SE TRATA DE VENDER MÁS VINO DE LANZAROTE NO DE PROHIBIR EL CONSUMO DE OTROS VINOS

La excelencia no se consigue poniéndole puertas al monte sino ganando competitividad. Los vinos blancos de Lanzarote no necesitan de un mercado único para venderse.

Lo que sí requieren es que se les ponga, a todos por igual, no sólo a unas determinadas bodegas, al alcance del consumidor. Ahí es donde debe estar la pelea comercial. Los tintos de Lanzarote son menos conocidos, aunque han pegado un salto importante en los últimos años. Por eso, para crezcan sus ventas sin pausa pero sin imposiciones, lo lógico es mejorar su promoción y buscar la complicidad de bares, restaurantes y demás a la hora de ofrecerlos a los clientes. Pero de eso, a confundir vender más vinos de Lanzarote con prohibir en los CACT  los de otras famosas denominaciones de origen va un abismo. Lo que deben dar los CACT es una experiencia singular, única, de alto nivel y, eso, exige no solo poner lo mejor que tenemos de nuestra parte sino facilitar lo que el cliente necesita en ese momento para que se le convierta en inolvidable.

A las personas que entienden de vino, les gusta probar las cosechas del lugar que visitan. Pero les gusta mucho más tener a su alcance su vino preferido cuando quieren que su velada sea inolvidable. El entorno de los CACT está hecho para que las personas hagan realidad sus sueños. Pero lo que no puede hacer es obligar ni restringir la experiencia del visitante con políticas que pueden ser igual de eficaces sin atentar contra la libertad de elección de sus propios clientes. Es como si los CACT nos obligara a pasar  esa velada con la persona que ellos eligen y nos impiden que la disfrutemos con quién nosotros queremos. Un contrasentido cuando lo que debe buscarse es lo mejor para el cliente. Y vender cuanto más vino de Lanzarote, mejor, pero sin evitar que se puedan disfrutar otros vinos con libertad. Elegir el de Lanzarote porque no hay otro no nos parece tampoco una referencia de calidad, ni una elección voluntaria. Con lo que no se recibe como una oportunidad ni con la misma satisfacción.