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La abuela Rosario

“La palabra de un vasco es Ley”, decía abuela Rosario. Y se indignaba cuando escuchaba hablar del terrorismo que asolaba su tierra natal.

La recuerdo con nitidez, apretando los puños frente a la televisión ante el relato de cada asesinato, de cada bomba, de cada comunicado de aquellos encapuchados a los que tachaba de gentuza. Tenía genio, mi abuela, pero nunca derrochaba tantos adjetivos como cuando se hablaba de ETA.

 Es cierto que nunca vivió en sus carnes el miedo a que un atentado se cruzara en su camino, pues era niña cuando su familia emigró a Canarias, en los albores del año 1936. Pero desde que la banda armada inició su carrera de violencia, vivió pegada al teléfono, en contacto constante con las tías que quedaron en San Sebastián.

 Rosario Echezar Mendigain, abuela Rosario, ha vuelto a mi memoria en estos días. Su muerte en 2005, con 84 vigorosos aunque castigados años, le impidió conocer la noticia que hoy nos llena a todos de emoción: La rendición de ETA, el fin de la violencia en Euskadi.

 Para mi abuela, como para tantos vascos y vascas, para las víctimas y sus familias, para todos aquellos que optaron por el exilio ante el chantaje, la derrota de la banda terrorista ha llegado tarde.

 Pero contra la tristeza lógica cuando miramos para atrás, debemos defender la alegría de una victoria de la democracia y de un futuro que, por fin, se abre esperanzador y en paz.

 

(*) Víctor Sanginés Tremps es secretario de Organización del PSOE de Arrecife

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