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¿Y quién era, entonces, aquella mujer?

Me han llamado una decena de amigos comunes con el consejero de los CACT para preguntarme quién era la mujer que estaba con Juan Félix en 2006, 2007, 2008, 2009,  que caminaba como Carolina Batista, que se vestía como Carolina y que se sentaba con nosotros en bares como La cancela un día sí y otro también. Está claro que si tiene cuatro patas, camina como un gato y maúlla es un gato. Pues con las Carolina, la regla es la misma.

Aunque parecía imposible, las rocambolescas explicaciones que están dando la propia presidenta del Cabildo y secretaria general del PSOE, María Dolores Corujo, que son claramente de la Factoría Carlos Espino, y otros destacados socialistas están escandalizando todavía más a los conocidos del consejero delegado de los CACT, a sus vecinos de La Tiñosa, a muchos afiliados socialistas y también a otros tantos trabajadores del propio ente. En la penosa huida hacia adelante que están protagonizando con un tema que está muy claro, llegan hasta el extremo de negar la existencia de una relación sentimental, familiar, de dos personas que tienen incluso una hija adolescente en común, en el momento de autos.

Por supuesto que es grave que fuera la empresa de la pareja del vicepresidente Segundo y consejero de Hacienda, Juan Félix Eugenio, compañero de gobierno del consejero de los CACT de ese momento, Carlos Espino, quien estuviera acumulando una deuda de unos doscientos mil euros bajo su mandato, que aumentó hasta los 413.000 euros a finales de 2011.

Claro que es muy grave, pero es tan grave como cierto. Y de esa premisa hay que partir, si se quiere ser honrados y transparentes y no negar la existencia de la relación familiar. Grave error.

Tampoco se puede decir que los planes de pago que negoció Juan Félix en representación de la empresa de su pareja, Customer Travel S.L. con el 50% del capital social, con la consejera delegada posterior a Espino, la popular Astrid Pérez, consiguiera disminuir o liquidar la deuda. Nada más lejos de la realidad. En 2011, pagan con este plan unos 83.000 euros y aumentan la deuda en más de 160.000. En 2011, compraron ( y vendieron) más entradas que nunca antes y pagaron muchas menos, poco menos de la mitad de las adquiridas.  Adquirieron entradas por valor de 291.382, 65 euros y pagaron 164.997, 01 euros. O sea, dejaron a deber ese año 126.385, 64 euros más. En realidad, estaban pagando el plan de pago, con el principal que no devolvían, a base del crédito. Tanto es así, que desde que se les quita el crédito, dejan de pagar totalmente y suspenden la actividad empresarial, como si el negocio en sí mismo fuera el crédito de los CACT y no la organización de excursiones a los Centros Turísticos con un margen de beneficio legal. Otro desliz de la explicación de la presidenta.

Todavía es más grave que la presidenta intente desvelar la falta de controles del crédito y de los cobros de los CACT, en un intento de echar las culpas a otros y criminalizar la actuación de CC, solicitante de la comparecencia, cuando, a la empresa de la parienta de Juan Félix quien le da el crédito es un gobierno socialista que controla los CACT y que tiene de vicepresidente a la pareja de una de las socias y administradora solidaria de Customer Travel SL y de consejero delegado a quien hoy es su jefe de gabinete y muy posiblemente inspirador de estas desnortadas explicaciones.

Que la presidenta considere que lo de menos es la actuación de quienes cobran dinero público y no lo integran en las arcas públicas y de quienes les asesoran para que este comportamiento no tenga ningún tipo de reproche legal, no habla muy bien de quién es, en la actualidad, la máxima responsable y garante de una administración como el Cabildo de Lanzarote. Que recuerde la obligación de cobrar la deuda por parte de funcionarios públicos y políticos rivales y se olvide que la misma obligación la tienen los suyos, con más razón, si cabe, si hay parentesco, tiene su cosa. Pero que se olvide de resaltar la obligación que tiene el deudor de satisfacer la deuda no tiene nombre ni precedentes en la política insular, a pesar de lo azarosa y corrupta que ha sido en conocidas ocasiones. ¿También con la liquidación de la sociedad, sin concurso de acreedores previo, pretendía pagar la deuda, después de sentencia judicial que obligaba a ello? ¡Por favor!

El extremo máximo de la desconsideración a la verdad, al sentido común y a todas las mujeres que sufren el innegable machismo social, es pretender que se escabullan los personajes protagonistas de este “pufo” en las cuentas de los CACT estigmatizando a los denunciantes como machistas. Que es tanto como echar a la hoguera, por manifiesta herejía, a quienes se atreven a cuestionar un nombramiento más que reprochable, que decide ella alentada por los propios protagonistas de la trama. Si en lugar de una mujer, fuera un hombre la pareja de Juan Félix, se hubiese denunciado también. ¿Entonces hubiese denunciado homofobia? Y si fuera un animal, ¿zoofobia? ¿Y cuándo se denuncia, entonces, el comportamiento indecoroso o ilegal de un familiar de un político contra la administración pública? ?¿Protege el código penal y la ética política esos comportamientos?

Sinceramente, esta solución solamente tiene una salida y la conocemos todos. Si su soberbia y su guardia pretoriana no le admiten a la presidenta tomar las medidas adecuadas, por lo menos que no violente más la inteligencia, el sentido común, la ética y la tranquilidad de los que, por proximidad, conocen a estas personas y sus obras. ¡De pena!

 

elperiodicodelanzarote.com