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EDITORIAL del domingo ¿Gobierno nuevo?

La salida del Gobierno de Canarias del PP ha obligado al presidente, Paulino Rivero, a mirar para su partido y ver qué es lo que más interesa para resolver las bajas en su gabinete. No era fácil, sobre todo, si se tiene en cuenta que estamos a siete meses de la cita electoral.

 

Al margen de cuáles sean las razones que llevaron a José Manuel Soria a cerrar esta legislatura con un portazo a CC, de ningún modo determinante para futuras componendas, la nueva situación será un escenario cargado de mensajes y con influencia electoral.

El primer escollo para Paulino fue la  conformación de un nuevo gobierno, únicamente nacionalista para afrontar el final de legislatura. Y no es que CC no tenga cuadros suficientes para afrontar esta tarea. Pero las cosas internas, aunque son internas, acaban desbordando las situaciones. Se tenía que sustituir a todo un vicepresidente y tenía que salir del Parlamento, ya que este cargo tiene que ser cubierto por un diputado. Además, por esas reglas internas no escritas de CC, tenía que ser de esta provincia. Y la cosa se complica. Los majoreros pasan de regalitos de última hora pero los grancanarios , con apenas representación, sí quieren esas cosas. Hubo quien habló, incluso, de que Mario Pérez pudiera ser vicepresidente.

 

Analizada las situaciones internas, cualquiera que sepa un poco de política sabe que Paulino Rivero no iba a meter a nadie de Lanzarote en su gobierno porque, conociendo como conoce la división de CC, cualquier decisión se hubiese interpretado como una apuesta por uno u otro sector. Ante eso, mejor no tocarlo. Superadas esas dudas, sólo en Gran Canaria se podrían llenar los huecos, haciendo además un guiño a la organización en esta isla. María del Mar Julios, vicepresidenta, Y Bañolas, consejero de Sanidad, se lo agradecerán. No sabemos si también los grancanarios que no se llevan muy bien con CC.

Paulino ha querido aprovechar esas situaciones para mandar un mensaje de sobriedad, de control del gastos, anunciando rebajas de consejerías y cargos públicos y anunciando que apostará por los gastos sociales en esta etapa de control del gasto. Es, claramente, un mensaje que tiene que ver mucho con la proximidad de las elecciones.

 

Pero el envite no acaba en CC. El Partido Socialista también tendrá que pasar su desgaste en Canarias tras el acuerdo de los nacionalistas con Zapatero. Hay que aprobar los presupuestos y echarle una manita a CC en el Parlamento. Todos se juegan más de lo conveniente a siete meses de las elecciones. Veremos si la gran sacrificada, una vez más, no será Canarias.

 

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