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Un hombre bueno

 

 

A veces pienso que las buenas personas no caben en este mundo. Que tienen que irse precipitadamente para no sucumbir ante la mediocridad y la monotonía perniciosa. La ida de Alexis Tejera me destroza el corazón y me llena de tristeza. Hace apenas un mes me enteré de su enfermedad y me produjo un enorme pesar. Se va una persona joven, 39 años, preparada y entregada a la política con tanta ilusión como compromiso. No era mi amigo, ni mi cliente, ni mi proveedor. Pero sí uno de mis referentes para entender que la política podría ser mejor en Lanzarote. Era una bellísima persona, por dentro y por fuera, capaz de liderar sin casi mandar, dispuesto a programar su hoja de ruta y disfrutar con el día a día.

San Bartolomé se ha quedado sin un buen alcalde, la política de la isla sin uno de los suyos más aventajados y la izquierda sin su principal esperanza. No siempre se encuentra una persona buena y preparada que esté dispuesta, con honradez, a trabajar por los demás. Un político vocacional que se hizo con todo el instrumental necesario para afrontar los problemas con tanta naturalidad como profesionalidad. Consiguió, además, lo que no estaba en sus manos: un apoyo histórico la primera vez que intentaba ser alcalde de su pueblo con apenas 37 años, después de haber estado cuatro de concejal en ese mismo ayuntamiento. Estuvo en el Cabildo antes, de asesor primero y unos meses de consejero en 2015. Una corta experiencia de cargo público. Pero su enorme personalidad lo irrigó todo y creció a una velocidad de vértigo, como si el destino temiera una fatalidad próxima. Y llegó.

Cuando se desenvolvía con esmero y pasión a partes iguales, derrochando creatividad y sensibilidad, disfrutando de la popularidad que le colocaba como uno de los políticos mejor valorados y más valiosos, llegó la enfermedad. Llegó la ELA y oscureció su futuro y el nuestro, pero no le quitó un ápice de valentía e integridad. Quiso estar al lado de los suyos, de su familia y de su equipo, ayudándoles a llevar los días de su último otoño.

Que fácil ha sido quererte y que difícil será olvidarte, Alexis. Descansa en Paz, hombre bueno.

elperiodicodelanzarote.com