BIP, BIP, CORRECAMINOS BERGAZ

Si buscamos al político lanzaroteño que antes se ha metido en  su papel electoral con una energía inusual, no hay duda de que lo encontraremos en Teguise. Con chandal, pantalón corto, con chaqueta, con un libro debajo del brazo, mirando desde La Graciosa el Risco, o paseando por Costa Teguise, aparece el candidato socialista con tanto o más entusiasmo que correcaminos y su característico “bip, bip”. El parecido es mucho mayor cuando Bergaz se introduce en las llanuras arenosas de Famara, Soo , Muñique o Tiagua como si tratase del desierto escenificado en los recordados dibujos animados. Se recorre todos los pueblos y en todos se hace una foto que llega a los medios envuelta en un artículo criticando esto o aquello que hace mal o no hace el grupo de gobierno del parlamentario “in pectore” Oswaldo Betancort.  Como si cambiara el “bip, bip” original por el “clip, clip” de su móvil, Marcos Bergaz va deprisa/deprisa hacia el pleno municipal mientras su rival gobernante le mira con cara de coyote desconfiado. Por el momento,   Bergaz sigue, incombustible, con sus visitas y sus deposiciones fotográficas con un ánimo que envidian otros políticos y que pone nervioso al alcalde que teme perder su mayoría absoluta. Y no es para menos, los terceros mandatos suelen ser de retroceso y la cosa está muy justa para mantener la mayoría. “Bip, bip”, Marcos Bergaz, “clip, clip”. ¿Dónde estará hoy? "Bip, bip, clip, clip".