Logo

El futuro de la familia es lo más importante (también en la política)

Eso es lo que hay (Elecciones locales) (XXXVI)

“Para Vito Corleone nada es más importante que el futuro de su familia. Mientras sus tres hijos menores asisten al colegio, desconocedores de la verdadera ocupación de su padre, y su hijo adoptivo Tom Hagen estudia en la universidad, su gran preocupación es Sonny, su primogénito. Vito quiere que Sonny se convierta en un hombre respetable, pero este, impaciente, y con tan solo diecisiete años de edad, quiere algo más: seguir los pasos de su padre”. Esa cita, que corresponde tal cual a un resumen del libro y la película Corleone  no es una manifestación excepcional del comportamiento de un mafioso.

Tiene mucho más que ver con los compromisos y desvelos que contraemos todos con nuestras familias, lazos sanguíneos que condicionan nuestra experiencia vital. Para bien y para mal. Siempre estará el pariente contrariado porque no recibe de ti lo que él cree que se merece y tú puedes darle. Y también pertenece al grupo común aquellos familiares que uno arrastra con uno por convicción gregaria, por entrega a la camada y distintivo de apellido y clase. Los políticos no son una excepción y los nuestros, los de Lanzarote, menos.

No hace falta sino pasarse por alguna de las ocho administraciones locales de Lanzarote, donde hay 148 cargos electos, un montón de asesores y puestos de confianza y unos tres mil trabajadores públicos para encontrar hilitos por lo que tirar. Y ver como esos compromisos familiares, muchas veces, son pagados con dinero público y de la forma más rocambolesca, a la que suman también los miembros de círculos cercanos, aunque no haya relación sanguínea.

Se producen enchufes de políticos por políticos, de trabajadores públicos por políticos y de trabajadores públicos por trabajadores públicos amigos o conniventes con los políticos. Estas obviedades no hay que explicarlas, quizás sí aquellos cambios de enchufados que se dieron años atrás entre políticos de distintas instituciones. Por ejemplo, yo no puedo enchufar a mi hijo, hermano, u otro familiar en la entidad que estoy yo sin despertar sospechas. Pero si el responsable de la entidad vecina está en la misma tesitura, podemos arreglarla cambiándonos los cromos. Así, tú enchufas a mi familiar y yo al tuyo, y santas pascuas. ¿Qué si se hizo eso en Lanzarote? ¡Bueh! Eso y lo otro. Hasta el punto de dejar que consolidaran plaza trabajadores que ya habían cobrado, incluso, la indemnización por finalización de contrato. ¡Bueh! ¡Bueh!

Ahora, con las corporaciones recién constituidas, es momento de bastante movimiento y trasiego. Seguro que Basilio, entre otros, ya está en el desfiladero organizando aterrizaje. Pero no quiero hablarles de esos, prefiero dejarlo, por el momento, en esa endogamia que también llega a las listas electorales y con ellas a las corporaciones locales. Que no son enchufes, que son totalmente legales, pero que demuestran cómo los partidos se encierran en algunas familias limitando la participación y reduciendo las organizaciones políticas a fines de promoción y colocación de familiares, que no demuestran ni interés especial por la política, ni capacidades excepcionales, ni tienen arrastre popular que justifique su presencia. Se valen de que son listas cerradas, y que si a usted le gusta el primero, o es simpatizante de una marca, se los come a todos con papas. No hay otra, no hay forma de censurar a nadie en una lista cerrada y bloqueada, donde los cargos se reparten por la ley D´hont respetando escrupulosamente el orden en el que están en la lista. Y no hay otras.

Casos llamativos de familiares en política hay varios. Y aunque pudiera parecer que la derecha es más propicia a eso, en Lanzarote los ejemplos no dicen eso. Así, es verdad que el cabeza de lista del PP al Cabildo, Jacobo Medina, consejero electo, tiene a su madre de concejala en el Ayuntamiento de Arrecife, con Astrid Pérez, María del Rosario González. Tampoco ayuda a demostrar desapego a estas pautas el que el cabeza de lista lleve también a su pareja en los primeros puestos, como le pasa a Echedey Eugenio que encabeza la candidatura al Ayuntamiento de Arrecife y lleva a su señora en el cuarto puesto, Abigail González, y ahora son los dos concejales en este Consistorio. La familia Machín, con Jesús Machín, de alcalde de Tinajo, su hija, Migdalia, de secretaria general de CC y consejera del Cabildo y su hijo, Jesús, de parlamentario, también es un ejemplo de apuesta familiar por la vida política.

Sin irnos de Arrecife, se da aquí también uno de los casos más significativo de enredo familiar en una lista. Se trata de la del PSOE. Tiene cinco concejales y tres son familiares. José Alfredo Mendoza, portavoz del PSOE en Arrecife, es pareja de María de las Nieves Duque Ramírez, que es la concejala número seis del PSOE en Teguise, y hermana de Cristina del Mar Duque Ramírez, que es la concejala número dos del PSOE en Arrecife, que a su vez comparte hijo con el concejal número 5 de PSOE, Roy González. En fin, que como haya fiesta familiar habrá que suspender el pleno.

Sorprende que un partido de izquierdas tenga tal nivel de endogamia. ¿O será que ya no es de izquierdas? ¿O será que la sangría del PSOE con la “manu militari” de Dolores Corujo ha mermado tanto que los candidatos tienen que ser los que están disponibles y punto. No lo sé pero en Tías tienen un ejemplo calcado y la enfermedad tiene los mismos síntomas. En Tías, son concejales por el PSOE, la secretaria local, Kalinda Pérez, y su primo político, Cristopher Notario,  y no son más porque se quedó la cosa en nueve concejales, porque en la candidatura iba un tercero, su hermano Julián Pérez. Es solo el resultado de la influencia de la familia Pérez en la Agrupación socialista, donde uno de cada cuatro afiliados, aproximadamente, pertenecen a la saga.  

¿Que qué tiene de malo esta concentración de familiares en la organización? Fundamentalmente, que el debate político queda suplantado por el vínculo familiar. No se apoyan las cosas porque sean buenas o no para el pueblo, porque sean mejores o porque interesen más a la organización, sino simplemente porque lo propuso mi tío, mi primo o mi hermana, a la que le debo obediencia para después repartirnos adecuadamente los cargos y las cargas. Es así y está más que demostrado. Además favorece la deserción de afiliados individuales que ven como la actuación de la familia y su acuerdos “de sangre” evitan los debates cuando no producen marginación por manifestar desacuerdo con el grupo/casta/estirpe. Y, por último, reduce las expectativas de crecimiento de la propia organización que se ve atrapada en unas pocas familias dominantes que condicionan por sus filias y fobias la implantación del proyecto en el vecindario.

Hay más casos. Y volverán a coincidir apellidos cuando se hablen de asesores, subvenciones, contratos o trabajadores beneficiados. Ha pasado ya tantas veces que veo imposible que no se repita. Y hay uno muy significativo, que se quedó fuera de la lista, que ya está pidiendo pista para aterrizar, y amenazando con revolverlo todo, que quiere su parte del botín y del que daré cuenta desde el mismísimo momento en el que lo lleve a efecto. Prometido queda.

elperiodicodelanzarote.com