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¿REALMENTE LE ROBARON A ASTRID UN CONSEJERO?

Ayer, en el programa Café de Periodistas, en Lancelot TV, la presidenta del PP y alcaldesa de Arrecife, Astrid Pérez, se empeñó en no responder directamente qué pensaba sobre el nuevo bandazo político del médico saltarín.

En cambio, repitiendo mantra común ya, descargaba toda su munición sobre el comportamiento de su antiguo socio nacionalista, diana preferida desde su recién y bien dotado matrimonio político con su contrario, el PSOE. Se limitó a decir que a ella sí le quitó un consejero los nacionalistas cuando gobernaba con ellos al final del pasado mandado. Lo dijo una, dos, tres y hasta cuatro veces. Como queriendo hacer realidad aquel dicho de la propaganda nazi de que una mentira contada mil veces se convierte en una verdad.

¿A quién se refería Astrid? Está claro que a Saray Rodríguez, que sigue en el PP, no se refería. También está claro que no se refería a su perrito faldero político, a pesar de que no dejó de viajar ni de cobrar dietas a dos carrillos a la sombra de Pedro San Ginés, como hace ahora con Dolores Corujo. A este, como a las máquinas tragaperras, mientras no le falte la monedita no abandona la musiquita embriagadora y adictiva. ¿Entonces, quién? Está claro, se refería a que Maite Corujo, su tercera consejera del pasado mandato, fue en la lista de CC, más concretamente en el puesto número nueve, a pesar de que tenía muchas menos posibilidades de salir de lo que pueda parecer ahora con los ocho consejeros conseguidos finalmente por el partido nacionalista. ¿Pero realmente se la robaron o simplemente recogieron en sus filas a una persona que ella ya había desahuciado políticamente, no tenía la más mínima intención de llevar en sus listas y encima ridiculizaba, a pesar (o quizás por eso) de haber hecho una gestión bien valorada hasta por la oposición?

El problema de Astrid no es que mienta. Eso lo hace mejor que ella Dolores Corujo. El problema es que actúa como si sus mentiras fueran verdad, equivocación en la que Dolores todavía no cae, siendo muy consciente de que interpreta un papel bien estudiado antes. Y así, no sólo consigue el desaire de sus enemigos sino también el descrédito de sus amigos. Y, además, lo tiene claro: si la descubres y se lo dices es porque “tú eres de CC”. Y entonces la inteligente y buena política se reduce al tamaño de una charlatana. Y es una pena. Porque con esa forma de actuar echa por tierra su innegable trabajo de estos años y su perfil de política valiente y buena gestora.

Maite Corujo se fue del PP porque se cansó del ninguneo al que fue sometida por la propia Astrid. Se fue porque le hicieron la vida imposible en el PP. Se fue a CC, pero se pudo ir a cualquier sitio, incluida su casa, porque lo que no quería era estar ni un día más en el PP, porque entendía que no se valoraba ni a ella ni su trabajo, hasta el punto de aupar a su asesora a los altares mientras a ella se le dejaba fuera. Nada que ver, por cierto, con el comportamiento del Doctor Sosa. Este también se metió en la lista de CC, pero en un puesto de salida seguro, el cinco. Sosa fue buscando mantenerse en el gobierno, al que accedió como tránsfuga de NC, y abandona la lista desde que se le hace señas para volver al gobierno y volver a dejar tirado a sus nuevos/ viejos compañeros.  A Sosa, ande él caliente, le importa un bledo la política y las ideologías. A Maite, no. Por eso ella está en su casa, y Sosa en todas las bocas críticas.

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