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¡Avalameeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!

Con las cosas por los aires (II)

Dentro de un mes exactamente, el 22 de octubre, los casi 700 militantes con derecho a voto (662 afiliados del PSOE en Lanzarote y los 37 de las Juventudes Socialistas) tendrán la oportunidad de elegir a su secretario/a general insular con voto directo. Pero antes, el proceso electoral obliga a que los precandidatos, aquellos que quieren ser candidatos, aporten, como mínimo, el aval del 20% de ese censo, o sea, la firma de, como mínimo, 140 afiliados, que, además, sólo pueden avalar a uno sólo. Y eso empieza ya, ahora mismito, hoy, en este momento. Hasta el día 6 de octubre, hasta las 20 horas de ese día, tienen los próceres de cada precandidato para llenar de garabatos identitarios y "deneís"  hojas y más hojas.

 

Desde esta ventosa mañana de septiembre, que pone fin al verano para dar paso al más frío otoño socialista insular, los grupitos de socialistas interesados en la causa de uno u otro candidato asedian a los militantes en busca de su rúbrica y para garantizar sus garbanzos. Algunos se lo toman como unas oposiciones, si no consigo avales pongo en riesgo el enchufito en el Ayuntamiento o en Cabildo, las opciones de cargo en las próximas elecciones, las prebendas de mi pareja o los contratitos de todo a menos de 18.000. Así entonces es más fácil ponerse la camisa roja con la rosa y cerrar el puño, si hace falta, para conseguir convencer a los más remolones. Primero se ataca a los que vienen jugando a estar en los dos bandos, a los que quieren garantizar el plato de lentejas y cuya única idea-neurona es "dame más". Estos se revuelven como espinos al amanecer, a unos le firman en extremis, para conservar lo que hay, y a los otros le prometen que les votarán el 22 de octubre, "que es lo importe", por lo que pueda venir.  Superado este escenario, de los contigo y sin ti, se visita a los olvidados a los que se saben que existen pero que nadie ve por el partido desde hace tiempo, exceptuando, claro, a los que ya tienen arroyos de hijas y hijos o son amigos de parrilla y bolero sentimental. Los otros, los que ya están en el ajo, comiendo de la pesebrera, basta con quedar con ellos en cita telefónica y se le hace llegar, además, una hojita recolectora, para que sude un poco también las garbanzas que mastica.

Para estos momentos, para superar estas circunstancias, se ha estado trabajando duro a lo largo de estos dos últimos años. El aval y el voto en asamblea y primarias es lo único que explica que algunos hayan afiliado a sus parejas a la prisa y corriendo, a pesar de no tener ni pedigrí socialista, ni de izquierda ni de nada que se parezca. Ha sido tan descarada la operación de "llévate a tu pareja a la asamblea" que algunos vecinos de los susodichos o susodichas piensan que hay baile en la Sociedad cuando ven a los que siempre iban solos cogiditos de la mano de sus parejas por si acaso la levanten cuando no toca.

Pongámonos en el cuerpo de un afiliado que es abordado por alguno de los precandidatos socialistas o sus lugartenientes. Imagínese al hombre o mujer, joven o mayor, que recibe la visita del cobrador de avales del PSOE. Le deja entrar en su casa, se acerca a una mesa y escucha. Vamos a pensar que es José Juan Cruz, el mismo José Juan Cruz que ya fue hace un par de años para que le avalase para ser candidato a la Presidencia del Cabildo. El mismito que le dijo en aquella ocasión que su candidatura era en contra de la que apoyaba Carlos Espino y Cía, que no le querían, y que iba a luchar para acabar con estos "vendepatrias".  Ahora, más delgado pero con la misma risa nerviosa, le pide el aval para María Dolores Corujo, que lo había dejado, según  le dijo, sólo en su batalla presidencial,  y que ahora rema mano a mano con Espino escondido en la trastienda pero con más influencia que nunca. Evidentemente, José Juan Cruz no le dirá al afiliado cómo ha removido y deteriorado la situación de la Agrupación de Tías para dar este giro que le mantiene a él al filo del precipicio pero con cargo y sueldo por el momento.

Tampoco lo tiene muy fácil Marcos Hernández Guillén para explicarle a alguno de sus avales de las Primarias al Cabildo su situación. En aquella ocasión,  era Marcos el caballo de batalla de Carlos Espino y Cía, al igual que lo era Cristina Duque en Arrecife. En aquella ocasión, los dos candidatos fueron arrasados por sus rivales díscolos. Ahora, mientras que José Montelongo está más díscolo y alejado de Espino que nunca, Marcos hace pinza con estos y el resto de los críticos contra María Dolores, que recibe en sus brazos, con caluroso apretón, al que fuera alcalde de Tías durante 16 años, entregado a Espino hasta el nivel de convertirse en mera ventriloquia de aquel.

Comentarios

#1 Rodolfo 24-09-2017 11:34
Muy bueno. Le felicito por el artículo.

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