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La tarea de Canarias es ayudar a una Catalunya Lliure

Por condiciones sociales, geográficas y económicas, nos conviene facilitar el proceso de independencia de Cataluña con el fin de preparar y ensayar nuestro propio proceso. En tanto Cataluña es la principal comunidad autónoma del Estado, su proceso de independencia, en tanto comunidad con fuertes intereses económicos en nuestra región, nos afecta, y mucho más de lo se puede apreciar en los medios de comunicación que publican en las Islas, que están en otra realidad, construyendo la realidad española en Canarias, que es su  forzosa tarea, pero no la nuestra, de los canarios y de nuestro país.

Debe saberse que en ese proceso, donde finalmente España debe negociar cómo queda, cómo será su presencia allí y cómo la de las empresas e intereses catalanes en España, el Estado no tiene interés en preservar y defender los intereses propios de las Islas, sino de ellos, en tanto Estado, lo que no pasa por la defensa de los intereses canarios sino de los suyos propios, que como debe saberse, no coinciden, porque no pueden coincidir, con los nuestros, por las razones inicialmente escritas, de índole social, económico y geográfico. Si seguimos en la senda de que el Estado nos representa y representa primordialmente nuestro intereses, está garantizado que en ese proceso nuestros intereses no se defiendan, sino los del Estado Español en las Islas, lo que supondrá la continuidad  del drenaje de nuestra economía, del expolio, habida cuenta de que el Estado Español en Canarias es un tábano en la yugular de nuestra economía, aparte un sinfín de otras razones que hacen necesaria la independencia de Canarias, de carácter social e incluso psicológico, ésta debe abordarse por condiciones materiales, económicas.

Desde la discreción y el secreto, sin necesidad de que lo sepa, por razones obvias, el PSOE en Canarias, desde ya, ahora en el gobierno, o desde la oposición, si fuere el caso, el presidente Paulino Rivero debe tratar con el president Mas cómo cree él que será el proceso en virtud del cual, al margen del Estado Español, quedarán en las Islas las empresas catalanas, sus muchos intereses en la industria turística de las Islas Canarias, cómo será el marco económico, a efectos fiscales, y como circularán los capitales entre ambos territorios, cómo establecer esas relaciones poniendo como finalidad el mutuo beneficio. Esta tarea debe abordarse, primeramente,  hay que efectuar la voluntad de acometerla, y tratarla, principalmente, al más alto nivel, entre presidentes, para luego continuarla en manos de sus especialistas, eso debe hacer Rivero, y no otra cosa, como asistir al proceso como testigo mudo, como convidado de piedra, expectante, delegando nuestros intereses en los españoles y su Estado Español. Coalición Canaria ya hace años estudió, al más alto nivel, la idea de la desconexión de España, debe retomar esta cuestión, que es objetivo nacional, y retomarla ahora, aprovechando la oportunidad que se presenta con Cataluña, y que continuará, con mucha probabilidad, con idéntico proceso, en Euskal Herria.

Mucho tendrá que cambiar la dirigencia de Coalición Canaria para enfrentar éste proceso, deberán ser los mejores, los más preparados y calificados de entre ellos, y Lanzarote puede aportar los suyo, lo que no pasa, indudablemente, por gentes como Pepe Torres Stinga o Inés Rojas, sino por dirigentes como Pedro San Ginés y Manuel Fajardo Feo, y sus respectivos equipos; digamos que se trata de una liga en primera división, y debe estar libre de oportunistas y gentes primarias, que sólo representan una rémora y naturalmente no están a la altura que exigen las circunstancias por ser claros residuos del antiguo régimen y sus consecuencias. Vale.

 

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