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Pregón Fiestas de San Pedro, Mácher  2019

Buenas noches.

Estimadas autoridades,  amigos-as, vecinos-as  de Mácher, es para nosotras una alta satisfacción el colaborar en el pregón de las fiestas San Pedro 2019 al tiempo que nos es gratificante recordar nuestra particular visión.

Mácher es un pueblo  que impera el viento, pero privilegiado por sus vistas a las montañas de La Asomada, Gáida, Guardilama y Tinasoria   y sus vistas al inmenso océano.  Mácher siempre fue un importante emporio agrícola, de carretera abajo tomateros y de carretera arriba cebollas. Fue uno de los sitios de la isla donde  más empaquetados de tomates y cebollas había hasta que llegó el turismo y nos cambió la vida y las costumbres.

El Patrón del pueblo de Mácher es San Pedro. Cada mes de junio y desde hace muchos años los vecinos nos  preparamos  para celebrar sus fiestas. Éstas, se caracterizan por la alta participación de los vecinos, por mantener las tradiciones y por su alta dedicación en todos sus actos festivos.

Nuestra primera percepción que tenemos de este querido pueblo es nuestra relación con nuestras abuelas: Nuestra abuela paterna, la  sra. Cipriana vivía  en el camino de Los Llanitos. De ella tenemos gratos   recuerdos, sobre todo cuando íbamos los domingos a verla, allí nos reuníamos los tíos y primos que venían del Puerto y ella nos preparaba la merienda.  En la casa de nuestra abuela Cipriana había un empaquetado de tomates y cebollas, jugábamos con los ceretos, cajillas y pinchábamos encima de la viruta. Y también recordamos el particular olor del papel de envolver los tomates. En la casa de la abuela, también había un cuarto de costura, donde nuestra tía cosía,  habían dos máquinas de coser, una mesa grande para cortar, un espejo,  figurines y a nosotras nos gustaba ayudarle y  a sacar los patrones del figurín.

Loli tiene un grato recuerdo de ella cuando la acompañó a Las Palmas en barco y no durmió en toda la noche hasta que no llegó a Las Palmas.

De nuestra abuela materna, la sra. Eulogia, vivía en el Camino de los Olivos, también conocido como El Camino Real, de ella tenemos muy buenos y bonitos  recuerdos, fue como una madre para nosotras,  porque vivíamos con ella. Aprendimos muchas cosas como rezar, nos enseñaba a saber estar. Nos hacia el gusto en todo, si no nos gustaba  una comida ella nos ponía otra. Nos llevaba a todos sitios. Casi todas las semanas la acompañábamos un día a La Asomada a casa de su otra hija, y otro día a Conil a casa de su hermana.  Con nuestra abuela materna nos reuníamos todos los primos y tíos, en la casa de su otro hijo en el Barranco de la Pila, para nosotras era una gran fiesta  porque éramos muchos.

La casa del Camino Real de nuestra abuela era  una casa grande  de campo, tenía un “sobrado”, un patio grande,  dos aljibes, una era, varias cuadras donde había un camello y nos subíamos para darnos unos paseos, como hoy en  las Montañas del Fuego¨, tenía una gran tanquilla para regar el cebollino donde nos bañábamos, Hoy sería lo que llaman una “gran jacuzzi¨…

 Los recuerdos que tenemos de nuestra infancia, en esta casa es que jugábamos con las niñas vecinas,  íbamos a sus casas o ellas venían a la nuestra, jugábamos a  la soga, al teje, al escondite, las casitas y las muñecas de trapo. Algunas anécdotas que tenemos es que un día Toña estaba en la casa de unas amigas y se le ocurrió  morder todo el pan que tenía en la gaveta, y cuando la madre fue a buscar el pan lo vio todo mordido. Y también recordamos en casa de una amiga  cuando nos lavábamos  la cabeza en una palangana con agua y jabón “Samba” debajo del guayabero.

En Enero de 1.970 Inauguramos la casa nueva en la zona de La Fabrica cerca de la carretera, para ella se vino  toda la familia, estábamos contentas por la nueva casa cerca de las tiendas y de la parada de la guagua. Nuestro padre sacó el carnet de conducir y compró una furgoneta “Fiat Roja” de doble cabina”, que fue un gran  acontecimiento en la familia y lo estrenamos llevándolo a la Virgen de Dolores. En la nueva casa jugábamos por  las veredas y testes al escondite y a “corriquiar”.

Como todos ustedes saben mi familia además de mis padres la componemos tres niñas y desde que comenzamos a ir a la escuela nos llamaban las “Chicas de Antoñica”, por el nombre de nuestra madre que en la Gloria esté.  La primera en ir a la escuela fue Loli, luego Toña y Yeya.

Loli, tenía de  primera maestra a  doña Francisca, iba contenta a la escuela del Volcán para aprender. Un recuerdo que tengo es que otra niña y yo cogimos un banco y lo pusimos detrás de un mueble y cuando llegó el maestro don Juan Toledo nos puso de rodillas.

