¡Ni un segundo más, Jorge! (I)
En el año 2006, Jorge Coll me llamó y me explicó su proyecto de televisión y me invitó a formar parte de una tertulia, que iba a dirigir también él, llamada "Café de periodistas". Le puse solo una condición y una advertencia: Solo pido que se me deje opinar con libertad, que pueda dar mi opinión libremente. Y le advertí: desde que me impidas dar mi opinión, no estaré ni un segundo más en tu programa. Aceptó. Y tenía su mérito porque no éramos, en ese momento, amigos, precisamente. Después de abandonar el Lancelot en 1988, fui quizás el ariete más entregado a la causa de Agustín Acosta de demostrar que, detrás de la imagen que vendían de sí mismos los hermanos Coll desde su semanario de ser gente progresista y de bien, se escondía un grupo mediático que facturaba cientos de millones de pesetas de las administraciones locales por diversos conceptos, arropados en su línea editorial de apoyo interesado a los grupos gobernantes. Aun así, me pareció interesante estar dentro de un proyecto mediático de envergadura donde se había invertido un capital importante, aunque fuera por parte de empresarios de cuestionada moralidad.
- Escrito por MANUEL GARCÍA DÉNIZ