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El páramo socialista

Con las cosas por los aires (V)

Hacía tiempo que no le veía. Ya no se prodiga como antes. Ahora prefiere sus cosas, su familia a los enredos de partido, borracheras de compañeros e internacionales cantadas con el puño bien cerrado y en alto, no en el bolsillo, como se estila ahora. Pero se morirá siendo socialista, lo que siempre ha sido. Y de los buenos: de los ilustrados, de los que no sólo leen, escuchan y hablan sino que también piensan. Y, eso último es lo que "más me calienta", según sus propias palabras. Me aprieta con su mano en mi brazo y se apasiona contándome los encendidos debates del partido socialista en las asambleas hasta hace unos años. "Y después todos amigos, coño, que de eso se trata. De discutir para encontrar puntos de encuentro que beneficien a la gente, que mejoren la sociedad". Asiento con la cabeza, no porque no quiera decir nada, sino porque cuando un socialista de los de verdad se pone hablar y a recordar sus vivencias de militante comprometido lo que busca son oídos no lenguas. Y, en esas estoy. Escuchando y asintiendo. Asintiendo y asintiendo. Y el hombre que no calla.

En uno de esos resuellos del hombre para coger aire y seguir con la matraca rosada, aprovecho para soltarle un directo a la mandíbula. "Bueno, todo eso está muy bien y es verdad, pero seguro que ni avalaste a nadie ni vas a ir a votar, colaborando con tu dejación a que la deriva se haga más zozobra". Para qué habré dicho eso. Es que sólo a mí se me ocurre. Aquel  se frenó en seco,  los ojos le empezaron a dar vuelta como en las máquinas tragaperras y se puso rojo con un tomate de la costa de Tías a finales de abril. Dos horas de reloj me llevó zafarme del susodicho, pero se me pasaron rápidas.

" Estos, estos, han convertido el partido en un páramo, en un páramo. ¿Tú sabes lo que es un páramo? Pues un páramo. Ahí ya no crece nada bueno, sólo la corrihuela. ¿Tú sabes lo que es la corrihuela? Pues corrihuela, chico, corrihuela. Hay unos ahí que no te los quitas de arriba ni con matarratas. Te los cargas y cuando te das cuenta ya están ahí, otra vez, jodiendo lo poco bueno que pueda salir. Es eso, corrihuela, corrihuela, la yerba mala esa que se mete en los terrenos y ya no hay nada que acabe con ella y se cargan todo, pues eso. No se me ocurre mejor forma de decirlo", acabó diciendo mientras movía la cabeza de un lado hacia otro, resoplaba y apretaba con más fuerza mi brazo.

- ¿Y entonces le dejamos el  enarenado bien fertilizado y abonado a la corrihuela?- Le pregunto en plan provocador pero de forma neutral, como si me diera lo mismo cuatro que ochenta. Me mira con cara de estar más envenenado que una cuca en un charco de lejía y dispara.

- Pero muchacho y qué vas a hacer. Lo compran todo, amenazan a todo el mundo, tienen el partido hecho un páramo. ¿Sabes lo que es un páramo? ¡igual! Si ya no hay ni asambleas, y en las pocas que hay se ponen hablar los cuatro "flaires"  que tienen para ellos no dar la cara y se ponen a decir boberías con razonamientos de guardería, que huelen más a los chicos de la falange que a las juventudes socialistas si quiera. Eso es un páramo. ¿Tú sabes lo que es un parámo? Todo pasa por las manos de ese chico, de ese Espino, que no sé qué es lo que tiene que lo echan y los mismos lo vuelven a buscar para tenerlo en la trastienda metiendo follones y rollos malos. Corrihuela, chico, corrihuela. ¿tú sabes lo que es la corrihuela? Y después Enrique, quién me lo iba a decir, Enrique, que era más socialista que nadie, agarrado ahí, de guardia pretoriana de esa mujer que se cree la virgen María y San José juntos. La oigo hablar y se me van las tripas, se cree una pasionaria. ¡Pero que la pasionaria no era socialista!  y estos son capaces de todo por estar. ¡Qué pena de partido! ¡Con lo que nos costó levantarlo!

- Todo eso está muy bien, ¿pero vas a ir a votar o no? A mí me dicen que si se movilizan los que son como tú, que son capaces de pagar las cuotas y no participar, mientras que a muchos de los que participan hay que pagarles hasta las cuotas para que después no se salgan del guión, las cosas no estarán tan claras a favor de los Loly Boy´s.

- Si ya te digo, muchacho, corrihuela. Corrihuela de la mala, mala. Es terrible a lo que se ha llegado.  Gente que lo único que quiere en esta vida es estar ahí pegados al cargo y a la bobería. Y te digo que cada día son peores tanto los que han estado siempre, que van empeorando de mala manera, como los que meten ellos mismos que ya los buscan a sus modos y maneras del momento.

- Que son las dos, que no llego a la tertulia. Perdona, me tengo que ir, que yo todavía tengo que cumplir. Pero no me has dicho si vas a ir a votar por lo menos, o te vas a quedar con los brazos cruzados mientras tu partido se convierte....

- Eso es corrihuela. Corrihuela, corrihuela. ¡Un páramo!

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