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¡JOER, JOEL, JOER!

Así parece que respondieron algunos populares cuando el senador por Lanzarote les contó su historia de incompatibilidad con la factura 1487 de por medio. Una factura de 13.438, 38 euros emitida por él contra el Patronato de Turismo por la organización de un evento de humor que le dejó un margen económico, antes de impuestos, de 1787 euros.

Como se sabe, los senadores que piden compatibilidad se pueden dedicar también a una actividad privada, pero nunca pueden factura con la administración pública, cosa que incumple Joel Delgado, el 1 de octubre de 2016, apenas tres meses después de recoger su acta de senador y cuando se encontraba en plena actividad para conseguir la compatibilidad. Tanto que por eso días, unas jornadas más tarde, se la dieron. Por lo que sorprende más que no supiera que la LOREG impide este tipo de negocios entre senadores y administración pública. Aún así esperó hasta el 17 de julio de 2017, ocho meses después, para poner en conocimiento del Senado lo que él considera "un error administrativo". Todo un papelón, aunque se trate sólo de una contratación, con una pequeña cantidad de margen empresarial, y que imputa el propio afectado a su ignorancia en las leyes, toda una declaración de principios para un señor senador de la Cámara Alta del Parlamento español. En fin, me imagino que Joel se acordará de los descalificativos que él le dedicaba a Galindo, el anterior senador, que porque lo vieron en una ocasión con pequeñas cantidades de drogas, antes de ser senador, para consumo propio, fuera tildado de camello, gran traficante y esas cosas. Las exageraciones de unos y otros no permiten un debate serio y encima invita a que se estén esperando en "la bajita" unos a otros para devolverse el latigazo. En fin, Joel, que si escapas de esta, pon el freno y piensa las cosas dos veces, porque, en la política como en la conducción, no se trata de llegar el primero sino de llegar.

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