PUBLICIDAD

¿Se puede ser cuando no se está?

¡Comienza el baile! (X)

Normalmente, se da por hecho  que el alcalde  de un lugar es un vecino que representa a sus convecinos en ese mismo lugar. Que es el vecino elegido por el resto de los habitantes de un lugar para que les represente y les defienda, como persona igualmente  afectada y demandante de los mismos servicios que ellos. Pero no siempre es así. No es obligatorio, aunque yo entienda que sí necesario, que una persona para ser alcalde de un municipio sea residente en él, o viva en él, o haya nacido en él. ¿Basta con que sea español? Ya no es necesario ni eso. Basta con que tenga nacionalidad española o resida en España, si procede de alguno de los muchos países con los que hay reciprocidad en los derechos electorales, además de todos los que pertenecen a la Unión Europea.

 Pero, claro, usted pensará, y tiene su lógica, quién va a votar para que le represente a alguien que no vive sus propias circunstancias, que no tiene el mismo interés que ellos en que las cosas funcionen bien en el municipio para mejorar su propia calidad de vida y la de sus ciudadanos o que no conoce su realidad desde el sufrimiento diario que provoca en la comunidad. Pero, aunque parezca raro e ilógico, esos casos se dan. Y no tan lejos de aquí, por cierto.

En Tías, por ejemplo, los alcaldes no solo han residido en el municipio, han vivido en el municipio, y la mayoría hasta han nacido en el municipio, sino que dos de ellos, casi lo hacen en el propio Ayuntamiento, del que distan sus casas apenas unos metros. No es que les vayamos a pedir tampoco a todos los alcaldes, que sean fieles guardianes antes y después de sus gobiernos de la Casa Consistorial. En San Bartolomé, hasta en los tiempos de la batiburrillos aquellos de los años 90, todos eran del municipio, aunque con el socialista Marcial Martin, se rompió esa prelación  ya que, aunque era natural de Güime, vivía en Arrecife. Pero, ahora, tanto la alcaldesa elegida, Loli Corujo (PSOE), ( aunque está más tiempo fuera de la isla que en San Bartolomé), como el presunto alcalde en la espera, Alexis Tejera (PSOE), como quien ejerce de alcalde la mayor parte del tiempo, David Rocío (CC), son del mismísimo pueblo cabecera del municipio, San Bartolomé. En Teguise, los alcaldes han salido igual de la misma Villa, que de Guatiza, Los Valles o, ahora, de Tahíche, con Oswaldo Betancort como abanderado. Tampoco se le puede poner mácula a Tinajo, que tanto Luis Perdomo, como Marcos Hernández y Jesús Machín, son hombres de sus pueblos y el alcalde actual vive en La Vegueta de su alma.

Después de este recorrido por los cuatro municipios  más céntricos de la isla, todo parece que está cómo debe ser. Un vecino es elegido por sus convecinos para representar y defender a la vecindad. Pero todavía quedan otros tres municipios.  ¿Residen, son o están los alcaldes de Haría, Yaiza o Arrecife en sus correspondientes municipios?  También podríamos preguntarnos por qué alguien quiere ser o es alcalde de un municipio en el que ni tan siquiera vive en lugar de serlo, precisamente, allí donde vive.

En el caso de Arrecife, es más que conocido que los vecinos votaron mayoritariamente la lista socialista que obtuvo 6 concejales de 25. También se sabe que el candidato a la Alcaldía era José Montelongo, que es y vive en Arrecife. Pero, claro, con las rebajas judiciales, el PSOE descartó a Montelongo y se convierte en alcaldesa la segunda de la lista, Eva de Anta. En ese momento, de hace ahora dos años, ni vivía en Arrecife, ni era natural de Lanzarote, procede de Madrid, ni llevaba largo tiempo en contacto social con la capital, aunque ya era concejala de Cultura en el anterior mandato, sin ser ni estar en Arrecife. Ahora, sí reside en Arrecife. Entendió el mensaje de que no se puede saber qué viven los vecinos y cómo sufren sus carencias si se hace desde  la distancia. Y, ahora, reside en Arrecife y es alcaldesa de Arrecife. Aunque en Arrecife, por aquello de que es la capital y punto neurálgico político y social de la isla, no está tan mal visto no residir, por el hecho de que todos nos movemos por Arrecife y sabemos cómo está y queremos siempre que esté mejor, aunque, aún así, siempre va a peor, por difícil que parezca. Por eso, se explica que el propio José María Espino fuera alcalde de Arrecife y residiera fuera de ese municipio, o que Isabel Déniz fuera alcaldesa de Arrecife y viviera en Playa Honda, como otros alcaldes más y muchos concejales.

