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Visteme despacio que tengo prisa

“En la vida hay algo más importante que incrementar su velocidad” Gandhi

 Suena el despertador, comienza la jornada. Comienzan a suceder unos acontecimientos tras otros y en muchas ocasiones pensando en lo siguiente que haremos. Se activa el piloto automático. Expresiones del tipo: me faltan horas, estoy estresado, no me da tiempo, nos apuramos a nosotros y los demás, etc. ¿Te suenan esas expresiones? Estamos sujetos a mucha estimulación, normalmente estamos realizando más de una tarea al mismo tiempo, a pesar de los errores que ello conlleva. Cada día es una carrera contrarreloj. Confundimos la cantidad con la calidad y creemos que cuantas más tareas realicemos en el día a día más eficientes seremos. Además también parece que está muy valorado ser rápido, de lo contrario puedes ser etiquetado (asociados a valores negativos) como torpe,  desinteresado, irresponsable…¿Consideras que si prestaras más atención a cada tarea obtendrías mejores resultados?

 El estrés es un mecanismo de activación fisiológica, cognitiva, emocional que nos lleva a hacer frente (comportamiento) a las situaciones del día a día. En niveles óptimos es favorable puesto que nos permite rendir adecuadamente, pero cuando supera determinados niveles, surgen las tensiones, agotamiento físico y mental, enfermedades, apatía, etc.

 ¿Qué pasaría si aminoráramos la marcha? Me refiero a darnos cuenta de lo que pensamos, sentimos y hacemos. Poner atención plena en cada acto, disfrutar al máximo de cada circunstancia. Una mente relajada, pausada, es fundamental para poder rendir mejor en cada ámbito de nuestra vida. Quitar el piloto automático y poner el modo manual. Es lo que han hecho y hacen muchas personas en el mundo.

 El “Movimiento Slow” tiene su inicio en la Plaza de España en Roma (Italia) en 1986. La principal intención de este movimiento es mostrarnos la posibilidad de llevar una vida plena y desacelerada, haciendo que cada individuo pueda controlar y adueñarse de su existencia. Hay que distinguir entre ser lento y ser perezoso, y este movimiento propugna trabajar para vivir, no al contrario. Según dicen sus teóricos, vivimos como si no hubiera mañana, como si los recursos naturales fueran infinitos, y sabemos que no lo son. Hay bastantes elementos en la vida moderna que combinados con la rapidez nos empujan directamente a la superficialidad.

 Te reto a practicar sólo por un día este movimiento, te adjunto algunas consideraciones para ponerlo en práctica. Verás como comienzas a sentirte mejor, a disfrutar más de cada momento y querrás repetir al comprobar los beneficios que te reporta. Eso sí, es importante que te dotes de dosis elevadas de paciencia ya que tu cerebro no reconoce esa marcha, a base de repetición lo lograrás.

 Movimiento Lento por un día:

 -          Mira el reloj. Empieza a contar 24 horas a partir de ahora.

-          Toma el control del tiempo (no al revés).

-          Desacelera. Dedica a cada cosa el tiempo que se merece.

-          Emplea inteligentemente las Tecnologías a tu alcance.

-          Has las cosas con calidad, perfección y dedicación sin sacrificar la productividad.

-          Retoma valores: familia, amigos, tiempo libre…

-          Pon toda tu atención en la tarea que estés realizando.

-          Ponte objetivos claros, medibles y realistas.

-          Prioriza las tareas por orden de importancia. Seguro que no tienes que hacerlo todo para hoy.

-          Gestiona los pensamientos y las emociones, sobre todo aquellas que te dirán que no puedes, que no llegas, que esto no es para ti. Tu cerebro necesita procesar esta nueva información.

-          Disfruta de cada momento pues este ya no volverá.

 

 

Victoria Camejo. Psicóloga Habilitada Sanitaria.

Psicología a domicilio, en consulta y on-line. Formación a particulares y empresas.

Nº Col. T- 2725.

Tel. 686423646.

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