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Ay pena, penita, pena

Rajoy, paralizado, como quien luego de entrar en el gobierno, hace ya nueve meses, sale de la caverna y el fulgor del mercado le hubiese nublado la vista, y presa del pánico no sabe cómo actuar, condenado a hacer algo que no quiere, pedir el rescate, otra vez, porque ya hubo un primero, el del 9 de junio, para aportar cien mil millones de euros que dieran liquidez al sistema financiero español, y que no quieren llamar rescate, ni él, ni De Guindos ni la niña Soraya Sáenz, que eufemista, y ya sin crédito, llama línea de crédito, a sabiendas de que el PGE de este año es fantástico, contemplando una caída de solo el 5% del PIB, cuando su déficit es de casi el 9, y pretenden reducirlo al 6.3% este año, y al 4.5% el que viene, que es no saber lo que tienen entre manos, o lo que no tienen, que sí es una quimera, y no las referidas por el Borbón en su carta en internet, que está que no duerme, que le vienen pesadillas, ni él ni el hijo, ahora en Centroamérica con aquello de la marca España, porque no los quieren, y por el malestar que les supone a sus voceros la salida de Mas y su más madera, centrífugo.

La decadente España, en lo institucional empezando por la Corona, y siguiendo por el resto de los aparatos del estado, de su Constitución y de los estatutos de varias autonomías, en el total descrédito político, interno y allende mar, con una deuda exterior inabordable por generaciones, un mercado raquítico de espanto, y una banca en bancarrota, espera el sí de la canciller alemana y su Banco Central Europeo, mientras ella está atenta a Holanda y a Finlandia, que ya dijeron que para qué, que no quieren jugarse los cuartos en un estado terminal, máxime cuando a éste lo acompaña Chipre, y Eslovenia, y Grecia, y Portugal, y hasta Italia, que la periferia sur arde, y pone en peligro hasta a la misma Alemania, y Merkel no quiere que la abofetee el Bundestag, que sería el preámbulo de su caída, por mal que esté el SPD.

 Si España lograra un crédito que avalase un treinta por ciento de la deuda emitida, para animar la inversión, un crédito, que no una compra de bonos por parte del BCE, que permitiera que la famosa prima de riesgo se mantuviese entre un 400 y un 450, lejos del disparatado 650 puntos, podría empezarse a pensar en una recuperación, el brote verde que dijeron los otros, pero eso es impensable, y es mera quimera, de nuevo, porque los prestamistas no se pueden fiar, y no porque sean pesimistas sino porque viendo el paisaje no pueden ser optimistas, de ninguna manera, ante la crisis socio-económica, privada y pública, ésta última con una deuda superior al 80% del PIB, y un desempleo superior al 24%, y la cifra está desinflada, que es bastante más, y la crisis en la estructura del estado, incluso la territorial, por Catalunya y la otra, Euskal Herria, que no quieren nombrar, hacen que el país sea percibido como un estado fallido, y de fuera no vendrán más que buenos deseos, que no muchos más euros.

Y los que vengan, muy condicionados, junto a las medidas de más recortes sociales, pudieran afectar nuevamente a las pensiones, cuya fraudulenta revalorización, visto el comportamiento del IPC, será otra broma cruel de Rajoy, y la prolongación de la edad de jubilación, que dejará atrás el umbral de la tercera edad, y la aplicación de la reforma laboral, que ahora irán a por el despido de los empleados públicos sin oposición, sólo harán que broten estallidos sociales múltiples, convirtiendo el último en Madrid en mero simulacro. Y con éste panorama las agencias de calificación de la City valorarán el bono español como bono basura. Así que Rajoy no sabe qué hacer, o si puede hacer algo, aparte esperar un milagro mariano, si pedir el crédito, y tener para pagarle extras a la policía nacional, o agradecerles la manta de palos  a la ciudadanía rebelde sólo con palabras.

 Y nosotros, digo, las Canarias, ante este panorama…hay que reconocer que Paulino Rivero ha sido rápido, acogiéndose al Fondo de Liquidez al pedir los 757 millones de euros a un interés bastante menor que el que le ofrece la banca, aquí y acullá, y que la generosidad de Madrid se debe a que ya tiene bastante con vascos y catalanes para que se le solivianten en dos meses los isleños… …aunque el presidente canario debiera empezar a pensar en negociar urgente con Berlín, Londres y Madrid una salida sin prisas, y desenganchar el vagón del tren hispano, con el aval de sol y playas de nuestra economía, y con la potencialidad de nuestros recursos, de los naturales y los no naturales, me refiero al gas y petróleo, porque si lo que espera el gobierno autonómico, que no autónomo, es a que se recupere España, más aceite da un ladrillo, y el presidente y los suyos terminará mal administrando el coloniaje, y lo sabe. Esperemos que sea responsable, y asuma su responsabilidad, tampoco tiene que explicarlo mucho, que la población entiende rápido, y si no, lo entenderá, porque ayer como hoy la solución es la descolonización, y si no la pide él, la deberá exigir la calle y todo parece indicar que será más pronto que tarde.

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