Las cosas por el norte y por el sur de la isla no están mucho mejor ni son tan distintas como apuntaba la canción de Rafaela Carrá. En Haría, está de alcalde un hijo de Haría, nacido allí, pero está al mismo tiempo un residente del municipio de Teguise. Marciano Acuña, que fue primero consejero del Cabildo antes que alcalde de Haría, fue elegido por los que fueron sus vecinos en el municipio de Haría, a pesar de que sabían que se llevó sus bártulos para un pueblo más próximo al jable. Que casó en Tao y allí reside.  Entonces, claro, no se le puede echar en cara que no resida en Haría, que se haya ido a Tao ( "Tado", decían los más finos del lugar) porque era una situación que ya se daba cuando fue elegido. Aún así, ¿qué le preocupa más a Marciano que funcionen bien los servicios e infraestructuras  del municipio de Teguise, de su pueblo de Tao, que son los que disfrutan y usan sus familiares más cercanos, o los del municipio de Haría, que son los que él tiene que mejorar para el disfrute de los norteños? ¿Tiene el mismo interés que los vecinos en que los servicios e infraestructuras municipales funcionen bien? Me imagino que cada uno tendrá su respuesta.  Y también su pregunta: ¿Será que los norteños piensan que un hijo de Haría como Marci lo hace mejor que cualquier otro de los candidatos aunque estos vivan allí? No lo sé, lo que sí está claro que le votaron mayoritariamente , dándole 5 concejales de 11 para su candidatura, sabiendo que ya no residía en Haría.

El caso de Yaiza es más enrevesado todavía. Es una mezcla del de Haría y Arrecife con sus propias matizaciones. Oscar Noda  es un hijo de Yaiza, con su familia en Yaiza, pero hace unos  años que reside en el municipio de San Bartolomé. Aunque él es un enamorado de su municipio y viviría en él mejor que en ningún sitio, las circunstancias le han llevado a residir a tierras de batatas y viñas. Y allí le cogió la inhabilitación, por sentencia no firme, de Gladys Acuña, la sureña de pura cepa, con más raíces en Uga que las palmeras, y allí sigue. Oscar Noda lleva siete años de concejal de Hacienda, era uno de los pilares de la gestión municipal de Gladys en el Ayuntamiento y estaba estratégicamente colocado de número dos en la candidatura para que diera el salto a la Alcaldía, si pasaba lo que finalmente acabó pasando. Y ahora es el alcalde, "of course".  Pero también es un alcalde de un lugar en el que no vive. Que depende de lo que hagan los Corujo, Tejera, Rocío en San Bartolomé  para tener un mejor servicio de basura, unas mejores infraestructuras deportivas, y, además, tiene servicio de guardería y otras cosas a su alcance, gracias a la actuación municipal de San Bartolomé, que no tienen en el municipio donde él es la primera autoridad.

Oscar Noda, además, al igual que Eva de Anta, no accedió a la Alcaldía por elección popular. Lo hicieron, ambos, como respuesta a una situación sobrevenida, prevista en el ordenamiento jurídico, pero que no necesita ni tiene respaldo popular. Por eso, no hay una aceptación explicita de su condición de visitante alcalde, como sí ocurre en Haría, aunque sea un natural de Yaiza, en contraposición de Eva de Anta.

¿Pueden llegar a pensar los vecinos de Yaiza que su alcalde no vive con la misma pasión e interés la demanda de los servicios e infraestructuras? ¿Que la Alcaldía para ellos no es más que un trabajo bien remunerado de ocho a tres y que, luego, dejan en manos de los Ayuntamientos de San Bartolomé y Teguise la resolución de los problemas vecinales donde ellos han decidido vivir? No lo sé. Pero no tengo la menor duda de que un alcalde debe vivir en el municipio que gobierna. Que se fundamenta en la idea fuerza del gobierno local. Un gobierno hecho por la gente del lugar, de acuerdo con su forma de ser y para dotarse de los servicios que ellos como comunidad priorizan. Un gobierno salido de ellos, para ellos y por ellos. Aunque, todo sea dicho, la ley permite que un vecino del lugar más recóndito de España pueda ser alcalde de otro en sus antípodas, siempre y cuando le voten los que han tenido la oportunidad de elegir a uno de ellos. Aún así, el alcalde es el alcalde, el primer vecino para defender  a la comunidad y el primero para sufrir la adversidad. Y de estas maneras y formas, la cosa no me cuadra.

Comentarios

#1 Juan Arrocha 06-05-2018 11:23
Estimado Manuel García, estoy de acuerdo con esta reflexión en la que he pensado desde que me enteré que Isabel Déniz vivía en Playa Honda y era alcaldesa de Arrecife. Siempre pensé que los alcaldes y concejales tenían que vivir en el municipio donde se les votaba. Y además pensé que era un requisito para ir en las listas, pero ya veo que no. Yo no quiero un presidente de Canarias que viva en Madrid, por poner un ejemplo. Necesito que mis representantes vivan donde me representen, y si en el caso del Alcalde de Yaiza, lo más lógico es hacer un traslado de residencia, sería lo más lógico, pienso yo

Comments are now closed for this entry