después de estas elecciones.

César se ha curtido en el sindicato Unión General de Trabajadores,  del que es secretario general insular, pero no sólo en negociar contratos, organizar manifestaciones y defender a los trabajadores. va más allá. Tiene madera de líder y como los buenos luchadores no pierde la compostura ni la posición por muchas vueltas que le des. Y es responsable.  Es serio y para mi padre ser serio era lo más importante. Me decía que si una persona es seria te puedes fiar de ella, puedes hacer negocio y amistad porque sabes que te va a responder. " ¿Padre, y si sólo lo parece?", le pregunté una vez  y casi me mata. "Si sólo lo parece, no es serio. Y si no sabes diferenciar a quien lo es de quien no lo es, el problema será tuyo no de él" me soltó. Y yo creo que esa es una cosa que diferencia a César de Pancho, que es serio y también lo parece. 

Y sabe comunicar, controla las emociones del directo e ironiza con naturalidad. Sube el tono cuando quiere complicidad de la multitud y allana su tono cuando pretende que llegue al receptor un mensaje más elaborado. Tiene tablas. De las que se aprenden, de las que se practican y de las que se consiguen con esfuerzo y dedicación. César es un buen candidato que quiere poner lo mejor de si en esta campaña. Ha hecho un equipo nuevo, sin romper con las raíces del partido en el municipio, pero sin meter en su mochila ni una de las culpas ni culpables del pasado. Quiere ponérselo difícil al popular Pancho, tarea nada fácil porque este lleva la fuerza del ayuntamiento ( y los cuartos)  a su favor.  Pero pelea va a ver y ya dijo Cesar, ayer, convencido, que ni él ni su candidatura iba a rehuir la brega. Y más de doscientas personas de Tías le aplaudieron a rabiar, con ganas de conquistar el Ayuntamiento. Y yo también me lo creo. Y lo digo tan claro como dije que Astrid es la mejor candidata en Arrecife. Da igual el partido, hay gente que tiene madera, que transmita, que cuida su talento y lo mima para que brote ante la multitud. Su adrenalina fluye cuando le ponen un reto social o político. Astrid es así. Y César, me da, es así. Me voy de Tías con esa impresión.

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