Una alternativa real (o realista)

Con las cosas por los aires (IV)

A una semana del cierre de la recogida de avales para poder presentarse a las primarias socialistas en Lanzarote, los dos precandidatos, Dolores Corujo y Marcos Hérnández, se están recorriendo las distintas agrupaciones que tiene el partido en la isla para arrancarles el aval a los afiliados, al menor descuido de estos, y así conseguir el respaldo fedatario obligatorio para participar en la batalla por la secretaría general insular en Lanzarote.  Y hay modales y modales.

Por una parte, Dolores, muy "Susanista" ella, va en plan estrella, rodeada por su guardia pretoriana insular, a cualquiera de los encuentros que mantiene. Así se ha encontrado en algunos lugares, como fue el caso en Tías, que eran más los afiliados errantes que los del propio lugar. Pero en la foto, si la gente no se fija, lo que cuenta es que había 32 personas. Es verdad que 17 eran de otras agrupaciones, pero qué culpa tiene ella de que Pepe Juan lo haya hecho tan mal desde que perdió la Alcaldía que ya no es capaz de llevar a las reuniones ni a su familia. A la familia, no, pero a los que han vivido al goyro del Ayuntamiento y otros que sigue enganchando desde el Cabildo, con puestitos unos y regalitos otros, sí que son fieles a sus intereses y a los de él. A nada más.

  Los errantes vieron tal desolación que se atrevieron, incluso, a monopolizar ellos el debate, dejando a los de Tías en escucha (más durmiente que activa). No a todos, el catedrático, como siempre, dedicó unos minutos de lección magistral, olvidándose del que le salvó cuando estaba con el agua al cuello, (hasta el cuello, pero gratis, eso sí) y se ha mudado a la lista que apoya, defiende y argumenta el que fuera su gran secretario general. Bueno, todo en la línea de quienes piensan que no pueden perder este proceso, que entienden que no tenía ni que haberse celebrado porque están convencidos de que ellos son lo mejor que le ha pasado al partido en años por mucho que otros piensen que es al revés, que es el partido lo mejor que les ha pasado a ellos en sus vidas. No quieren ganar, quieren arrasar, y dar la impresión desde ya que los otros no tienen nada que hacer ante el único e inigualable hiperliderazgo de la "Superloly" , creada a imagen y semejanza del imputado Carlos Espino y el condenado Enrique Pérez Parrilla por ellos mismos, hombres que fueron secretarios generales, de larga experiencia política, sonados fracasos y pegados al partido como una maldición bíblica.

No quiero repetir argumentos que ya he planteado en los tres artículos anteriores, Con las cosas por los aires (I), ¡Avalameeeeeeeeeee! y Ni mujeres, ni hombres, ni viceversa, pero entiendo a los afiliados amigos que se me acercan con cara de disgusto y me cuentan lo que le han hecho o lo que han tenido que hacer porque entienden que cuando se pone en riesgo el sustento de la familia no se está hablando de ética, ni de ideología sino de mal negocio. Y a eso no quieren llegar. Si no pueden votar libremente y seguir comiendo, por ahora, prefieren continuar comiendo que ya habrá otra oportunidad de votar.

Me sorprendió enormemente el caso de un chico, amigo mío, que su experiencia en el partido es contraria a Loly pero entiende que no seguirles el juego es poner en riesgo los planes de seguridad. Y eso sí que no. Lo primero es la seguridad, y si es la seguridad económica de uno menos todavía. ¡Qué cruz, que cruz le ha caído encima! Y las cruces no son como los clavos, que un clavo saca otro. Con la cruces, si te amarras a una pierdes la otra. Esos es así. Y bien que lo sabe el pequeño valiente que vuelve a postrarse ante el que tanto crítico. La política es una fiesta.

Mientras tanto, Marcos, prefiere ir a lo Pedro Sánchez. Haciéndose la víctima, cogiendo uno a uno los avales y haciendo reuniones con mucha modestia y reclamando libertad de los afiliados y actividad en las agrupaciones. No sé si Marcos es la mejor persona para jugar este papel, pero está claro que tal como lo está haciendo Dolores, con sus históricos/ histéricos lugartenientes Cruz y Stinga, recuperando sus viejas mañas de secretarios locales, me parece que tendrán exactamente los votos que hayan amarrados a través de sus cuotas de poder en las instituciones. Exactamente igual que hizo Espino para ser secretario general desde la Consejería de Centros Turísticos. Ahora, me imagino, que no habrá cocinas al precio de las de Isabel Preysler pero en contratitos  de todo a 18.000 de forma directa o a través de algún cambalache o alexandra habrá unos cuantos.

Me parece demasiado arriesgada, además, la tontería susanista de los Loly Boy,s de conseguir cientos de avales más de los necesarios. Eso es un riesgo bastante grande de que se saquen menos votos que avales. Aún acompañando hasta la urna al afiliado, y mirándole lo que lleva entre las manos, siempre se corre el riesgo de tocarle excesivamente lo que lleva entre las piernas y acabe saltando. Dicho queda.