Gastos innecesarios en Sanidad
Lo único que parece que no tiene fin en España son los recortes. Llevamos cuatro años de temores y 100 días de miedo a vueltas con esta crisis global y la mala puntería de los políticos a la hora de dar en la diana. Recortan derechos, suben impuestos, recortan servicios e inversiones y suben las incandescentes/indecentes listas del paro. Vivimos años de agobio por algo objetivo: la crisis. Pero también por algo subjetivo: el convencimiento de que no se están haciendo bien las cosas, de que se nos quiere llevar a unas posiciones que no queremos y que, además, lo hacen exigiéndonos que paguemos la factura de ese viaje a ningún sitio con nuestro empobrecimiento económico, cultural, social y anímico.
Nos aturden tantos telediarios, informativos radiofónicos y periódicos llenos de primas de riesgo, parados, recortes, amenazas de intervención europea y falta de competitividad. Nos aturrullan un día sí y otra también. Nos desarman, nos bloquean, acaban con nuestra capacidad de rebelión, de resistencia, de ilusión. Nos alejan del ideal de felicidad para hundirnos en la depresión, el desengaño, la desilusión y la tristeza.
No puede ser cierto que una sociedad se entregue de esta forma, que la administración del estado actúe de manera tan endogámica e insolidaria. Que sus objetivos acaben donde la administración pone sus puertas o el escudo de
Ahora amenazan con tocar las dos joyas de la corona del estado del Bienestar. Y no para mejorarlas. Con la única voluntad de extraer recursos para financiar el déficits.
Gastos innecesarios
Qué consideran los políticos gastos innecesarios, esa es la pregunta. ¿Consideran innecesario que podamos ir a un médico cuando estamos enfermos? ¿Deberemos estar convencidos de que nos vamos a morir para ir al médico? ¿Es un gasto innecesario pagarle un buen sueldo a alguien que se ha formado durante más de diez años y que corre con las angustias y responsabilidad de curarnos cuando estamos enfermos? ¿Es un gasto innecesario pagarle a un médico para que disponga de tiempo suficiente para vernos, diagnosticarnos y medicarnos? ¿Es un gasto innecesario respetar a los profesionales, organizarles adecuadamente y motivarles para que nos puedan tratar de la mejor manera posible? ¿Es un gasto innecesario que un pobre pueda morir sin dolor, que una mujer pueda parir sin dolor, que una persona pueda seguir unos controles de prevención adecuados? ¿Es un gasto innecesario mejorar nuestra calidad de vida? ¿Es un gasto necesario que una ambulancia pueda acudir de forma urgente a atender a un accidentado al margen de cuál sea su nivel de ingresos?¿Es un gasto innecesario mantenernos vivos? No sé si los políticos consideran todos estos gastos innecesarios. No lo sé y me asusta, sinceramente. Sin una sanidad y una educación públicas medianamente dignas se ve más cerca el Tercer Mundo que Europa, por mucho déficits que se ataje.
Pero me asusta mucho más saber qué gastos sí son necesarios para los políticos. Y lo sé porque han dado muestras y ejemplos varios a lo largo de sus años de gestión pública. Para los políticos, para la gran mayoría, sí son gastos necesarios de
Para los políticos, son gastos necesarios los gastos para contratar al hijo de no sé quién, amigo suyo de toda la vida o amigo de otro amigo que hizo lo mismo por él hace tiempo, mientras asegura que no hay dinero para contratar a un especialista de un servicio altamente demandado y con cola de espera kilométrica. Para los políticos, lo principal será la estadística, los servicios que se prestan y la mejor forma de venderlos políticamente y no la calidad de los mismos. Por eso consideran más rentable para la sanidad pública un buen profesional de la estadística que un buen médico. Me da tanto miedo que lo políticos vayan a quitar los gastos innecesarios porque conozco muy bien cuáles son los gastos y comportamientos que los políticos nunca quitarán por voluntad propia, ni por exigencia externa evitable.
Estoy tan convencido y sé tan bien como funcionan que en caso de ponerme enfermo, ya que soy usuario de la pública y sólo de la pública, pediré consulta o iré de urgencias al servicio de estadísticas. Allí seguro que tendrán a buenos profesionales. En sus malabarismos, correlaciones y desviaciones típicas les va la vida a los gastos necesarios de los políticos. Y ahí sí que no van a fallar.
De pena, da miedo.