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“LOS COCHES NO SE TOCAN, ESTÚPIDO”

Al más puro estilo americano, un hombre cercano a una de las grandes centrales culturales de Lanzarote le espetaba a un empleado la citada frase del  titular. Estaba parafraseando al asesor de un candidato a la Presidencia de USA cuando le espetó a su interlocutor “Es la economía, estúpido”, para referirse a la transcendencia que tenía ese suceso en el desenlace electoral. Pues eso mismo hizo el residente en Lanzarote, con mando en plaza, al decir que los coches no se tocan, al ver las declaraciones de la candidata de Podemos, Nona Perera, en los medios de comunicación sobre la necesidad de controlar el número de coches de la isla y denunciar que si Lanzarote fuera un país, sería el segundo del mundo con mayor densidad de coches por habitante al haber unos 850 por cada mil habitantes.

Y dijo habitantes, no de conductores, con lo que se estaba asignando casi un coche por persona, contando desde los recién nacidos hasta los centenarios. Pero, claro, Nona tampoco se atrevió a poner el dedo en la herida de verdad, porque no entró a analizar la incidencia en esos números del importante parking de vehículos de alquiler que hay en Lanzarote. Y no lo hizo, seguramente, porque sabe también  qué es lo que descansa sobre ese sector. No es una casualidad que la mayor compañía de vehículos de alquiler de Canarias sea lanzaroteña, tampoco es una casualidad que esa misma compañía, o una filial de la misma, sea una de las principales empresas de ventas de coches en Canarias. Y tampoco es una casualidad que sea esa, precisamente, la principal empresa con la que mantiene la Fundación César Manrique, su contacto más estrecho con el sector privado, con diverso convenios y acuerdos promocionales y económicos. Tampoco es una casualidad que el “señor de los contratos secretos”  conocido como el pulpo, por aquello de tener un rejo metido en la FCM, otro en la empresa de vehículos de alquiler y un tercer0 en un grupo de comunicación con biosférico nombre, actúe como mediador necesario en todo el contubernio. También se enreda en la cosa otro vividor artista o artista vividor que se ha convertido en guía espiritual de la cosa. Así que ten cuidado, Nona, que en Lanzarote los coches no se tocan, son peligro de  muerte. La descarga puede ser completamente  paralizante y la izquierda local lo sabe muy bien. ¡Palabrita del señor!   

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