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Los 26 de Pedro (1)

Recorrido electoral  (26)

 El viernes por la tarde, mientras compartía sobremesa con el ingeniero Fran Luis y el periodista Jorge Coll en el Lillium, después de entrevistar en la tertulia Café de Periodistas a la embarazadísima/embarazosa candidata socialista a la Presidencia del Gobierno de Canarias, Patricia Hernández, me interrumpió mi alocución apasionada sobre la construcción del proyecto de Nueva Canarias en Lanzarote el sonido característico de entrada de un "guasap" en mi móvil. No es que sea raro  ese hecho, pero  mi vista se dirigió hacia el viejo iphone 4s y me sorprendió que el remitente fuera un tal  Pedro San Ginés, con quien no me suelo "guasapear"  y, además, lleva de presidente del Cabildo de Lanzarote seis años.  O tenía que tratarse de algo muy importante o de una especie de "spam" masivo para que de la larga lista de contactos que guarda San Ginés en su disparador de mensajes cortos acabara dándole al "ok"  a mi número, que no sé con qué nombre ni que insultó habrá puesto para identificarlo.

"Si estás mañana sábado en Lanzarote y te apetece conocer, con independencia de tu afinidad política, los proyectos de 20 personas relevantes y reconocidas en esta isla, te invito a que te acerques mañana a las 11:00 h. al Charco de San Ginés (a la altura de la Casa del Miedo) y escuches las propuestas que respaldarán el programa de Gobierno al Cabildo con que concurrimos a la selecciones. Me encantaría verte allí. Un abrazo, Pedro", leí en el mensaje mientras me percataba de que Jorge también leía el mismo  en  su móvil. Está claro que hay una lista de difusión, que es un "spam" del candidato nacionalista, apuro un sorbo de blanco Rubicón y sigo hablando  que mañana será mañana.

Ya es mañana, pero muy temprano. Me levanto sobre las dos y media y a las tres ya estoy dándole a las teclas de mi ordenador para escribir el artículo 25 de mi "recorrido electoral" que hago con tanto amor como esfuerzo, en un ejercicio, me imagino que baldío, para transmitir una radiografía lo más real posible de mi percepción de estas elecciones locales, sus personajes y sus cosas.

  Poco a poco se va completando el artículo, que acabó con el título "la mayor oferta pública de empleo de 2015" , reviso otras noticias, cumplo con otras obligaciones y a las nueve y media ya estoy de vuelta de mi hora de bici. Entonces, vuelvo a mirar el mensaje de Pedro  y lo leo de atrás para delante:  "Me encantaría verte allí. Un abrazo, Pedro".  Coño, es Pedro, y le encantaría verme allí. ¿Dónde es allí? a la altura de la Casa del  Miedo, en el Charco de San Ginés (¿o de Pedro? ¿Con quién va a estar allí esperándome?  Con veinte personas relevantes y reconocidas de esta isla. ¿Y qué quiere que haga yo que no soy una de esas  20 personas relevantes y reconocidas en la isla, ni tampoco una de las 26 que finalmente resultaron ser ? Que escuche las propuestas que respaldarán el programa de Gobierno al Cabildo con que concurrimos a la selecciones (Imagino que CC, porque Pedro y yo no concurrimos, ni acudimos, juntos ni a un bar a echarnos una cerveza). ¿Y para qué carajos quiero yo oír y ver eso? Busco pero de eso no pone nada en el mensaje, seguro que en la cabeza de Pedro no cabe que haya alguien que no vaya a disfrutar con exhibición de apoyo de "personales relevantes, sin adscripción política conocida" (Me encanta la retórica de San Ginés: "sin adscripción política conocida". ¿Pero la tienen o no la tienen?¿Les falta el carnet o no se atreven a salir del armario?).

Son las diez de la mañana y la duda es si voy al Mercadona, con mi familia,  a hacer la compra o me pongo mi sombrero y me planto delante de la Casa del Miedo, en el Charco de Pedro (perdón, de San Ginés) para que me vea Pedro. Y arriesgándome  a quedarme sin los huevos de codorniz que tanto me gustan y sólo yo recuerdo meter en el carro de la compra, me decidí por coger  el sombrero marrón que compré en un puesto callejero en Venecia, el verano pasado, y me fui a que me viera Pedro, escuchando los proyectos de los que al final eran 26 personas de relevancia "sin adscripción política conocida".

