Hacer turismo es una ordinariez
Les pongo en contexto: jueves, once de la mañana. El centro de Arrecife amanece con esa marea humana que desembarca de los cruceros y lo ocupa todo: aceras, terrazas, escaparates, incluso el aire. En una popular cafetería, mientras intento contestar a los WhatsApp y tomarme un café, dos señoras, en la mesa de al lado, hablan en voz lo bastante alta como para que nadie pueda evitar oírlas. Se quejan de la quincuagésima invasión, del trajín, del ruido, de esa sensación de vivir en un decorado para otros. Y, de pronto, una de ellas, con una seguridad contundente, como si dejara escrita una máxima para la posteridad, dictando sentencia y sentando cátedra, lo suelta:
—Hacer turismo es una ordinariez.
—Tienes toda la razón.
- Escrito por Tomás Pérez-Esaú









