¿EL “YO TE TAPO A TI Y TÚ ME TAPAS A MÍ” FUNCIONÓ TAMBIÉN CON LAS FACTURAS DE LA PAREJA DE JUAN FÉLIX?

La connivencia entre los políticos es la única explicación de los niveles de corrupción que se han detectado en la política en Lanzarote. Los políticos se ponen de acuerdo para repartirse sueldos estratosféricos, para enchufar gente cercana y para aceptar contrataciones a terceros no demasiado rigurosas.

Algunos quieren hacer creer que ese comportamiento se limitó al Ayuntamiento de Arrecife y únicamente al PIL. Pero casos como el del  INALSA, una empresa  pública que tenía el monopolio de la producción, distribución y comercialización del agua en Lanzarote y acaba en la quiebra, o los propios Centros Turísticos que estuvieron con pérdidas durante años, ponen en entredicho semejantes aseveraciones. Solo entendiendo la práctica connivente se puede explicar que la empresa de la mujer de un político, que es vicepresidente del Cabildo en el momento de empezar a tener crédito con los Centros Turísticos, puede mantener impagada una deuda desde hace más de ocho años y nadie diga nada. Ni los que gobiernan ni los que están en la oposición. Y mucho menos el partido en el que milita Juan Félix Eugenio y en el que acabó militando ella también cuando ya atesoraba semejante deuda. El propio Juan Félix, cuando ya no estaba en el gobierno del Cabildo, negoció un plan de pago en representación de su pareja, según destaca el Canarias7 en la información que denuncia la deuda, que se incumplió al solo pagar 3 facturas la empresa de las 17 que se comprometió. ¿No sería conveniente preguntar por qué se le dio crédito a esta empresa en los centros turísticos como si fuera una agencia o tour operador, cuando era vicepresidente del Cabildo su pareja y consejero de los Centros Carlos Espino? ¿Es esta la causa de que Juan Félix pasará de no poder ver a Espino a posicionarse a su favor en la elección de secretario general  en el congreso de 2008? ¿Cómo se puede acumular una deuda de estas características vendiendo entradas para visitar los centros, con un precio cierto y un margen estrecho? ¿No había voluntad de pago ni voluntad de cobro para que se fuera acumulando dicho deuda y nadie reaccionara? Preguntas así deberían hacerse ya en una investigación urgente.

Al final va a ser cierto que los únicos responsables de lo que ha pasado en los CACT son sólo los políticos y los trabajadores son  las víctimas propiciatorias. Más de 400.000 euros de deuda acumulada durante dos años con ventas de entradas, que la empresa susodicha vendía al día y cobraba al contado, que se facturaban mensualmente por parte de los CACT. Muy difícil de entender. Tanto como que se mantuviera callado por unos y otros políticos. ¿Sería para poder pactar con libertad llegado el caso? Pero es que rematar la faena con el nombramiento de la pareja de la administradora de la empresa responsable del desaguisado no se da ni en las películas de Cantinflas.