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UN SEMANA MÁS, ¿CUÁNTAS MUERTES MENOS?

Algunos se mostraron ayer contrariados con la permanencia de Lanzarote y La Graciosa, una semana más, en el nivel máximo de alerta sanitaria. Posiblemente algunos de ellos tengan razones más que justificadas para desear una rápida vuelta, aunque escalonada, a la normalidad. En realidad, todos deseamos ese regreso a la normalidad. Lo que nos diferencia a unos de otros, es que a unos les basta con la decisión, sin mirar los riesgos, y a otros nos preocupa el estado real de la pandemia en Lanzarote y nuestra capacidad para responder con garantías.

Más movilidad significa tener una mayor responsabilidad personal, pero lo que se percibe en muchas personas es que quieren bajar de nivel para relajar las medidas. Y eso es un error. A mayor movilidad debemos doblar el cumplimiento de las medidas. Si fuéramos capaces de mantener la distancia social y llevar la mascarilla adecuadamente, sobrarían el resto de las medidas restrictivas de la movilidad. Con la boca y la nariz bien tapadas y manteniendo la distancia personal conveniente no haría falta nada más, tanto es así que para ser un contacto estrecho de un positivo se tiene que haber incumplidos estas medidas. Todo lo demás, el resto de las restricciones, solo tienen el propósito de evitar situaciones en las que no cumplir con esas dos cosas básicas tendría un impacto terrible.

 Y, en realidad, hay que reconocer, que todavía no lo estamos haciendo bien. Hemos dejado de hacerlo tan mal como hace un mes, pero seguimos teniendo contagios con altas restricciones. Lo que significa que no estamos cumpliendo. Y la solución no es presionar para que nos bajen de nivel por razones económicas, con el riesgo de un repunte que nos agravaría las restricciones, sino aprender a convivir de forma responsable en una pandemia. Cuando nuestros contagios se acerquen a cero nuestra movilidad crecerá hasta el infinito. Mientras tanto, evitemos el dolor y la muerte al mayor número de nuestros vecinos. Las prisas no son buenas consejeras. Una semana se va volando y con ella, si cumplimos, no solo iremos al tercer nivel, si no que seguiremos bajando hasta encontrarnos todos juntos disfrutando del merecido éxito. No consiste en negar el dolor y el daño que causa la pandemia más allá del tremendo problema sanitario sino de armarse conscientemente para conquistar una paz duradera.

elperiodicodelanzarote.com