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Pobre Arrecife, paupérrimos políticos ricos

Arrecife se rompe (IV)

 Pobre Arrecife. Pobres arrecifeños. Me lamento por la parte que me toca, pero mucho más por la que no me toca. No entiendo cómo más de 58.000 personas permiten, sin rebelarse, que sus representantes pasen completamente de resolverles sus problemas colectivos. No entiendo, repito, que den por bueno que  veinticinco concejales elegidos por menos de la mitad de ellos con derecho a voto ( el 45,8% del censo) se dediquen a malgastar el dinero de sus impuestos en cuitas personales, políticas y en pueriles descuidos de gestión.

 

El que más o el que menos de esos veinticinco elegidos cobra una pasta gansa del Ayuntamiento de Arrecife. Porque lo de ellos sí lo han arreglado mediamente bien. Unos cobran por ser concejales del grupo de gobierno, otros por ser portavoces de sus respectivos partidos y los pocos que quedan por asistencias a plenos y comisiones. Todos tienen garantizados unos ingresos por ser concejales electos de una ciudad que echa de menos un grupo de gobierno que gestione con estabilidad y sentido común. Una ciudad que pide a gritos ayuda, aunque por el momento sólo lo hace en los bares, en sus casas, las peluquerías y, tímidamente, en los medios de comunicación.

Todavía no se atreven a salir a la calle, con o sin machete, a dar muestras de que está ciudad está habitada y que las necesidades que tienen que estar debatiéndose en el ayuntamiento no son sólo los egos y la dignidad mal entendida de quienes se sientan allí creyendo que no tienen obligaciones, que pueden hacer exactamente lo que les sale de sus cositas, entre ellas olvidarse completamente de atender las más que justificadas demandas públicas.

Cómo se puede ser concejal de Arrecife y persona decente y darle prioridad a sus batallas político electorales sobre las demandas de los barrios de la capital. Cómo se puede ser concejal de una ciudad de cerca 60.000 habitantes, montada sobre una superficie municipal de 22,70 kms2 y una densidad poblacional de 2.579 P/K2, con el mayor paro de la isla, con la mayor mendicidad de la isla, con la mayor suciedad de la isla, con la mayor abstención de la isla y entender que lo más importante para Arrecife es que no sea alcaldesa Fulanita y mantener en el gobierno a Menganita porque me interesa más electoralmente o porque me cae más simpática, o porque es ideológicamente más cercana, a pesar de que sé perfectamente, y precisamente por eso, de que va a seguir en la misma tónica que hasta ahora, que es exactamente no hacer absolutamente  nada para revertir una situación que se les escapa totalmente de su capacidad e interés.

 Cómo se pueden llamar políticos, cómo pueden cobrar dinero público, cómo se atreven a crujir a los ciudadanos a impuestos para después no hacer absolutamente nada en beneficio de ellos con esos recursos que salen de sus bolsillos y se malgastan hasta el sonrojo colectivo. Pero cómo se pueden levantar de sus camas todos los días, asearse, desplazarse por la ciudad y apalancarse en su sillón público sin percibir ni el nivel de deterioro de esta ciudad ni su maldita irresponsabilidad de vivir ajenos a ella. ¿Dé que están hechos? ¿Qué materia gris permite dedicarse a lo público para priorizar exclusivamente lo de uno, su bolsillo ( ninguno renuncia a cobrar ni acepta remuneración por objetivos), su partido ( eso es bueno para Arrecife pero malo para mi partido, así que no), su ideología ( yo soy de izquierdas y no voy a apoyar a ese aunque lo que plantee es lo que realmente necesitemos todos) y su imbecilidad (si estos hunden la ciudad y aquellos se mueren de aburrimiento, el próximo alcalde soy yo)? ¿Eso es la política, sólo eso? ¿No hay ningún tipo de restricción ética, de responsabilidad y sentido común que obligue a estos personajes a optimizar sus estrategias electorales sin dañar la ciudad? ¿Se puede permitir que una ciudad que se cae a trozos, literalmente, la primera decisión del grupo minoritario de gobierno sea duplicar los servicios de comunicación? ¿Se preparan para gobernar, para solucionar los problemas o, simplemente, para comenzar desde ya la batalla electoral en medios de comunicación y esquinas interesadas? ¿Se puede someter a un pueblo a este hostigamiento y escarnio bajo la más absoluta normalidad democrática y social? ¿De qué está  hecho un pueblo que permite que sus propios gobernantes jueguen con sus recursos hasta empobrecerlos de esta manera? ¿Seguimos aceptando que la gente siga sacando sus iras quemando contenedores, palmeras y coches, no yendo mayoritariamente a votar  mientras instalamos en esta ciudad una política propia del tercer mundo? ¿Si instalamos una política propia del tercer mundo, de corrupción, propaganda e insensibilidad nos sorprenderá entonces que alcancemos niveles de delincuencia y desestructuración propios de esos lugares? ¿No sería mejor dejarnos de tanto cuento chino, de tanto ego hueco, de tanto marketing político, de tanto piquito de loro embadurnado y actuar con unos niveles mínimos de seriedad? ¿Sinceramente, no se dan ustedes cuenta que esta isla rica no se merece políticos tan pobres?

¿No se dan cuenta que sus guerras e intolerancias fingidas no producen sino malestar y peores ratios de calidad urbana y bienestar social? ¿No se dan cuenta que de lo que ustedes hablan sólo están interesados ustedes mismos? ¿No se dan cuenta que la gente lo que pide es que le resuelvan los problemas, que le importa un bledo que usted le haya dicho a su compañero de pupitre, en el parvulario que han convertido el salón de pleno, tal exabrupto o haya hecho no sé que cita o usado aquel u otro cultismo? Concejales de Arrecife, todos, los veinticinco, los 6 más 5 más 5 más 2 más 2 más 2 más 2 más 1, déjense de palabrerío y cuentos bufos y preparen la contabilidad de cuatro años de política municipal.

Dentro de un año y medio hay que presentar las cuentas a la junta general, al pueblo de Arrecife, y me da que estos están aprendiendo de Hacienda, aquí ya sólo vale lo que se pueda demostrar, los recibos y facturas de lo que se ha hecho debidamente diligenciados. Lo otro, todo lo demás, son gastos no deducibles. En el tema que nos toca, simples cuentos chinos. Y para cuentos chinos ya nos bastan con los de Yangyang  en Gran Hermano.

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