Rayco García le da una victoria épica al Unión Norte, que perdía por 8 a 3 frente al Tao
- MANUEL GARCÍA DÉNIZ
La noche estaba fría ayer en Tao, un pueblo acostumbrado a disfrutar de grandes luchadas y enormes proezas. Aquí nació Arcadio Tejera, un luchador que, en los años 80 del siglo pasado, se escarranchaba en el terrero y era capaz de derribar a todos los contrarios del equipo contrario, en muchas ocasiones se trataba del potente Unión Norte de la época. Cuando el rival creía la victoria segura, porque el marcador le era ampliamente favorable y del Tao solo quedaba un luchador, el bravo Arcadio les iba tirando uno a uno hasta que le daba la vuelta al marcador y ganaba la luchada. Hizo muchas proezas así. Anoche, era el Tao el que tenía una ventaja de 8 a 3, en su luchada correspondiente a la cuarta jornada de la Liga XXXVIII Cabildo Insular de Lanzarote de segunda categoría, en la que se enfrentaba al Unión Norte. Los hermanos Niz, Sergio y Rubén, José Juan Borges, que derribó también a Alberto de León, un luchador de Haría con muy buenas maneras, y Manuel Armas les habían hecho un roto importante a los de Haría.
Cuando se empezaba a respirar pesimismo en la afición del Norte, la cosa se pone peor todavía. El destacado A (DA) Roberto Berriel le da la primera a Manuel Armas con claridad pero se resiente de su lesión. Por unos momentos, la afición creyó que no podría continuar, pero el pundonor de Roberto, un hombre veterano y consciente de su importancia en el equipo, siguió luchando, aunque su merma física favoreció que el destacado C (DC) le diera las dos siguientes luchas y quedara eliminado. También quedó eliminado el destacado C del Unión Norte, Juan Antonio Ramírez, al separarse con Umpiérrez, que ha sido el luchador de Haría más regular en esta temporada, después de derribar dos contrarios.
El Destacado B Rayco García había derribado ya a dos contrarios, a Paquito Reyes y a Rubén Niz. Ambos le habían dado una lucha pero Rayco les llevó a la arena. Con el marcador 11 a 9, el mandador del Tao apostó por acabar con la luchada por la vía rápida y le echó a Rayco a uno de sus principales hombres, el destacado B Juan Miguel Gil. Si nos llevamos por la estadística, Rayco caería rápido y en las dos agarradas. En la temporada pasada, Juan Miguel, que luchaba en el Tinajo, le tiró en las cuatro ocasiones que pegaron. Ambos subieron a destacados B este año y se encontraban por primera vez en la temporada.
En la tierra de Arcadio y su hazañas, Rayco tenía que confrontar sus miedos y dar su verdadera talla de luchador. Tenía dos retos, primero dar en tierra con un luchador que se le había resistido en demasía y, en segundo lugar, empezar su remontada como DB en esta temporada. Y salió al terrero decidido pero con calma. El haber tirado ya a dos contrarios y haber pegado seis veces en la noche le daba templanza. Juan Miguel también quería darle esta victoria a su equipo, para que se mantuviera en el segundo puesto de la liga y no perdiera de vista al Unión Sur Tías que ha ganado las cuatro. Y el majorero fue a luchar y le entró como un tiro a Rayco, buscándole el muslo con todas sus ganas. Pero el de Tías, al más puro estilo de su padre, luchador también de los años ochenta como Arcadio, con un espectacular sacón llevó a la arena a su temido rival, no sin antes hacerle volar con la cabeza pegada al suelo y los pies mirando al cielo. Lo había sorprendido totalmente. En la segunda, todo hacía pensar que sería distinto. Gil salió con ganas, convencido de que la primera fue un mal sueño, pero Rayco ya se había conjurado para no volver a caer más durante la noche. Con una recia levantada, cuando Gil intentó desequilibrarlo, lo llevó a la arena con la misma claridad y contundencia que en la primera. En esta ocasión se valió de una levantada rematada con una traba en su pie de apoyo.
En el marcador ya ondeaba un 11-10, mientras Rayco, ayudado por un compañero, se movía con destreza entre la lluvia de euros que los contentos aficionados norteños organizaban al pasar por delante de ellos a recibir las gratificaciones del público. En el centro del terrero, ya esperaba el DC Manuel Armas, que estaba especialmente motivado también porque había dado en tierra con el DA del Norte, provocando el desequilibrio entre ambos equipos.
Rayco agradeció al público el dinero recibido y se apresuró a ir al centro del terrero en busca de Armas, no sin antes hacer su cruz de la suerte en la arena. Armas se envalentonó y fue a por él, pero se encontró en la arena al reaccionar Rayco con seguridad. En la segunda agarrada, Manuel Armas lo intentó con burra pero Rayco no solo se la aguanta sino que le responde con esa misma técnica y le deja tirado de espalda en la arena, casi sobre la raya que avisa de los límites del terrero.
Rayco había logrado empatar la luchada a once. Ahora todo era cuestión de un hombre contra otra hombre. De un Destacado B contra otro Destacado B. De un luchador que sale fresco y con ganas de bregar, para darle la victoria a su equipo, contra otro luchador que ha ido de menos a más, que ha derribado a cuatro contrarios y que se siente pletórico arropado por su afición. Aquella gesta la comenzó luchando contra Paquito y la tiene que acabar enfrentándose a Miguel. Se trata de los hermanos Reyes, dos bravos luchadores locales, que cuentan con el cariño de su afición. Son dos luchadores fuertes y con bastante conocimiento técnico. Paquito puso su resistencia. Y no pudo. Miguel, Miguelito, que asusta con solo verle el cuerpo musculado y su bravura, tampoco pudo celebrar nada anoche. Lo intentó en las dos ocasiones con media cadera y, ambas, fueron contestadas con esa misma técnica por Rayco que le llevó a la arena de forma segura, rápida y limpia.
Anoche era la noche de Rayco. Y él se la dedicó a su afición, que le aplaudía entusiasmada su gesta. Ya nadie tenía frío.