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El día más duro de Carmen

Antes del pleno de elección de alcalde, la alcaldesa en funciones del Ayuntamiento de Arrecife, Nayra Callero, envió a los medios de comunicación una nota para expresar en su nombre, y en el de toda la Corporación a la que representaba, “sus más sinceras condolencias por el fallecimiento de Martina Martín Sáez, hija de la concejala de Servicios Sociales, Carmen Sáez”. El Consistorio capitalino hizo extensible  su más sentido pésame a sus familiares, amigos y allegados, y especialmente a la concejala Carmen Sáez, así como a su esposo, el arquitecto Martín Martín, por esta triste pérdida.

La noticia de la muerte de una niña siempre produce un dolor añadido a la pérdida de una vida humana. Aunque Martina sufría una enfermedad muy grave desde su nacimiento,  no se atenúa la pérdida. Por ello, di por hecho que entre los concejales que no estarían en el pleno habría una que tenía una causa mayor de libro para no acudir. 

 Al llegar al salón de plenos del Ayuntamiento, abarrotado mayoritariamente de seguidores de los grupos políticos que promovían el cambio de gobierno, no esperaba encontrarme con la que hasta ese momento era la concejala de Servicios Sociales. Por eso, al ver a Carmen Sáez dudé de la veracidad de la nota y también de mi deficiente vista. Me acerqué lo suficiente para comprobar que era ella y al mismo tiempo un compañero me confirmó que era cierta la desgraciada noticia. La situación era dura, extremadamente dura. Y su sola presencia en aquel acto institucional condicionó el momento. Muchos de los presentes dieron prioridad a mostrarle sus condolencias a Carmen que felicitar a Manuel Fajardo por ser elegido alcalde. De hecho, se hicieron casi dos colas, una para darle los parabienes al nuevo alcalde y otra para mostrar afecto y solidaridad a la dolorida, que había dejado de velar el cuerpo de su hija, recién muerta, para cumplir con su obligación plenaria. Con la sala en pie, el minuto de silencio en memoria de Martina, con Carmen Sáez allí, presente, se sintió el dolor de la pérdida, el desgarro de una madre que ha batallado contra la adversidad intentando superar también las exigencias cotidianas del vivir, sin renunciar a su compromiso social.

 Conocí poco a Martina. Pero supe de su historia y sus dificultades por sus propios padres, a los que aprecio y respeto. De la entrega de Carmen y Martín en afrontar el enorme reto que nació con su hija. Y, ahora, llega el adiós. Duro. El mismo día en que su madre abandonaba su tarea social de concejala de servicios Sociales y se presentaba en el pleno de Arrecife para reafirmar su voluntad de continuar su compromiso público.

 Mi más sentido pesar por su pérdida. Por el adiós temprano de Martina.

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