¿Es realmente un fracaso...?
Este año celebramos el Primero de Mayo más triste de cuantos se recuerdan por las elevadas cifras de paro, 6.202.700 personas en situación de desempleo, desvelada recientemente por
Reivindicativo porque ha de ser un grito de ¡Basta ya! al dolor que esta política del austericidio está causando al pueblo español. Reivindicativo porque nos va la vida y el futuro por el estado de shock en el que se encuentra su presidente, que no camina sino hacia el barranco asegurándonos además que es la única alternativa. El pueblo español tiene en su mano demostrarle a este Gobierno desnortado que somos más, muchos más, los que pedimos su dimisión o un cambio radical en la dirección de sus políticas que los que, engañados, les dieron en las urnas las llaves de
De su repuesta va a depender que desmientan o confirmen la idea que cada vez más españoles tenemos en mente. ¿Están realmente cometiendo un error con su seguimiento ciego de
Un modelo de sociedad en el que se obliga a retroceder décadas a sus ciudadanos renunciando a base de miedo a muchos de sus derechos laborales, a cuotas dignas de bienestar, a una educación de calidad libre de adoctrinamiento ideológico y religioso. Un modelo que salva a los bancos y castiga a las personas, condenando a muchas a la exclusión social. Un Gobierno que fustiga con impuestos insostenibles, por encima de la media europea, a los trabajadores, pequeños empresarios y autónomos mientras premia con amnistías generales a los defraudadores y corruptos. Un modelo de nación que, si en un momento dado parecía orientado a convertirse en un país emergente, cada vez más parece enfocado a ser un estado neomedieval, con todo lo que eso significaría para la clase media y trabajadora de este país. Y encima, nos piden paciencia... ¿Para qué exactamente, señor presidente?
(*) Joaquín Caraballo es vicepresidente y consejero de Empleo del Cabildo de Lanzarote