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Deseo o necesidad

¿Quién no ha sentido alguna vez la necesidad de aprobación en su vida?  Se encontraba preparada, estaba muy elegante, a la vez que nerviosa, porque era su primera cita hace tiempo. Después de varios paseos por el salón delante de los familiares, exclamó: ¿¡nadie me va a decir lo guapa que estoy!? Sí, ¡estás muy guapa!, refirió su padre. ¿Seguro que este pantalón me quedan bien? Sí, hija. Eso me lo dices porque eres mi padre, esto no me pega ni con cola. Es evidente que antes de preguntar, ella misma no se sentía cómoda dentro de esos pantalones y rechazó la opinión. Entonces, ¿por qué solicitó la aprobación de los demás? No confíes en ti mismo/a; busca la aprobación primero a través de otra persona, son algunos de los mensajes que se nos inculca desde muy temprana edad y puede conllevar baja autoestima, dificultad de toma de decisiones, insatisfacción personal, etc.  Somos seres sociales y nos gusta que nos aprueben y quieran. El problema aparece cuando lo necesitamos de manera excesiva, es entonces cuando empezamos a depender de algo que no controlamos: que nos aprueben o no. Deseo no es lo mismo que necesidad. Cuando hay necesidad hay apego. El bienestar personal depende de los demás y no de lo que hagamos para sentirnos bien.

 A partir de ese momento el estado de ánimo, conductas, decisiones y conductas comenzarán a ser esclavas de esa excesiva necesidad de aprobación. Las consecuencias son muy negativas, llegando incluso a dejar se uno mismos y construir una especie de disfraz que creemos que le gusta a los demás y gracias al cual nos aprobarán. Esto con el tiempo desgasta, genera emociones muy negativas como la ansiedad o el miedo y que impide ser auténtico.  Así vamos sacrificando nuestro verdadero yo, hasta que llega un momento en que las opiniones que los demás se convierten en una barrera del crecimiento personal.

 Otros ejemplos de necesidad de aprobación en nuestro día a día son:

 Cambiar o suavizar nuestra postura porque alguien parece desaprobarnos en una conversación. Sentirnos mal, preocupados, o insultados cuando alguien no está de acuerdo con nosotros.  Expresar acuerdo (verbal o no verbal) aún cuando no estamos de acuerdo con la otra persona. Hacer algo que no queremos hacer por miedo a decir ‘No’ al otro. Anteponer a los demás antes que escuchar nuestras necesidades propias. No quejarnos cuando recibimos un mal servicio o un producto en mal estado. Difundir las malas noticias, cotilleos y chismes para llamar la atención. Pedir permiso cuando no se necesita. Pedir perdón (“los siento”, “disculpa”…) constantemente por lo que decimos o hacemos si otros han expresado su disconformidad. Fingir conocer algún tema o ser un “experto” por miedo a admitir delante de los demás que hay algo que no sabemos. O también no ser capaz de admitir un error por miedo a la desaprobación. Que nuestras emociones dependan de la opinión exterior.¡Tener una preocupación excesiva por tener una buena imagen.  Mantener las formas en exceso. Mostrarse demasiado amables cuando estamos en desacuerdo con las opiniones de los demás.  Adular de manera excesiva alguien para que nos quiera, acepte o apruebe.

 Claves para combatir la excesiva necesidad de aprobación:

 -Responsabilízate de tus emociones. Tienes el poder de elegir como sentirte al margen de las circunstancias externas.

-Escucha atentamente las críticas que te lleguen de los demás, analízalas objetivamente y llega a tu propia conclusión.

-Tomas tus propias decisiones. Ten claro lo que deseas para tu vida y hazlo. No esperes a que los demás te den su aprobación.

-Quierete, valórate y aceptate tal como eres. La necesidad de aprobación está relacionada directamente con tu autoestima.

-Se asertivo. Expresa tu pensamiento y sentimientos de un modo adecuado que asegure tu bienestar y la del interlocutor/a.

-Ten claro que no puedes gustarle a todas las personas, eso es igual a fracaso porque dejarás de ser tu mismo/a para ser quien otros quieres que seas.

-Nadie te conoce tanto como tú. Las opiniones de los demás están basadas en hechos puntuales, comportamientos no en base a tu persona.

-Elmina "los deberías" de tu vida. No te impongas acciones, haslas según te apetezca.

-Gestiona tus pensamientos anticipatorios relacionados con la no aprobación: "seguro que no le gusto", etc.

-Los errores no son fracasos, sí aprendizajes.

-Sé muy consciente de ti en cada momento, escúchate.

 

 “La opinión de los demás sobre ti, no tiene porque convertirse en tu realidad” (Les Brown)

 

 

Victoria Camejo. Psicóloga Habilitada Sanitaria.

Servicios a domicilio, en consulta y on-line. Particulares y empresas.

Nº Col. T- 2725.

Tel. 686423646.

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