Al principio, me sorprendió, como siempre, la espectacular belleza del Charco de San Ginés. Que no es Venecia, ni falta que le hace, pero es un lugar encantador que disfrutamos poco y explotamos menos. Salvo Pedro, que acostumbrado a ir  de charco en charco, no quería olvidarse de este espacio de moda  y ocio nocturno para su primer acto de campaña. Llegué y me encontré con Manuel Fajardo Feo, que es el mejor anfitrión que se puede tener en cualquier lado. Te recibe con los brazos abiertos, te habla a borbotones y si se despista hasta uno puede  decir algo. Saludé a unos cuantos y me senté en primera línea en el lugar que se colocaron unas cien sillas, enfrente mismo donde estaba sentado Juan Brito, faro casi centenario de Pedro, que estaba sentado entre la  "Z" y "A"  del LANZAROTE, que en letras de molde esperaba a esas figuras "sin adscripción política conocida" que estaban allí para respaldar el proyecto de CC y de San Ginés al Cabildo, en un acto organizado por la propia CC y presentado por el mismísimo presidente candidato.

Me senté en primera fila, enfrente del faro de la cultura popular de Lanzarote, porque ya que había puesto en riesgo mis huevos de codorniz (me refiero a los que iba a comprar en Mercadona) no iba a correr el riesgo también que Pedro no me viera. "Me encantaría verte allí", decía en su mensaje. Y allí estaba yo, enfrente de Juan Brito al lado de un Pedro nervioso pero feliz, en vaqueros y con polo descolorido, que pasaba una y otra vez por delante de mí en sus recorridos cortos en busca de papeles y abrazos a personas relevantes y "todo ese rollo que sigue". Pero ni me saludó. Aunque yo quiero  pensar que fue por mi sombrero, las gafas de sol, y chaqueta de verano informal y por estar en primera fila ( de las sillas, no en el grupo musical, que Pedro es más de Coquillos). Pero allí estaba yo, y si fue un mensaje masivo me da que no todos fueron tan generosos como yo, porque entre las doscientas personas que habría en el lugar, muy pocas no eran de adscripción conocida de CC, salvando claro a  los 26 del escenario.

Ahora toca calificar el acto. Puestos en situación, descrito el ambiente y mi estado anímico, habría que valorar el acto. Esa escenografía entre presentación de candidatura electoral y entrega de los Goya, donde el presidente se entrega  a hacer de showman en beneficio de la causa y pone a su servicio el talento de los 26 que ni son tanto, ni son los únicos, ni tan siquiera los que mejor reflejan el abandono en el que se encuentran precisamente la mayoría de los jóvenes talentos de Lanzarote. ¿Qué les une? ¿Y qué les lleva a hacer de teloneros de la campaña de CC? Me basta con que dijeran que "porque les sale de donde les sale", aunque sean de codorniz, como me gustan a mí, aunque no descarto que en el caso de los no adscritos, sobre todo los que lo son "sin adscripción política conocida", puedan ser hasta de  avestruz , ya saben, esas aves gigantes, que no vuelan, que apenas ven y que practican la coprofagia.

Soy incapaz en estos momentos de analizar este acto. Reconozco que mi cabeza, a la que doy absoluta libertad para que procese y me inspire as la hora de escribir, no tiene una respuesta inteligible que pueda mostrarse con honestidad y respeto a todos. Ante eso, dejo para la segunda parte de este "Los 26 de Pedro" esa valoración más profunda y más delicada.

 Entre los que subieron al  escenario LANZAROTE  de Pedro y CC  y otros que le enviaron por grabación de video su solidaridad, hay muchas personas que quiero y respeto, hay también otros a los que no conozco personalmente pero sí valoro su trabajo y también hay otros que se han caracterizado por estar siempre  al calor del poder y son de quienes le contratan mientras le contratan y fieles seguidores del Marx más simpático, Groucho,  y aquello de "estos son mis principios si no le gustan tengo otros". No me atrevo, por ello, ni a aplaudir ni a desmontar el acto de Pedro. Pero sí quiero dar mi opinión del acto. Como novedoso, como comprometido y como rearme en contra de los partidos emergentes. Hay un mensaje detrás de esa puesta en escena pero no quiero decir ahora si me parece hipócrita, simplemente electoralista o real y sincero.

Dejo la puerta abierta a hacerlo. No mañana, ni pasado, cuando tenga la osadía y la respuesta que con honestidad y respeto me permita dar mi opinión, que será eso, mi opinión. Y por eso quiero que sea nada más y nada menos que mi opinión. Sin presiones, sin miedos, sin intereses, la que se merecen conocer quienes dedican parte de su tiempo a leer lo que escribo.

Se acabó la charla que me voy de excursión. Hasta mañana.

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