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Eso es lo que hay (Elecciones locales) (XVII)

Quedan apenas cinco días de campaña, uno de reflexión y a votar. El nerviosismo cada vez es mayor en los candidatos de esa veintena de partidos que concurren a las elecciones a buscar asiento de concejal,  consejero o parlamentario. Es una guagua que pasa cada cuatro años y quien no coge asiento ahora tendrá que esperar otros cuatro años para volverlo a intentar.

 Algunos, los segundos y terceros de los partidos con más historia y base, lo viven más tranquilos, saben que estarán en el Cabildo o en el Ayuntamiento porque las expectativas de su partido son mucho más amplias, adentrándose esas pretensiones mucho más arriba del puesto que ocupan ellos. Y también saben, al no ser cabezas de lista, que ellos no podrán ser ni alcaldes ni presidentes de Cabildo. Y eso es lo que preocupa a los políticos más conocidos, que no les basta con salir, con ser concejal o consejero sino que quieren ser el más votado y, si se puede, sacar mayoría absoluta, objetivo muy difícil de conseguir en este escenario de tantas candidaturas y tanto fraccionamiento del voto.

A lo largo de estos días, los candidatos de los distintos partidos están metidos en faena y también participan en debates, que yo pierdo el tiempo en ver, con el deseo de descubrir nuevas espadas entre ese mogollón de candidatos. La mayoría son claramente vulgares, mediocres, con expresión oral de párvulo y planteamientos de chinijo/a chico/a. Pero, a veces, cuando das todo por perdido y miras la pantalla sin verla, perdido en recuerdos de otras campañas y de otros candidatos, suena la flauta. Me pasó en el debate de Lancelot Tv con los candidatos a la Alcaldía de San Bartolomé. Mientras Lorenzo Reyes (PP), David Rocío (CC) y Alexis Tejera (PSOE) iban a lo suyo, como “perros viejos” que son en la política, aunque sean jóvenes todavía, me gustó la candidata de Somos, Tibiabin Hernández.  Me gustó su naturalidad, su tono suave pero decidido, su despliegue de papeles en la mesa y su voluntad de defender su parcela y su proyecto con uñas y dientes frente aquellos tres hombres  y muy especialmente contra el alcalde in pectore, el socialista Alexis Tejera, que intentó en varias ocasiones encarar las críticas de Tibi argumentado que ella no conocía bien la situación del Ayuntamiento ni cómo funcionan los procedimientos administrativos. Pero ella no se achicó. Con esa carita de chica buena, le quitó el don, le llamó a Alexis y le contestó sin perder los nervios ni abrumarse. Aunque acabara pidiéndole disculpas por llamarle por el nombre de pila y no señor Tejera. Que supo también a requiebro sarcástico ante un Alexis que ya ve como alcaldes y por encima de todos sus rivales.

También me gustó en el debate de Teguise, Marcos Bergaz, el correcaminos socialista. Que se presentó en Teguise, cuando sus compañeros de allí cerraron por “disgusto electoral” y ha sido capaz de crear lista, plantar batalla y ganarse cierta credibilidad en tierra hostil. Oswaldo estuvo en su tono habitual, no es malo tampoco, pero se refugia en su imagen institucional. Sabe que es el dueño de la fortaleza y no se puede exponer más de la cuenta porque fuera del castillo, en la intemperie, con las mismas armas, y al servicio de la oratoria, cualquiera puede pegarle un revolcón a cualquiera. Así que mejor atrincheradito, bien pertrecho, vendiendo obras y servicios y dejando el cara a cara para el debate del Parlamento. En cambio, Bergaz, bien asesorado, no desaprovechaba ocasión de meterle las gallinas en el corral al alcalde, con verbo fácil, con su actitud provocadora, y con sus ansias de victoria. Marcos es un gallo inglés que sabe que la semana que queda es para confrontar/ enfrentar/ afrentar con estilo pero sin piedad. En eso está, y no le va mal. Solo con la experiencia que ha cogido en su numantina campaña se daría por pagado un político de su edad, con mucho recorrido por delante.

En el debate de Yaiza, vi más ruido que otra cosa. Monzón (PP) apunta bien para herir al alcalde que también está falto de experiencia en estas lides. Pero no es fácil golpearle. Porque lo que le falta de oratoria lo cubre con un excelente trabajo de recuperación del municipio. Y eso se lo reconoce a su partido todo el mundo. En cambio, Ángel (CC), que fue alcalde antes que candidato a la Alcaldía sabe que a la gente lo que le interesa son las obras y no los golpes bajos.

En el de Tinajo, vi más tensión que batalla. Y contención. Meter en el mismo corral, peor si es lleno de cámaras, a dos gallos que se buscan para dañarse políticamente es todo un peligro. Pero al final, los dos supieron explicar lo suyo sin afrentar al otro. Hablo, claro, de Suso Machín y de Antonio Morales. Que es seguro que encontrarán antes del domingo oportunidad para tener algún encontronazo dialectico. Por su parte, Begoña (PSOE) sigue con su librito sin perderse en batallas estériles porque sabe que va a pasar algo histórico en Tinajo. Y Jesús Machín, cabreado, que no le quieren dejar meter la quinta. Un piloto como él, sin quinta, sin quinta mayoría absoluta, no es nadie. Y lo que es peor, para él, claro, que se puede quedar sin alcaldía, y hasta obligado a abandonar el Ayuntamiento al estilo de Luis Perdomo en 1999 para intentar amarrar el gobierno para CC.

Pero todo no son sino especulaciones que se despejaran en la noche del domingo. Pero todavía quedan cinco días de campaña, debates, mítines, puerta a puerta y papeletas. Y también un día flácido de  reflexión. Y todo un día de votaciones…