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Una ración de igualdad

No parecía la mejor alternativa para la mañana de un sábado. Ni estaba del todo convencido. Pero pensé que, a veces, la vida te sorprende. Que de allí donde crees que no hay más que obligación y trabajo puede brotar una circunstancia placentera, divertida, instructiva, casi reveladora. Aunque, ya en los cincuenta, y con cierto bagaje en la maleta, me doy por satisfecho si voy a una conferencia y no ronco. Lo de las cabezadas e, incluso, dormirme cada vez lo llevo mejor. Y, en algunos casos, hasta lo agradezco.

Me metí media hora de coche y otro tanto de música folclórica. Sin antena, el trayecto a Playa Blanca se hace sin cobertura de radio y el otro único cd que tenía era de Rafael. Y ya no estoy yo para mucho escaaándalo. Que bastantes hemos tenido ya en esta isla nuestra.

Llego a la Avenida de Playa Blanca, encuentro una silla libre en la carpa habilitada por el Ayuntamiento de Yaiza en el justo sitio donde el sol rajaba las piedras y puse mi calva cabezota a su servicio. Antes de empezar la charla moderada por la alcaldesa de Yaiza y parlamentaria, Gladys Acuña, ya estaba yo pensando en rajarme para mi casa. Pero por tal de no aguantar, otra vez, media hora de carretera y de folías, polkas y malagueñas me esperé un poquito. Poco a poco, me fui entonando con la Koala Rabioso (Alba Vidal) y Naty Penadas (Natalia Pérez), creadoras audiovisuales y youtubers españolas, que explicaban con un desparpajo y humor contagioso el ancho mundo de la diversidad sexual y las distintas ramificaciones que nos llevan a los/as transexuales, apoyadas en videos de lo más elocuentes.

Y allá sobre las doce y media, cuando el estómago ya me estaba avisando de que comer es una necesidad esencial que hay que atender con regularidad si no queremos caer en la fatiga, veo que cinco mujeres se suman a las dos youtubers para completar una mesa muy sugerente pero que no era la que yo espero a estas horas, en la Avenida de Playa Blanca, en la misma puerta del Brisa Marina del amigo Juan "El Majorero".

Y empieza Gladys con las presentaciones. Están invitadas Carolina Darias, presidenta del Parlamento de Canarias;  Gloria Poyatos,  Magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Canarias y presidenta de la Asociación Mujeres Juezas de España; Marina Marroquí, presidenta de la Asociación Ilicitana contra la Violencia de Género;  Carmela García, artista plástica; Antonia Varela, investigadora/ingeniera senior Instituto de Astrofísica de Canarias; y las dos youtubers ya mencionadas.

 Bueno, ya estábamos en Únete Yaiza, en la mesa redonda 'Encuentro con Mujeres', donde  nos decían que distintas mujeres con roles destacados dentro y fuera de Canarias mantendrían una distendida charla sobre feminismo, sororidad, empoderamiento y pensamiento crítico como bases para la erradicación de la violencia contra las mujeres. Empecé a hacer multiplicaciones, divisiones, raíces cuadradas y de todas las maneras me salía que antes de las 14:30 horas no acababa aquel acto, bajo aquel sol, en plena Avenida, al ladodel restaurante del que salían olores de manjares tales que mi abdomen se orientaba sin orden ni concierto en su dirección.

 Bueno, ya está. A sufrir y a oír y esperemos que no ronque que no son horas.

Pero no, qué va. Cada vez estaba más despierto. Empezó Carolina Darias que, con su acento canarión, nos sumergía en una mujer que no está dispuesta a aceptar lo sobrevenido y que se arma para combatir y luchar por su libertad, por su desarrollo personal, alentada por su madre, la primera feminista que conoció, según confiesa. Acto seguido, cuando ya estaba en estado de escucha activa, le tocó el turno a la magistrada Gloria Poyatos, que con un pose hierático, muy de lo que es un juez, y un hablar fuertemente reivindicativo y feminista te anula el hambre y te abre el apetito sobre el tema. Cuestionadora del poder judicial, espacio reservado todavía para machos en su altas jerarquías, construye un mensaje con los suficientes argumentos y valiente exposición, que me atrae hasta el punto de que, lejos de hacer esfuerzos para controlar mis parpaditos de búho viejo, me veo integrado en el coro de palmeros al finalizar su intervención. Después de Poyatos, temía que decayera mi interés y se me desconectara la neurona que tengo de guardia los días de fiesta y fines de semana. Pero no. No, no, en serio.

Con Marina Marroquí nos sumergimos en la parte más negra del machismo, la violencia física y psíquica, con una víctima que se ha armado conscientemente para no permitir que ni a ella le vuelva a pasar ni que otras mujeres pasen por la experiencia de ser humilladas por un mal hombre, por un maltratador que lleva su rol hasta las últimas consecuencias. Su experiencia, su trabajo actual de orientadora con adolescentes, contados con su innegable locuacidad lo hace todavía más eficaz. Ya no me duermo ni con somníferos. Me gusta. Le encuentro sentido a estar allí. Disfrutando del relato de la experiencia, conciencia y lucha de estas grandes mujeres que lejos de quedarse en el Brisa Marina degustando unos excelente manjares dieron un pasito más en sus vidas y se apalancaron para ir más allá. A tomar conciencia de género. A no sentirse satisfechas con su merecida, dura y loable victoria individual contra un sistema que les penaliza por ser mujeres, que les discrimina por llevar vagina en lugar de bastón de mando. Son un ejemplo. Y lo saben, pero es que ya lo eran, con su victoria.

 ¿Por qué Poyatos en lugar de recrearse de ser una de las pocas magistradas, se empeña en que haya por lo menos la mitad de mujeres en las jerarquías judiciales? ¿Por qué Antonia Varela,   investigadora/ingeniera senior Instituto de Astrofísica de Canarias, en lugar de presumir de ser un cerebrito, de su puesto y de sus ojos inmensos que irradian vivacidad e inteligencia se dedica a reclamar más competidoras en su ámbito laboral? ¿Por qué  Carmela García, artista plástica, que ha abierto en canal muchos de los principales museos del mundo con sus espectaculares fotografías, saliendo de una islita como esta, se sube a un escenario, para participar en una mesa para visibilizar la desigualdad, si ella es una triunfadora con doble o triple mérito? Ya no puedo dormir. Ni creo que en pleno siglo XXI podamos estar durmiendo tranquilos mientras, silenciosamente para no despertarnos,  los poderes se conjuran para que mis hermanas, mis hijas,  todas las mujeres del mundo, vean reducidos sus derechos y oportunidades. Sólo pensar que el excelso talento que brillaba más que el sol en la Avenida de Playa Blanca pudo verse anulado por ese tráfico de intereses a favor de una mitad de la sociedad en perjuicio de la otra mitad me inerva y me arma. Ya no me entristece. Me da rabia. Hay que acabar con esto, cueste lo que cueste.

Y no estaría de más que hablando de modificar la Constitución, que cumple 40 años el próximo año, ya que no quieren oír hablar de república y elección popular del Jefe o Jefa del Estado, que, por lo menos, quiten la prelación de los herederos del trono frente a las herederas, que es, por su relevancia, el peor error propagandístico de la norma suprema que declara que los hombres y mujeres tenemos los mismos derechos.

¡Mujeres del mundo, uníos!

elperiodicodelanzarote.com