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¿Borja o Tomás, Somos o no Somos?

Eso es lo que hay (Elecciones locales) (XXXII)

Hijos del mismo proyecto, jóvenes a rabiar  e igualmente preparados para triunfar. Tomás López y Borja Rubio son algo más que la cara y la cruz de la misma moneda partidaria, nacionalista y de izquierdas, Somos Lanzarote, que crearon uniendo retales y otros proyectos progresistas y nacionalistas y que ahora rompen a tirones. Son, sobre todo, dos almas gemelas. Les explico.

Borja Rubio Francisco (1990) y Tomás Juan López González (1983) son dos jóvenes ya talludos que representan la excelencia en la formación. Con dos carrera ambos, Ciencias Políticas y Derecho, el primero, e Historia y Periodismo Tomás, tienen igualmente acreditada la formación en su versión académica como su ínfulas e individualismo en su comportamiento social. Aunque, eso sí, los dos son igual de nacionalistas y de izquierdas  y seguro que participan en un sinfín de proyectos solidarios. Pero no me refiero a su insolidaridad, que no creo que pequen de ello en valores absolutos, sino a su individualismo en estado puro. Aunque hayan elegido un partido político, un instrumento colectivo de transformación social, para exponerse públicamente. Otros lo hacemos de forma individual, acarreamos nuestras culpas y nuestros desaciertos en los mismos campos que podemos cosechar algún protagonismo o éxito. Y eso es lo que veo en los dos. Una intención clara y valiente, a veces  poco cauta cuando no temeraria, de destacar públicamente. De ser luces en lugar de refractantes; de ser estrellas, no sólo astros. Y tienen ambos méritos para serlo. Lo que les falta es paciencia. Y coherencia.

Tomás López.

Aunque los dos han acabado, con este mandato, por el momento, su presencia en las sesiones plenarias donde se reúnen los cargos electos de esta isla. Uno, Tomás, en el Cabildo, al que llegó con apenas 31 años. Borja, en el Ayuntamiento de Arrecife, con 24 años. Y los dos se salen del olimpo de los elegidos en contra de su voluntad. Tomás, que supera en siete años a Borja, con más estilo, con más control de los medios, del que es profesional, pero con igual pifia. Tomás, como Borja, desatendió el partido cuando decidió ir a celebrar públicamente la victoria de Nona Perera frente a Carlos  Meca en las primarias de Podemos, escenificando su apuesta por aquel proyecto. Lo hizo porque sí, porque tiene todo el derecho como individuo, pero se ennegrece su planteamiento colectivo y parece que marca el futuro de Somos sin autorización ni concierto con sus órganos. No estuvo bien. Y lo dejó especialmente vendido en sus opciones futuras.

Lo de Borja, su operación con su compañera de filas, la periodista Paula Corujo, para, sin anestesia ni nada, asimilar el proyecto de Somos con el de Nueva Canarias es toda una apuesta por el fracaso y una ignorancia supina de lo que era y significaba su organización  en la isla, con Alternativa Ciudadana como sustento, y lo que ha sido la propia Nueva Canarias como reducto del nacionalismo grancanario, despegado por sus propios intereses de la matriz Coalición Canaria. Sinceramente sorprendería que un joven sobradamente preparado como él cometa esos fallos si no fuera por su edad, un veinteañero sin callos en parte visible,  que se relaciona en un mundo político tan contaminado como el de Lanzarote.

Borja y Tomás iniciaron su trayectoria política con un sorprendente éxito en la isla, con un proyecto nuevo, en medio de los partidos emergentes españoles, que parecía que se lo iban a comer todos.  Y salieron muy bien de esa cita electoral. Muy Bien.   Pero ninguno de los dos ha gestionado nada, más allá de sus propios egos y de forma poco talentosa. Se han expuesto de manera irracional y han roto lo que de verdad les servía de lanzadera para llegar adónde querían/quieren: Somos Lanzarote. Y su propia colaboración. El estar trabajando juntos les garantizaba mejor sus aspiraciones. Solos, ambos, como mínimo, han retrasado su objetivo.

Nadie duda, yo no dudo, de que volverán. Porque les gusta y porque tienen talento. Pero deberían aprovechar el tiempo de barbecho para repensar sus formas. Para implicarse más y exhibirse menos, para hacer más y decir un poquito menos, para crear realidades y no solo contarlas o imaginarlas. Son dos personas muy válidas y ambos llegaron a entusiasmarme. Todavía, aclaro, no estoy decepcionado. Ni mucho menos. Su arriesgada aventura de quererse comer el mundo político insular casi empezando, desde plataformas nuevas y marginales,  demuestran su ahínco. No darse cuenta de que toca reflexionar, y guardar los piquitos de oro para mejor momento, no ayudará para tener una vuelta mejor. Pero para volver hay que irse. Tomás ya lo tiene claro. ¿Prefiere Borja enredarse en el Cabildo con socialistas y populares a hacer la política de siempre a cambio de catorce pagas y cargo insular? Él sabrá.

Por el momento, su ímpetu solo ha servido para dejar a Armando Santana de concejal del gobierno del Ayuntamiento de Arrecife. ¿Cómo pudiste confundir un perfil como ese con los de los jóvenes sobradamente preparados que lideraban Somos? ¿Cómo se te quedó el cuerpo cuando en la rueda de prensa, en tus propias narices dijo que estaba encantado de encontrarse allí con un montón de compañeros del PP? En fin, Borja, en fin, Tomás. Administrar el éxito no es fácil pero se puede hacer. Y ustedes no tienen la excusa de que no tienen preparación ni talento. Es verdad que les sobra también ambición y afán de protagonismo, pero tienen los instrumentos necesarios para superar las circunstancias beneficiándonos los ciudadanos y ustedes. Que sí, depende de ustedes.  De momento, alejados del primer plano, caber armarse con razones y más compañeros. Veremos.

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