Si Francisco los oyera
- Alex Salebe Rodríguez
Los restos mortales del papa Francisco descansan desde este sábado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, precedido su funeral de una semana llena de manifestaciones de dolor de sus más fieles seguidores de la Iglesia católica en todo el mundo que valoran la valentía y el sentido social de su pontificado. Francisco lideró la Iglesia del 19 de marzo de 2013 hasta el 21 de abril de 2025.
No debe ser nada fácil convertirse en pastor universal de la Iglesia en tiempos de crecientes desigualdades, expansionismo a punta de genocidio y turbulencias políticas y bélicas, además de ser cabeza visible de una organización señalada por infinidad de casos de abusos sexuales y escándalos de corrupción por el manejo de las finanzas y extralimitación de poder.
Entre los lamentos por el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio, hemos tenido que escuchar a la horda de personajes públicos reaccionarios españoles que si no fuera por todo lo que recuerdan las hemerotecas calificarían para su futura beatificación. Está bien que casi todo muerto es bueno, pero despotricar en vida del “comunista” Francisco y salir ahora a adular su figura y legado es totalmente incongruente, populista e hipócrita.
El periodista Eduardo Inda lo tachó de “comunista y representante del diablo en la tierra”, entre las risas de Ana Rosa Quintana, otra altavoz de la derecha española, que este sábado vistió de negro cerrado capitaneando la transmisión del funeral en Roma que hizo una cadena de televisión.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), que también renegó del papa cuando habló del atropello imborrable que supuso el “descubrimiento” de América y la colonización para el pueblo indígena, se presentó orondita a firmar el libro de condolencias que dispuso la Nunciatura Apostólica en Madrid, no sin antes recibir un papel que le entregó un hombre al parecer con el contenido del mensaje de condolencias que debía escribir.
Preguntan en las redes si la muy capaz ciudadana Ayuso ha tenido que llevar un apunte oculto para escribir tres líneas. Me hace recordar este fariseísmo muy peperiano a políticos lanzaroteños que han ido a sede judicial a verter graves acusaciones sin pruebas para desgraciar a compañeros políticos y luego pasan la manito por la espalda al abominable, susurrándole al oído que bueno eres, sinónimo de ahora me interesas. También está en las hemerotecas.
Tampoco se quedaba atrás el cabecilla ultra de Vox, Santiago Abascal, que omitía la palabra papa, refiriéndose a Francisco como “ciudadano Bergoglio”. Todos ellos y ellas muy compungidos, al menos en público, por la muerte del papa, una figura incómoda para la derecha mundial por lo que decía y hacía.
El ciudadano Milei llegó a llamarlo “imbécil” por defender la “aberración de la justicia social”, sin embargo esta semana el presidente argentino hace acto de contrición y asegura aludiendo al papa que fue “un honor conocerlo en su bondad y sabiduría”. Las palabras del ciudadano Milei resumen la piedra en el zapato que representaba para los políticos conservadores un líder de la Iglesia que pusiera el foco en el derecho a la vivienda y alzara la voz contra las desigualdades, defendiera las minorías y advirtiera de los efectos del cambio climático en los países más pobres.
Pero el tema que más enardeció a los reaccionarios fue la inmigración, un asunto donde el papa no fue ni indulgente ni se posicionó con medias tintas. Su célebre frase “nadie es ilegal ante Dios” levantó ampollas y causó malestar, como causó mucho malestar el que se plantara en plena frontera de México y Estados Unidos a celebrar una misa frente al muro cuando en 2016 se acercaba el inicio de la era Trump, entonces candidato, otro ciudadano xenófobo afligido en el funeral de Francisco.
En la isla italiana de Lampedusa, prácticamente en el inicio de su pontificado en 2013 y en plena crisis por muertes de personas en el mar, denunció “la globalización de la indiferencia”. Asimismo en uno de sus mensajes desde el Vaticano describió al Mediterráneo como “la mayor fosa común del mundo” y en febrero de este 2025 fue contundente con los anuncios de deportaciones masivas de Trump: “lastiman la dignidad y terminarán mal”.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP) expresó sus condolencias apuntando que el papa Francisco “revitalizó la esperanza en los corazones de millones de fervientes feligreses y personas en todo el mundo”.
En su carta encíclica Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amista social, de 3 de octubre de 2020, Francisco, aparte de cuestionar las fórmulas de la economía de mercado, escribió en uno de sus párrafos que “...la política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino solo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación”. A ver con qué discurso y manera de proceder llega el nuevo papa.