RECAÍDA DE LA COVID, COMPRAR LAS TIRITAS EN LUGAR DE EVITAR LA CAÍDA

Lanzarote ya está en el nivel 2 de alerta por la covid-19. Nos parecía imposible que estuviéramos tan bien y hasta que no vemos cómo se disparan los nuevos positivos por encima de los 50 diarios no reaccionamos. Era previsible que la tercera ola nos inundaría si no manteníamos a raya los contactos y éramos muy escrupulosos con estas celebraciones. Es verdad que no hemos sido los únicos, pero mal de muchos, consuelo de tontos. Lo lógico es que, si sabemos que nos vamos a meter en problemas, intentemos evitarlos y no dar por hecho que vamos a caer de forma irremediable.

Hemos puesto por encima de la salud y el bienestar la diversión, en cierta medida promovida por las autoridades que, al mismo tiempo que te decían que respetaras la normativa, te animaban a visitar terrazas, comercios o actos en su propósito de conseguir la curvatura del círculo de más economía en una situación que ellos mismos califican de sumamente peligrosa. El intensificar los contactos y la actividad pública en un corto periodo de tiempo es un caldo de cultivo ideal para el coronavirus. Y él si ha hecho bien los deberes para conseguir quedarse con nosotros mucho más tiempo y mejor acompañado por muchos de los suyos. Ahora toca apretarse el cinturón, toque de queda desde las 23 horas, reuniones de cuatro personas no convivientes como máximo,  entre otras lindezas, además de "rezar" mucho para que “el roto” que nos hemos hecho no nos obligue a pasar por el hospital o, en el peor de los casos, el tanatorio.