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Arrecife y la ley de Murphy

Eso es lo que hay (Elecciones locales) (V)

La política en Arrecife, como los contenedores, los coches viejos y los inmuebles abandonados, está que arde. Combustiona con cualquier cosa. Hay tantos intereses entrecruzados y tan poco interés en  hacer nada que se ha conseguido, en poco tiempo, lo que ya parecía imposible: que Arrecife empeorara.  Es un ejemplo de libro de las leyes Generales de Murphy.  Aquí, todo lo que puede empeorar, empeora hasta lo absurdo. Y aquello que puede mejorar también empeora, porque no hay nadie, ni se le espera, capaz de desarrollar esas potencialidades.

Lo hemos venido diciendo a lo largo de estos cuatro años. Hay muchos artículos que hablaban ya de la incompetencia del grupo de gobierno formado por el PSOE-PIL-CC a principios del mandato. Con trece concejales, de veinticinco, la mayoría absoluta raspada, pero con toda la fuerza para aprobar presupuestos, planes generales y lo que se tercie. Y se ofuscaron en evidenciar las carencias de todos esos concejales, las diferencias entre los tres partidos y finalmente las del PSOE consigo mismo, que llevo a José Montelongo a salir de la Alcaldía, presionado por la mayoría de sus concejales y la secretaria general del partido. Montelongo dimitió a regañadientes, por su situación judicial, pero se marchó. Y vino Eva. Y dijimos qué pasaría en lo que  quedaba del mandato. Se acentuaron las diferencias entre CC y PSOE y se intensificaron las relaciones entre los concejales del PIL y la alcaldesa. En la guerra de guerrillas instalada por el PSOE en el Cabildo, con la salida de los consejeros del PSOE del gobierno de Pedro San Ginés, se abrió la caja de los truenos.

Más pronto que tarde, los concejales nacionalistas se salieron del gobierno de Eva de Anta que, por contra, sacó a los dos concejales del PIL de su propio partido para  tenerlos a su pleno servicio. El resto de las fuerzas, a excepción del PP que estuvo fraguando una moción de censura que no llegó a salir, creyeron que era mejor mirar para otro lado, dejar pasar el tiempo para que se quemaran todos y encontrar en ello redito electoral. No importaba que, mientras tanto, Arrecife se  hundiera hasta niveles insospechados, inéditos en los años de democracia. Que ni tan siquiera se pagaran las subvenciones, que se cerraran servicios sociales, que se desatiendan casi todas las obligaciones municipales, que se instale un pesimismo castrador en la capital de la isla sin precedentes.

El PSOE, lejos de buscar una respuesta a esa lastimosa realidad. Ya fuera política, cerrando pactos que dieran más fondo al grupo de gobierno, o de gestión, definiendo un equipo líder en la institución que marcara objetivos y alentará a los trabajadores. Pero, nada. El PSOE está en otras cosas. En intentar deteriorar a Pedro San Ginés y en lucir palmito en el Parlamento. Arrecife es cosa menor, dejémoslo en manos de Tomás Fajardo, Eva y sus chicos. Y así fue. Hasta las ratas salen de procesión por la ciudad en busca de una respuesta a tanta mediocridad. Pero lejos de encontrarla, descubrieron que el grupo de gobierno no sólo era diminuto, sin capacidad ninguna ni cualificación alguna, sino que, además, estaban malavenidos. Y se recrudece la batalla entre el concejal que es secretario de la Agrupación Local y la alcaldesa que aspira a volverlo ser hasta el punto que acaban enfrentados sin posibilidad de solución.

Después de visto todo eso, los socialistas esperaban con ilusión este periodo electoral para cambiarlo todo. Pero, la realidad, es que sólo cambiaron a los concejales de Eva, cuando querían cargarse a Eva. Y volvieron a demostrar, otra vez, que todo lo que puede empeorar empeorará. Y todo aquello que puede mejorar también empeorará. De hecho, la inclusión en la lista del tránsfuga ex PIL Tomás Fajardo es un ejemplo de que en Arrecife, ni el PSOE sabe lo que está haciendo.

La realidad es que el PSOE sacó seis concejales con José Montelongo de candidato. Y este, ahora, está con su propia candidatura para volver al ayuntamiento. Uno de los concejales que entró con él,  Zebensuí Rodríguez, va también en esa lista, en el último puesto, para mostrar que está al lado de Montelongo y alejado del PSOE. Por si fuera poco, el último secretario de la Agrupación, David Duarte, tuvo que "salir a patas" porque iban a por él. Va de número tres en Nueva Canarias Somos Lanzarote al Ayuntamiento.

La desquiciada política promovida por el PSOE en este mandato no sólo ha acabado dejando el Ayuntamiento patas arriba y la ciudad más abandonada de lo que ya estaba sino que, además, ha hecho saltar por los aires al partido, que sufre una sangría importante y ve desmerecer su ética, dando cobijo a tránsfugas en sus listas y dando el poder de la organización a apartados de la misma, que no pueden tener afiliación, y actúan en la sombra como los verdaderos secretarios de organización del partido. O sea, que en esas estamos. Hasta que empeore. ¡Que empeorará!   

  

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