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Fuera de la realidad

Suele ocurrir tanto por estados depresivos como por eufóricos. Mucho peor cuando se pasa de uno a otro sin el necesario reposo emocional. Colocarse fuera de la realidad es más habitual de lo que se piensa pero no siempre es igual de fácil detectarlo. En el caso de las personalidades y personajes públicos, el hecho de su sobreexposición a los medios de comunicación, además de tener ya un perfil muy dado al ego, puede ayudar a identificarlo. Aunque también puede perjudicar a los no afectados que lo aparentan. En las situaciones extremas, de máxima exigencia, suelen darse con más frecuencia y personas equilibradas y bien valoradas políticamente se quedan en tierra de nadie. Ante la sorpresa de todos, especialmente de sus fieles seguidores que no llegan a entender cómo la persona que tienen de líder, llena de virtudes, capaz de ver el más allá y traerlo al más acá, se pierda de esa forma en cosas tan evidentes.

La cuestión del petróleo puede llevar a toda nuestra clase política a que sufra algún trastorno político y de percepción de la realidad. Unos por no quererla ver y otros por creerse que son los únicos protagonistas y máximos responsables de lo que hace un pueblo libre y maduro.

 Las declaraciones de la presidenta del PP de Lanzarote, Astrid Pérez, negando la evidencia del rotundo éxito de que salgan en Lanzarote más de 20.000 personas a manifestarse contra una decisión del gobierno del Estado, del PP, que reduce a un “profundo fracaso” es un ejemplo claro de quedarse desnudo ante el pueblo. Negar algo evidente y, además, hacerlo ante los miles de testigos del hecho no sólo se puede considerar una falta de respeto sino, además, una muestra de indecencia política o una prueba de que la inteligencia le juega muy malas pasadas a sus dignos representantes. A Astrid le dedico, con afecto, todas y cada una de las fotos que publica este periódico donde verá caras y caras de lanzaroteños que dicen que no a lo que manda Soria. La realidad es así, a veces, pero también hermosa como cuando hace apenas unos meses, esa gente apoyó a Astrid y a dirigentes del PP para ganar las elecciones en Lanzarote.

 Lo de Astrid, es evidente. No verlo nos podría a todos fuera de la realidad. Pero también hay que estar atentos, para ver quién, de los del bando del éxito, se fuga antes de la realidad. Hay riesgos ciertos, porque el poder corrompe también el alma y los sentidos. Y hay políticos que presumen de la manifestación como si el éxito fuera de ellos y no de la sociedad de Lanzarote. Como si esos miles de lanzaroteños, con sus hijos, sus pancartas y su cabreo salieran a la calle porque ellos le mandaron a hacerlo y no porque no quieren petróleo. ¿Parece mentira que pueda haber gente así, verdad? Pues claro que la hay: son los que se colocan fuera de la realidad. Ya sea por fracasos, ya sea por éxitos. Y con la realidad tan bonita que tenemos, un pueblo que dice no, no al petróleo, de la forma más noble, sincera y decidida posible. A partir de ahí, y no negando el hecho ni apropiándose de él, se tiene que construir el futuro, y se tienen que cosechar los éxitos de nuestros políticos. Que así sea.

 

 

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