La primera maestra de Toña  fue doña Clarisa, el primer día cuando la maestra me preguntó donde nací yo le dije que en el sobrado de mi casa. Un recuerdo que tengo es que en la escuela una niña y yo nos cambiábamos los zapatos y la maestra nos dejaba arrestadas.

Doña Clarisa fue también, la primera maestra de Yeya, le gustaba ir a  la escuela. Un recuerdo que tengo es que otra maestra que tuve doña Remedios nos trajo caminando desde la escuela  a la antigua ermita de San Pedro a confesar.

En el recreo íbamos a comprar los bocadillos de chorizo de Chacón y pastillas de chocolate, a las dos tiendas que había en El Volcán.  Nuestra madre nos recomendaba que un día fuéramos a una y  otro día van a otra.

Los domingos  nos arreglábamos para ir a misa inmaculadas y guapas. Nos levantábamos temprano porque la misa era a las ocho y media, íbamos caminando hasta la antigua ermita de San Pedro. Cuando llegábamos a la Iglesia,  nos llamaba la atención que nosotras nos sentábamos delante con las demás niñas a la derecha, y los niños a la izquierda, las mujeres en el centro y los hombres detrás y algunos en la puerta.

Después de misa salíamos  corriendo con las amigas para ir por la mañana a la playa y por la tarde nos íbamos al “Casino de Emilio” poníamos un tocadiscos de pilas y nos poníamos a bailar y pasábamos unos buenos y agradables ratos.

Siempre recordamos con nostalgia el día y las  fiestas de primeras comuniones: Loli la hizo el veinte y cinco de diciembre día de Navidad, Toña la hizo el uno de septiembre y Yeya la hizo el cinco de junio día de Corpus Christi.

Loli y Toña  hicieron  la Primera Comunión con el párroco don José Quintero, Yeya la hizo con el párroco don Luis  Marrero. Para nosotras  fue un día especial porque comulgábamos por primera vez y nos poníamos guapas. En casa se efectuaba un almuerzo con la familia y por la tarde íbamos a casa de las vecinas a llevarle la estampita y nos poníamos contentas porque nos daban unos duritos.

Desde la etapa de la primera comunión siempre nos llamó la atención el trabajo de las catequistas y por ello las tres hemos dado catequesis en el pueblo. Actualmente Toña es la única catequista en Mácher.

 

De las primeras fiestas de San Pedro recordamos que todo se preparaba de forma especial: se caldeaba el horno desde  temprano para hacer la comida, el pan y los dulces, nos preparábamos para ir a la función, pero antes de irnos, nuestra madre nos mandaba  a casa de unas vecinas que nos  querían ver con los zapatos y trajitos  nuevos. Los trajes nos los hacia nuestra tía. Y por la tarde íbamos para la carretera a participar de los actos que había en la fiesta ventorrillos, juegos, verbenas. etc

Una cosa que nos llamó  la atención en un san Pedro fue  la primera carrera de caballos que vimos y que se hizo por el Camino Real.

Cuando nos llegó la adolescencia íbamos a los asaltos prolongados que se celebraban en el casino “Bellavista” y ya cuando entramos en la juventud, comenzamos colaborar en la fiesta, organizar los juegos infantiles como, la chocolatada, carrera de sacos, la gincana y otras actividades. Toña preparaba los play back y teatros a los niños. Y colaboró en el pase de modelos para niños de confecciones “Raga” y confecciones “Saavedra”. Gran momento que todas recordamos fue en un play back imitando a Raffaella Carrá y a Rocio Dúrcal.

Y para finalizar estos relatos, vamos a hacer una breve referencia de como vivíamos las fiestas de mayo y de San Juan. En abril ensayábamos los versos y nos llevaban a La Candelaria y aquí en Mácher se enramaba la ermita y se rezaba el rosario y el 13 de mayo día de Fátima repetíamos los versos  en la santa misa en la ermita.

Nos gustaba que llegara San Juan  para poder echarnos el primer baño en la playa y comernos una tajada de sandía fresquita en la orilla y luego regresar a Mácher y ver que en la carretera se estaban colocando los bidones y pitones para poner las banderitas anunciando la llegada de las fiestas de San Pedro, al igual que hoy que repetimos ilusionadas  los mismos preparativos.

Agradecidas a la Comisión de fiestas  de esta oportunidad, agradecidas  a los amigos de infancia que nos han “refrescado” agradables momentos para narrárselos  y  orgullosas de nacer y vivir en este pueblo con nuestra gente, con nuestros vecinos y sobre todo recordando el esfuerzo que hicieron nuestros antepasados y que gracias a ellos disfrutamos de esta  sociedad del bienestar en la actualidad.

 

FELICES FIESTAS DE SAN PEDRO 2019¡¡¡

 

 

 

 

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