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Pedro San Ginés, ¿el nuevo líder?

Coalición Canaria ya ha dado un paso al frente. Ha deshojado la margarita y ha puesto a Pedro San Ginés como candidato al Senado por Lanzarote. Ya es presidente del Cabildo y tiene un pacto de gobierno con el PP, que incluye que la presidenta de este partido sea su vicepresidenta.  Además, el PP es su principal rival para ganar ese escaño que le lleve a Madrid. Que le lleve y le traiga, porque, en caso de ganar, simultaneará ese cargo con el del presidente del Cabildo. En realidad, Pedro San Ginés, que está encantando con esa posibilidad,  quiere convertirse en senador para utilizar el Senado como trampolín para hacer llegar las reivindicaciones del Cabildo de primera mano. O por lo menos, eso dice. Yo pienso también que lo que quiere Pedro San Ginés es darle un respaldo definitivo a su liderazgo dentro de CC y en la política insular. Con una victoria, con un simple voto más que el segundo, Pedro San Ginés habrá ganado mucho más que un escaño en  el Senado.

Pero la tarea, como casi todas las que emprenden las personas, no está exenta de riesgos. Estoy igualmente convencido de que cuando el sector crítico de CC anima a Pedro a presentarse no lo hace con la intención de que se convierta en el líder incontestable de todos ellos. Al que van a seguir obedientemente. Una derrota de Pedro también tendrá sus consecuencias más allá de perderse viajes a Madrid y el tratamiento de senador. Quien falla deja de ser infalible. Y eso se lo recordarán una y otra vez en cualquier propuesta, en cualquier cita electoral, en cualquier esquina donde se diga que Pedro San Ginés es la mejor opción. Por una vez, los pro y los contra han estado de acuerdo en colocarle en el mismo lugar. Vamos a ver si también coinciden a la hora de valorar el resultado. Pedro es el candidato de CC, quiere serlo y el partido/partido quiere que lo sea. Esa es la noticia.

 

Pero las victorias se fraguan en las fortalezas de uno y las debilidades del contrario. Por el momento, del rival, CC conoce sus fortalezas. El PP ha crecido en la isla en las últimas elecciones locales, se ha colocado muy bien en las corporaciones locales, incluida el Cabildo y estará arropado por esa marea azul  que amenaza con llenar el Congreso de los Diputados con mayoría absoluta. Pero el Senado es otra cosa. Cuentan las personas. Tanto que en Lanzarote ha decidido una el senador sin estar siquiera en la papeleta pero sí en la campaña y en los carteles. Que se lo pregunten a Cándido Armas y a Juan Pedro Hernández. Los dos fueron senadores por el PIL y a ambos les ayudó Dimas Martín ante la imposibilidad de serlo él por quedar inhabilitado un añito antes de las elecciones. Podríamos decir, si nos atenemos a la experiencia de los años 90 y principios del 2000, que al Senado deciden sólo los candidatos. Pero la experiencia del socialista Marcos Hernández, senador estos últimos siete años por el PSOE podría tirar por tierra esa apreciación. Marcos fue senador sin que le conociera ni el 20% de los votantes en el 2004 y lo volvió a ser en el 2008, con menos del 40%.

 

¿Pero son todas las mareas iguales? ¿Tendrá El PP una marea del Pino tan grande como para que no necesite llevar un candidato reconocido? Tengo mi opinión al respecto. Y se la contaré otro día.

 

 

 

    

 

 

 

 

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