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Unidas, podemos (sin Podemos ni CC)

Astrid Pérez (PP, abogada, 1969) y Loli Corujo (PSOE, psicóloga, 1977) van camino de escribir un nuevo episodio en la política insular. Pueden llegar a ser un ejemplo de cómo pactar con el enemigo para darles la espalda a los amigos de siempre. Mientras CC ( 9 concejales, 8 consejeros)  y Unidas Podemos (3 concejales, 2 consejeros) se hielan en la oposición en el Ayuntamiento de Arrecife y en el Cabildo, representando los extremos de la política insular, repudiados por sus pares, el PP y el PSOE, en el gobierno, viven un noviazgo tan fogoso y ardiente como inesperado.  Claro que es más dura la posición en la oposición de Coalición Canaria que la de Lanzarote en Pie Sí Podemos Equo y más siglas, letras y arrejuntados de izquierda. A CC, el PP la dejó en la oposición pudiendo pactar con ellos y cerrar gobiernos estables, mientras a Podemos el PSOE lo deja fuera porque juntos no sumaban mayoría absoluta ni en el Cabildo ni en el Ayuntamiento de Arrecife. O sea, era un amor imposible. Por el momento, ya Dios dirá en el futuro. Por eso Coalición vive con la ilusión de que esto sea transitorio, que sea fruto de una rabieta de Astrid y que más pronto que tarde todo volverá a su cauce y causa normales.

Entonces, verlas así, tan guapas, tan compenetradas, tan dispuestas a ayudarse mutuamente  y a implicarse para devolver a Arrecife a la vida inteligente, urbanística, social y empresarial asusta a los nacionalistas en general, pero mucho más a los cachorros que ven como el panel de rica miel está demasiado alto para alcanzarlo a corto plazo. Vamos, se mueren de envidia cuando ven a Dolores y Astrid disponer en el Puerto como si fueran ellas solas las que tienen apoyo popular, olvidándose de que hasta ayer eran las caras opuestas de la política insular.  Verlas al lado de Fernando Clavijo, que ya tiene también fecha de caducidad como presidente canario, con el moderno fondo creado por el arquitecto Martín Martín para dar colegio a los chicos de la zona de La Destila les rompe el corazón. Esas inversiones de un gobierno nacionalista se las recorren con mentalidad de obra propia la Astrid y la Dolores, como marca de eficacia, a los pocos días de aterrizar en despachos nuevos con pareja política tan nueva como sorprendente. Si pareciera que el mundo cambió de repente, con esta fusión de izquierda y derecha en la capital lanzaroteña, de PPSOE. Con esa dos “P” como si fueran partido por partida doble, o estuvieran más partidos que nunca. Pero felices.

La exhibición de poder de las chicas que llegaron al mismo sitio yendo por los caminos ideológicos contrarios nada tiene que envidiarle a las parafernales de potencias extranjeras en desfiles militares y pompas de guerra de fin de semana. Más bien estoy por decir que el de ellas es más bonito y amenazante también. Parece que pueden hacer lo que quieran sin que nadie pueda decirles nada. Y que pueden hacer esto o lo contrario con la misma fuerza, convencimiento y decisión. Por eso parece creíble que Astrid aprobará su plan general  de Arrecife y Dolores  hará con los CACT, con el PIO, y con todo lo demás del Cabildo lo que quiera sin que el PP diga mucho más que palabras bonitas.

Son dos mujeres poderosas, que controlan sus aparatos (me refiero a sus partidos), y que quieren marcar época. Lo que yo no sé es hasta qué punto se puede llegar para que el crecer de una no vaya en detrimento de la otra. Todavía no lo sé. Lo que sí sé es que cuando se llegue a ese punto, la cosa cambiará. Claro que tampoco sé cuánto se tardará en alcanzar ese nivel.

Además, las cosas en esta política insular fluyen de forma exponencial por momentos, aunque también pueden caer en la apatía más absoluta. Miren como es de volátil, que hace unos meses, Astrid invitó a su boda a Dolores y esta no fue porque, como comentó a sus amigos, sus compañeros de partido y simpatizantes nunca le perdonarían que se fuera de fiesta a un sarao popular con matrimonio por medio de la presidenta insular,  por muy amiga que fuera ella también del marido, técnico funcionario de reconocido prestigio que tuvo ella en San Bartolomé y que vuelve a tener en la Oficina Técnica ahora en el Cabildo. Pues de no poder ir a una boda, hemos pasado a casamiento político y coincidencia del  90% de los programas, en apenas unos meses.      

Hoy, ambas, que son diputadas, irán al Parlamento de Canarias, a la solemne apertura de esta legislatura. También comparten eso, además de ser las jefas en Lanzarote de sus partidos, son parlamentarias. Irán juntas en el Binter,  irán juntas en el taxi, y se sentarán en sus respectivas bancadas. Una estará cerca del gobierno y la otra en la oposición, que ahí el PP sigue siendo una cosa y el PSOE la contraria. Pero durante esas horas de viaje y espera, ya se han pondrán de acuerdo para sacar inversiones y más servicios para Arrecife, porque lo primero es la capital, el fundamento de esta unión. Juntas.

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