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DIARREA FUNCIONARIAL AL VER AL ALCALDE EN SU SEDE

Las anécdotas de la campaña electoral  a veces se adelantan, incluso, a la propia campaña electoral. Y algunas son para echarse a reír a carcajadas, aunque si te pones en la piel del otro puedes ruborizarte.

Y es que a un alcalde de un municipio de Lanzarote no se le ocurre otra cosa que, al pasar por delante de la sede de un partido distinto al suyo  y ver a su rival, entrar para saludarlo. La sorpresa fue mayúscula para un trabajador del propio ayuntamiento que se encontraba en la sede echándole una mano con las papeletas y esas cosas al candidato rival del alcalde, en horas de trabajo. Desde que se percató que era el alcalde el que venía hacia la sede, empezó a ponerse amarillo y salió corriendo al baño como una bala. Y allí estuvo metido hasta que los compañeros lo fueron a buscar y lo convencieron de que ya se había ido el alcalde. Al salir, la cara era todo un poema. Hasta el bigotito se le había encogido. ¡Política!  

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